"Lucho, una entrevista de Julio Sánchez Cristo", del sello Aguilar, es un vasto recorrido por la vida del funcionario que deja el segundo cargo en importancia de Colombia el próximo 31 de diciembre.
Felipe González, que no asistió a la presentación, considera en las páginas iniciales del libro que en el caso de Garzón "lo más admirable de su ciclo como ser humano es el paso de su rechazo, incluso de su intento de ocultar esos condicionamientos, hasta el momento en que los asume como un valor que se añade a su lucha personal y política".
No en vano en el lanzamiento del libro, en una ceremonia inusual para este tipo de actos, al aire libre, en el Jardín Botánico de Bogotá, el autor destacó que el propio "Felipe González descubrió que Garzón se parece a él".
En la larga entrevista el alcalde bogotano recuerda su origen y dice que su nacimiento se registró cuando "una mujer quedó embarazada de un tipo (como muchos en este país o en el mundo) que no asumió la responsabilidad".
Recuerda más adelante cómo en su adolescencia "apareció el tipo" y admite que intentó hacer interlocución con él, pero le resultó "trampeando" y explica que fue un momento en que él y su madre debían el alquiler de varios meses, su padre se comprometió "pero nunca respondió, nunca asumió".
Las respuestas se suceden sobre su juventud, sobre la presunta relación del sindicato petrolero al que pertenecía con la guerrilla, y sobre la izquierda colombiana, pero también su amistad con prostitutas callejeras y sus distintos oficios como los de cuidador de salón de billares o carga palos de golfista.
También su opinión sobre la extradición, la lucha contra la pobreza, sobre una posible negociación con las Farc y su diálogo con el líder y fundador de esa organización guerrillera Pedro Antonio Marín, alias Manuel Marulanda Vélez, más conocido como "Tirofijo".
Sánchez Cristo reconoce que después de horas de conversación concluye en que "Lucho" es "parecido a la mayoría de los colombianos", y señala que "ese es su secreto: ser absolutamente auténtico, sincero y haber aterrizado, luego del arribismo fugaz de la juventud".
Y Felipe González en el prólogo considera que Garzón es un "personaje incómodo para mucha gente de la izquierda", pero "cómodo y próximo para los ciudadanos comunes".
El ex gobernante español añade que ha seguido "y respetado su tarea como alcalde de Bogotá, triunfador electoral contra pronóstico, al que se puede y debe juzgar por la legitimidad de su ejercicio, no solo por haber sido una anomalía en su origen como candidato vencedor".
"Cuando he visto el libro, parecía que el eco de la voz de Garzón me estaba llegando como si me estuviera contando a mí su vida. Mi sorpresa ha sido el camino por el que ha llegado a las mismas conclusiones que yo tenía", señala González.
Subraya que su "sorpresa" fue "encontrar a quien es capaz, desde la sencillez, de dar las respuestas que siempre me negaban los interlocutores de nuestra tribu común".