Desde sus capacidades científicas e investigativas, las universidades han sido claves para que el mundo afronte la pandemia del COVID-19. En Colombia, el aporte de las instituciones de educación superior también es visible.
El análisis de muestras es una de las soluciones con las que han contribuido varias universidades como la Tecnológica de Pereira, los Andes y la Nacional. En el Laboratorio de Virología de la Universidad Simón Bolívar, en Barranquilla, se han diagnosticado más de 35.000 pruebas.
“Empezamos con una capacidad de analizar unas 200 diarias y hoy, gracias a inversiones hechas por la universidad y donaciones de empresas, tenemos personal y equipamiento para aproximadamente 800 muestras”, cuenta Antonio Acosta Hoyos, director del laboratorio de Unisimón, que empezó a recibir muestras el 18 de abril del año pasado, tras obtener el aval del Instituto Nacional de Salud.
La capacidad del laboratorio es cuatro veces mayor gracias a la efectividad de Camille, un software desarrollado por los genetistas liderados por Acosta y el equipo de ingenieros de Macondo Lab, centro de crecimiento empresarial e innovación de Unisimón. También por las ayudas del sector privado: la Fundación Mario Santo Domingo, por ejemplo, donó un robot para la extracción de material genético.
Estudio internacional de genómica
A través de la profesora Zuleima Yáñez Torregroza, Unisimón hace parte del consorcio Scourge Covid, liderado desde España por la Universidad de Santiago de Compostela, el Instituto de Genética Médica Molecular, el Hospital Universitario La Paz, el Servicio Madrileño de Salud, el Hospital Universitario Nuestra Señora de Candelaria y el Hospital Valdecilla.
El estudio “Determinantes genéticos y biomarcadores genómicos de riesgo en pacientes con infección por COVID-19” es el primero en Latinoamérica sobre la genética del virus SARS-CoV-2, causante de la enfermedad COVID-19.
El trabajo contempla el análisis de 20.000 muestras en España, Italia, México, República Dominicana, Colombia, Ecuador, Perú, Brasil, Cuba, Uruguay, Panamá, Argentina y Paraguay, donde se pretende conocer las variantes genómicas y los biomarcadores que predisponen a que la infección sea más grave o no, y entender las diferencias de riesgo en estas poblaciones, donde las mezclas genéticas son más recientes en comparación con Europa, Asia y Norteamérica.
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“Estamos enfocados en personas que han tenido un cuadro clínico grave porque es la población en riesgo, con comorbilidades y la idea es identificar marcadores en tres poblaciones de pacientes: asintomáticos, leves y graves”, precisa Yáñez, líder del Grupo de Investigación en Medicina Genómica (Gimegen) de Unisimón.
Desarrollo de vacunas, el futuro
En doce meses de pandemia, Unisimón no ha bajado la guardia en pro de responder a los desafíos que ha generado el virus y los nuevos riesgos de salud pública que pueden surgir.
Por eso, su Grupo de Investigación en Genética (G=I=G) participó en una convocatoria abierta del Minciencias y su propuesta fue elegida para recibir regalías de la Gobernación del Atlántico por $2.098 millones.
Con esos recursos se fortalecerá la capacidad instalada del laboratorio, que subirá a nivel de bioseguridad 3 (BSL-3), donde se pueden manipular microorganismos con una alta probabilidad de infectar humanos, con potencial pandémico.
“En estas instalaciones se pueden ejecutar experimentos que, a corto y mediano plazo, puedan aportar en el desarrollo de vacunas y medicamentos contra virus como el SARS-CoV2, que ocasiona el COVID-19, entre otros”, explicó el profesor Lisandro Pacheco Lugo, coautor de la propuesta junto con Acosta Hoyos.