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Lupa a los anticonceptivos orales

El país le pidió a la Agencia Europea del Medicamento que evalúe si las píldoras denominadas de tercera y cuarta generación representan un riesgo para la salud de las mujeres.

Redacción Vivir
01 de febrero de 2013 - 07:07 p. m.
Lupa a los anticonceptivos orales

La decisión de Francia de ejercer un control más severo al mercado de los anticonceptivos orales no se limitó a la prohibición de la venta del medicamento diane 35, que según las autoridades está relacionado con la muerte de cinco mujeres por trombosis venosa. El gobierno francés también le pidió a la Agencia Europea del Medicamento (AEM) que investigue si las píldoras de tercera y cuarta generación, que cuentan con gran popularidad porque reducen los efectos secundarios como el aumento de peso y los brotes de acné, suponen un riesgo para la salud de las mujeres.

Como lo explica Ivonne Díaz, miembro de la Sociedad Colombiana de Ginecología, consumir píldoras siempre aumenta el riesgo de sufrir una trombosis (según ella, una mujer que los usa tiene entre dos y cuatro veces más posibilidades de experimentar este mal). Asimismo, diversos estudios han demostrado que las mujeres que utilizan pastillas anticonceptivas de tercera y cuarta generación (cuyos principios activos son desogestrel, gestodeno o drospirenona), tienen un mayor riesgo de padecer trombosis que quienes consumen píldoras de primera y segunda generación (fabricadas con compuestos como la levonorgestrel y que habitualmente provocan efectos secundarios no deseados).

Aunque la AEM ha advertido que se trata de un “riesgo muy pequeño” (calcula que se presentan entre 20 y 40 casos por cada 100.000 mujeres en un año de uso), Francia tiene sus ojos puestos en estos medicamentos y está contemplando incluso dejar de subdsidiarlos y restringir su uso. Esta es la primera vez que un estado miembro de la Unión Europea le pide a esta agencia un concepto concluyente sobre estos fármacos.

German Salazar, ginecólogo obstetra de la Clínica del Country, dice que se debe analizar con cuidado la posición de Francia ya que sus decisiones no están argumentadas en la existencia de nuevas evidencias sobre los efectos de estos medicamentos (más allá de las que ya han señalado numerosos estudios), sino que se trata de una política de Estado. “Seguramente esto va terminar en que todos los anticonceptivos orales tengan que ser formulados por los médicos. Y esa es la clave, porque cada paciente es un mundo diferente y tiene sus propios riesgos. En Colombia quienes formulan los anticonceptivos son las amigas o las personas que atienden las farmacias o los médicos generales. Sólo en una pequeña proporción lo hacemos los ginecólogos, que somos quienes tendríamos que evaluar cuál medicamento le conviene más a una paciente de acuerdo a sus antecedentes familiares y su condición genética”.

La petición de Francia a la Agencia Europea del Medicamento estuvo sustentada en el caso de una joven de 18 años de ese país, Marion Larat, quien demandó a Bayer por un derrame que sufrió en 2006 como consecuencia, a su juicio, de la toma de un anticonceptivo de cuarta generación. Esta teoría fue corroborada por una investigación judicial que reveló que la píldora sí habría sido la responsable de este suceso que provocó en la joven una parálisis parcial.

Por Redacción Vivir

 

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