Los propietarios de las casas pagaron $18 millones por cada una, cerca de 250 personas viven en este sector y cuentan que por estar ubicados tan cerca de la montaña nunca han tenido servicios públicos y ahora no sólo esto los aflige, pues tienen que desalojar porque sus residencias están en peligro de ser sepultadas por un alud de tierra.
Desde hace 15 días la Dirección de Atención y prevención de Desastres (DPAE) había alertado a los habitantes de este sector de la capital que un posible derrumbamiento de tierra se podía presentar; a las dos de la mañana del sábado 7 de febrero los residentes de la zona se percataron que sus casas se movían porque el suelo en donde están ubicadas había empezado a ceder.
De inmediato salieron de sus viviendas y llamaron a las autoridades para que hicieran presencia y afirmaron que si no habían hecho caso de la evacuación antes era porque la Policía si les había advertido, pero que nunca les dijo a dónde ir, ni con que plata iban a subsistir.
Uno de los afectados cuenta que en la madrugada comenzó a oír un estruendo muy fuerte y era porque el patio de su casa estaba completamente destruido, pues el derrumbe de tierra había caído encima dañando el techo y por supuesto todo lo que se encontraba allí.
Las diez familias afectadas están siendo reubicadas por la Defensa Civil y los Bomberos y esperan poder recuperar las pertenencias que quedaron dentro de sus casas, pues el alud de tierra aún no ha cubierto del todo sus residencias.