Así había ocurrido a comienzos de los 90 cuando en plena campaña a la Presidencia estadounidense, el “cabeza de cepillo”, como lo describió una vez Gabo, dijo que Cien años de soledad era su libro preferido.
También se conoció que Clinton le llevó un saludo especial a su hija Chelsea de parte del novelista colombiano, quien le había regalado la colección completa de sus obras en inglés. La respuesta de ella fue contundente: la leyó completa y la tiene en un anaquel especial del nuevo piso de 500 metros cuadrados que acaba de comprar en Nueva York, en el edificio Whitman, entre las calles 26 y 27 de Madison Avenue y seguramente la releerá en su nueva oficina de asuntos religiosos de la Universidad de Nueva York, tema en el que se especializó, ya que ella es cristiana y su esposo judío.
Luz de mayo (II)
No hay que olvidar que Clinton y Gabo se conocieron en Marttha’s Vineyard, en agosto de 1995, durante una cena en la casa de verano del escritor estadounidense William Styron, fallecido en 2006, y luego se reunieron en la oficina oval de la presidencia norteamericana y en Cartagena. Aunque en este último encuentro no hubo tanto tiempo para hablar de literatura, en sus tertulias han hablado al detalle de El Quijote, El Conde de Montecristo y Las Meditaciones de Marco Aurelio. La afinidad máxima ha sido Faulkner. El colombiano consideró al autor de Luz de agosto inspirador de su poética y Clinton le respondió recitando de memoria el monólogo de Benji, esencial en la novela El sonido y la furia. Clinton se despidió diciéndole que lo amaba y eso impactó especialmente en EE.UU.
La hora de la paz
A propósito de la visita a Bogotá esta semana del exguerrillero Joaquín Villalobos, para un seminario sobre posconflicto, una fuente cercana tanto a este excomandante del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional como al exenviado de la ONU para el proceso de paz en Colombia entre 1999 y 2002, el norteamericano James Lemoyne, recordó que durante la fase final de la guerra en El Salvador fue el periodista norteamericano Lemoyne quien descubrió que el presidente cubano Fidel Castro le había regalado un reloj Rolex a Villalobos. Lo que no se sabe es si el ahora consultor todavía lo conserva y lo usa.
De cruceros y piscinas
Quienes conocen el crucero Monarch, de la firma española Pullmantur, que ahora recorre el Caribe desde Cartagena, pasando por Venezuela, Aruba, Curazao y Panamá antes de regresar, coinciden en afirmar que el ultramoderno buque de 12 pisos tiene tantas atracciones que es bastante improbable trabajar y menos dedicarse a estudiar proyectos de casación como argumentó que lo hizo la magistrada Ruth Marina Díaz Rueda, presidenta de la Corte Suprema de Justicia, criticada por tomarse una semana en ese envidiable paseo. Lo curioso es que desde la Sala Civil ella ha sentado doctrina en el máximo tribunal de justicia sobre vacaciones y piscinas, como en enero de 2012 cuando denegó la demanda presentada por Carlos Andrés Bedoya Piedrahíta contra la Corporación Antioquia Tropical Club y la Compañía Suramericana de Seguros S. A. luego de haber sufrido heridas por hacer un clavado en una piscina.
Por sus fueros
No es casualidad que el procurador general de la Nación, Alejandro Ordóñez Maldonado, haya escogido esta semana el paraninfo San Alberto Magno de la Universidad Santo Tomás de Tunja para analizar con los alcaldes, personeros y presidentes de concejos de los 123 municipios de Boyacá los resultados del Índice de Gobierno Abierto (IGA). Él ha sentado cátedra y es cercano al Primer Claustro Universitario de Colombia, la Universidad Tomística fundada por la Orden de Predicadores (Padres Dominicos) en 1580. En sus aulas y en sus respetadas revistas de derecho, como Principia Iuris, se habla desde la moral heterónoma y la Teoría Poscolonial para fortalecer la Teoría Crítica del Derecho hasta de “los efectos de la lucha de la inquisición contra la brujería”. Se amaña tanto que se quedó a un foro con líderes gremiales de los sectores siderúrgico, minero, papero y lácteo.
Arte a la carta
Desde ya se está preparando el “menú” para la Nueva Feria Art – Cartagena, creada y dirigida por Andrea Walker, directora durante ocho años de artBO, quien tenía muy en secreto este, su nuevo proyecto para la región caribe, hasta que pudiera anunciarlo como un hecho real. La entrada será servida en Bogotá, en un almuerzo o en una reunión social planeada para los meses de septiembre u octubre con personajes del arte nacional e internacional; galeristas, coleccionistas, curadores y artistas plásticos. El plato fuerte es para la primera semana de enero de 2014, cuando entre 13 y 17 galerías exhibirán obras con todo el rigor de la curaduría para garantizar la calidad en la muestra, que tendrá como sede el Hotel Bóvedas de Santa Clara, con el que ya se firmó el contrato. El postre es sorpresa.