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La crisis de la infidelidad

Con su libro “Cómo superar la infidelidad sin matar a su pareja”, también convertido en taller y terapia, el periodista y consejero de familia Darío González Castro aborda un tema que por error suele tratarse como un divertimento.

Redacción Vivir
29 de marzo de 2015 - 02:00 a. m.
Darío González Castro, autor del libro “Cómo superar la infidelidad sin matar a su pareja”. / Andrés Torres - El Espectador
Darío González Castro, autor del libro “Cómo superar la infidelidad sin matar a su pareja”. / Andrés Torres - El Espectador

La infidelidad es un tema que suele tratarse en los medios de comunicación como una tendencia normal, un rumor en las reuniones sociales o un desliz pasajero. Las encuestas dicen que cada día crece más el número de hombres y mujeres infieles. Pero de lo que poco se habla es de la crisis personal y familiar que viven quienes protagonizan o son afectados directamente por este estado o de cómo sigue destruyendo vidas, matrimonios y generaciones enteras.

El periodista Darío González Castro decidió hacerlo y, en su libro Cómo superar la infidelidad sin matar a su pareja, lo asume desde una perspectiva acorde con estos días de reflexión. En su criterio, porque se trata de una de las plagas más mortíferas de todos los tiempos, que hoy requiere una mirada desde el amor y la tolerancia, para contrarrestar los efectos que está causando en la sociedad la descomposición progresiva del núcleo familiar.

Darío González Castro es un experimentado comunicador de la Universidad de la Sabana. Durante algunos años coordinó y presentó el programa Arriba Bogotá de Citytv y también fue asesor directo del exministro de Ambiente Juan Lozano. Sin embargo, en el ejercicio de la cátedra universitaria y de su vocación radial desarrolló una faceta por la que hoy es reconocido: es conferencista y consejero espiritual para la protección del hogar y el matrimonio.

Sus permanentes talleres nacionales e internacionales para parejas y familias lo llevaron a concluir que la infidelidad no es un tema frívolo o pasajero, sino más bien un asunto crítico. Por eso decidió compilar sus experiencias de expositor en el tema familiar, en el contexto de su práctica cristiana, en un libro que abunda en referencias espirituales, pero sobre todo plantea fórmulas prácticas para que la vida en pareja se enriquezca con la comunicación y la lealtad.

“No puede concluir el día sin que se arreglen las diferencias de pareja”, comenta como opinión general, y explica que ese principio mínimo es determinante para evitar que crezca el desencuentro. “Hay que sacar diariamente lo que se tiene en el corazón y tener mente abierta para aceptar la confrontación”, agrega, y luego sugiere que, si se requiere ayuda externa, los familiares no suelen ser los mejores consejeros, porque toman partido.

Según Darío González, muchas veces el amante comienza siendo el confidente de quien abre su corazón. A las personas les gusta que las escuchen y las comprendan, y cuando surge ese vacío en el matrimonio, aparece el tercero que lo suple. Por eso, el diálogo continuo es clave en la relación. “No es un pulso entre hombre y mujer para ver quién tiene la razón o quién domina”, sino el entendimiento de que, si hablar es importante, escuchar es un arte.

En su libro y sus terapias, como periodista y consejero, el autor de Cómo superar la infidelidad sin matar a su pareja insiste en que la clave es la comunicación. “Es el maravilloso canal a través del cual compartimos todo cuanto pensamos, creemos y deseamos hacer con nuestra pareja. Llegar a ella toma tiempo, pero hay que desarrollar ese espléndido hábito”, añade, aunque admite que hay casos difíciles y con heridas profundas que se requiere sanar.

En tales casos, con sobradas razones, por lo general la víctima de la infidelidad busca que su pareja pague lo sucedido, pero si aún cree en esa unión, el único camino es el perdón. En sus seminarios de pareja, Darío González sostiene que no se trata de condicionar un cambio de conducta, sino de liberarse desde el interior, de sanarse física y emocionalmente, de saber que el camino equivocado es tomar la justicia por su propia mano.

En cuanto al infiel, más allá de creer que obra a sus anchas, carga con las repercusiones de desconocer su pacto. “Sabe que corre riesgos, que su situación lo coloca en sensación de peligro permanente, que abre las puertas para que en su trampa termine perdiendo o destruyendo”, concluye, al tiempo que recalca que, sin sentidos moralistas, si no se hace limpieza a diario en el mundo de la pareja a través del diálogo, se incuba el camino de la infidelidad.

Darío González lleva un matrimonio de 26 años y tres hijos, pero reconoce que, lejos de ser pareja perfecta, también estuvo a punto de echarla a perder por sus errores y egoísmo. Por eso habla desde su propia experiencia y sabe que nunca es tarde para recobrar una buena relación. Hoy ambos trabajan en consejería familiar, en la que insisten en que la infidelidad es una calamidad de vieja data que necesita enfrentarse con el poder del diálogo.

Por Redacción Vivir

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