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La nueva película de Víctor Gaviria desnuda el maltrato sexual doméstico contra la mujer

En entrevista con VICE Colombia, el director paisa habla de 'La mujer del animal', que será estrenada en septiembre en el Festival Internacional de Cine de Toronto.

Juan Pablo López / VICE
22 de agosto de 2016 - 11:29 p. m.
Paula Thomas / Cortesía
Paula Thomas / Cortesía

Margarita fue "la mujer" de El Animal. En una primera entrevista de 20 minutos con Víctor Gaviria, ella le contó al director su historia de violencia, una que, le dijo, comenzó en los años 70 en un barrio de invasión en Medellín a manos de un criminal perverso que la emburundangó y al otro día la presentó ante unos primos y tíos como su pareja. Ese era El Animal.

Margarita ––llamada Amparo en la película"––, le contó que, intoxicada por a droga, no supo cómo reaccionar. El episodio sirvió de génesis de muchos agravios que dejaron hijos y nietos, una violación como fundación de una familia ante la complicidad de todo un barrio y siete años de un martirio brutal. Dichos robos de la libertad y la dignidad conmovieron a Gaviria y le inspiraron a hacer La mujer del animal, el nuevo filme del antioqueño que ahora es parte de la selección oficial de la edición 41 del Festival de Cine de Toronto (TIFF), que tendrá lugar del 8 de septiembre al 18 del mismo mes, y se estrenaría en Colombia a final de año. (Si quiere leer la segunda parte de esta entrevista haga click acá)

Me senté hace unos meses enfrente del cineasta y también poeta paisa en una de las cafeterías que hay en las Torres del Parque del barrio La Macarena, en Bogotá. En ese momento, Víctor estaba terminando de construir la que, para mí, es su película más compleja narrativamente hablando.

El director de obras esenciales para el cine colombiano como Rodrigo D (1990), La vendedora de rosas (1998) y Sumas y Restas (2004), destila una sencillez absurda. De nuevo, la película, que en esta ocasión evidencia la maldad radical del hombre contra la mujer, en el fondo es una necesidad de Víctor por buscar la reconciliación de una ciudad polarizada, en donde la agresión absoluta desde hace años se volvió paisaje.

VICE: Comparando la historia de La mujer del animal con sus producciones anteriores se podría decir que el tema de esta película no es tan "vendedor" como el de las otras. ¿Qué lo convenció?

Víctor Gaviria: Tenés toda la razón. A mí la historia no me enganchó del todo la primera vez. Después de la entrevista con Margarita, el cuento me interesó un poco. Como a los cuatro meses venía pensando en algo y me acordé de esta señora y de El Animal. Volví a ver el video de la entrevista y El Animalme cautivó por lo que representaba para la mujer: una pesadilla de abuso sin nombre. Cuando volví a entrevistar a Margarita, decidí que ese era el tema porque me reveló que nadie le creía, que estaba con él en contra de su voluntad. "A mí nunca me gustó, nunca lo quise", contaba.

Lo triste es que sus familiares no le creyeron. Ahí me di cuenta de que hay muchas mujeres que han sido víctimas de una violencia brutal por parte del hombre y esa violencia nunca es reconocida como tal. Las mujeres padecen ese sufrimiento en silencio. Muchas veces el balance de la vida de una mujer es un fracaso por la relación con su marido, y esas cosas nunca se visibilizan. La cantidad de violaciones, hermano, en los barrios populares o barrios de invasión es altísima. Esas historias las mujeres se las están llevando a la tumba.

El filme explora las causas y consecuencias sociales y culturales de la violencia de género...

Por un lado, la idea fue darle voz a toda la infamia y exponer esa violencia que amargó por siempre el corazón de una mujer acallada. También para hacer un retrato de El Animal, para entender al victimario, entender por qué este man que es nuestro hermano, nuestro compatriota, se convierte en un ser perverso. Y finalmente, también quise saber por los testigos, por los que callaron.

Es que se construye una familia teniendo de base un abuso: hijos, nietos, bisnietos... Todos tienen como fundación una violación, un robo de la libertad, de la dignidad y de la personalidad. Me pregunté qué podemos esperar del futuro de unos barrios en donde hay tantas familias cuyo comienzo es eso, un abuso. Y ese comienzo se va cubriendo de una cortina de humo, se diluye hasta que nunca más se sabe de la fundación. ¿Por qué? Porque los testigos callan. Me di cuenta que en nuestra violencia y convivencia nacional, no es solo una relación entre víctimas y victimarios, sino que también hay una tercera parte que es el testigo: el que calla, el que es cómplice, el que se hace el güevón, el cobarde, el que tiene miedo.

