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En julio de 2012 la Superintendencia de Salud determinó que la crisis financiera de la EPS del régimen subsidiado Emdisalud no tenía cura y que su única salida era la liquidación. Hoy, casi ocho meses después, ha sido imposible cumplir con este trámite, por dos razones. La primera, ajena a la Supersalud, ha sido una larga batalla jurídica que han dado los dueños de la empresa quienes, a través de acciones de tutela, han pedido que se les devuelva el manejo de la EPS apelando al derecho al trabajo; mientras unos jueces les dan la razón y otros fallan a favor de la Supersalud, se han ido varios meses.
La segunda razón que ha frenado la liquidación, irónicamente, se ha generado dentro de la misma Superintendencia de Salud. Desde octubre de 2012, por una decisión del Tribunal Administrativo de Bolívar que revocó el último fallo que había ordenado entregarles la EPS a sus dueños originales, la Superintendencia ha tenido vía libre para liquidarla, pero no se ha hecho nada.
Es decir, aunque el caso de Emdisalud ha sido una de las mayores preocupaciones de la Superintendencia desde 2010 (cuando se ordenó intervenirla para entregarle la administración al Gobierno, porque su situación financiera era muy grave), y a pesar de que se ha dado una larga pelea con la justicia para poder liquidarla porque ya no tiene futuro, han pasado cuatro meses y la Supersalud no ha entrado a actuar. Y mientras tanto, la situación de Emdisalud ha seguido empeorando, poniendo en riesgo la salud de sus 920 mil afiliados (principalmente en Antioquia, Córdoba y Bolívar).
El argumento de la Supersalud es que apenas la semana pasada se enteraron de la decisión del Tribunal de Bolívar, según le explicó el superintendente Gustavo Morales a El Espectador. “Hay una realidad: hubo una falla de la Superintendencia en el seguimiento a esa tutela. He ordenado las investigaciones disciplinarias internas, porque a mí nadie me informó en qué iba ese fallo. Ocurrió en mi administración y lo tengo que reconocer”.
Desde 2010, cuando se dio la primera decisión de intervenir Emdisalud para administrarla, han pasado tres superintendentes, contando al actual: Conrado Gómez (quien renunció en julio de 2012), Mery Bolívar (quien estuvo como supersalud encargada hasta noviembre pasado) y Morales, quien ejerce actualmente. Y en esos tránsitos también ha cambiado parte del personal de la entidad.
¿Qué viene? Lo que dice Morales es que ahora “no podemos simplemente revivir la liquidación que se ordenó en julio, porque la EPS tiene una nueva realidad financiera y en salud. Estamos evaluando eso y muy pronto vamos a tomar una decisión: o continuar con la administración o liquidar”. En efecto, hoy la situación es distinta y seguramente es peor como lo prevé el mismo superintendente: “Hay muchas quejas y muy probablemente seguirá en causal de liquidación. Sin embargo, será distinto a julio, porque al parecer los problemas son más graves pero distintos. Sería un acto de pereza burocrática sólo revivir las causales de julio cuando hay un nuevo contexto”.
Mientras se analiza esa nueva realidad, las entidades territoriales han recibido instrucciones de la Superintendencia sobre cómo proceder: “Les hemos dicho que si logran documentar uno o dos casos de negación de los servicios de salud (por parte de esta EPS), procedan inmediatamente a hacer los traslados de los afiliados a otras EPS. No es necesario, a juicio de esta superintendencia, esperar a que quede firme la liquidación para proceder a su traslado”, concluye Morales.