En esta película el tema del narcotráfico lo abandonás por completo...

Cronológicamente, esta obra tiene lugar en los años 70. Quería una película que retratara la delincuencia antes de que apareciera el fenómeno del narcotráfico. La diferencia principal con las otras películas es que esta cuenta una historia más compleja. Busqué los actores naturales entre hombres que ya habían vivido ese rol de El Animal, ya sea en su casa o alguna Bacrim. En las mujeres también busqué que hubiesen sufrido el abandono, porque detrás de los maltratos de género casi siempre hay un abandono inicial que hace que la mujer sea una víctima fácil para un hombre. (Lea: 'En Colombia lo que interesa es el cine de Hollywood': Víctor Gaviria)

La película desciende perfecta en la discusión de género en Colombia...

Hay una revolución enorme de la mujer. Ya no están expuestas a semejante grado de vulnerabilidad y desprotección como hace 40 años, pero la verdad es que esa revolución el hombre no la acepta. Mirá: haciendo el casting de la película me di cuenta de que esa figura de El Animal está muy presente en las mujeres: comenzaron a aparecer en forma de papá, tío, abuelo y de amigo... Tristezas incurables. ¿Qué quiere decir todo esto? Que El Animal aún existe, que el hombre tiene dentro de sí una pulsión impresionante de dominio, de no permitir por completo la libertad y pensamiento de la mujer.

¿Por qué te demoraste más de una década en sacar esta película?

Varios motivos. Principalmente porque cuando terminamos Sumas y Restas (2004) la productora se quebró. Quedamos debiendo mucha plata, no hicimos sino 250.000 espectadores. Me quedé mucho tiempo sin poder ser productor de mis películas: tuve otros años que tuve que buscar otros productores, porque no era bien visto que yo, después de haberme quebrado, me fuera a hacer otra película, a que me dijeran "cómo así güevón, ¿entonces vos hacés las películas y no te importa dejar a gente sin plata y vos seguís para adelante?".

Después entendí que para hacer un filme tan complejo como lo es uno que tiene actores naturales, tu empresa tiene que ser la que la haga. Porque no puedes darle una película polémica a un productor que se te va a parar en la raya a decirte "esos actores naturales no, Víctor".

También me demoré mucho porque el tema de La mujer del animales muy duro. Desanimaba a todos mis amigos, no entusiasmaba a los productores, fue como una especie de capricho en el que me metí, era como una cosa que todo el mundo me trataba de convencer que esa no era la película para hacer, pero a mí sí parecía.

Pero, hombre, imagino que ya estás convencido, ¿o no?

Estoy totalmente convencido. Sino que había preguntas sin resolver y también me demoré mucho escribiendo el guion. Aquí también debo decir que esta locura se hizo posible gracias a la inversión de dos empresas: PAT y VIGA, en representación de Daniela Goggel y Vladimir Peña.

¿La película sale a finales de este año?

Sí, la idea es llegar a Colombia con la valoración de un premio, porque la película va a ser muy atacada. La película es fuerte, tiene una dramaturgia que le recordará a los directores colombianos que el cine es sinónimo de riesgo, el cine acomodado y seguro no existe. El cine es sinónimo de fracaso, lucha y búsqueda.

¿Cómo está el presente del cine colombiano?

La ley del cine, que lleva ya 13 años, está dando unos frutos con mucho carácter. Hay un trabajo impresionante en esta generación con el guion. El de El Abrazo de la serpiente (2015), el de La tierra y la sombra (2015)... han sido frutos de una seriedad y rigurosidad. Creo que eso es lo que caracteriza a esta generación. César Acevedo, Ciro Guerra y Rubén Mendoza son unos autores los verracos.

¿Cómo recibirá Colombia a La mujer del animal?

Yo creo que va a producir rechazo, mucho rechazo al comienzo. Pero también generará curiosidad. Quisiera que los críticos y la gente en general valoraran las voces de las mujeres, sobre todo de aquellas que han sufrido la violencia de género, que esas mujeres nos ayuden a entender y mostrarle a la gente que la película no está hecha por El Animal. Por el contrario, se desnudan y señalan los maltratos que han hecho amarga la vida entera de mujeres sometidas ante hombres maltratadores, violentos e irrespetuosos, manes que han convertido la vida de ellas en una negación por completo. Que sea un homenaje a todas las mujeres que han sido ultrajadas.


(Si quiere leer la segunda parte de esta entrevista haga click acá)

 

Por Juan Pablo López / VICE

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