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Así se plantea la “nueva normalidad” en Latinoamérica

Medidas similares a las que espera implementar Bogotá en septiembre, se proponen en las principales ciudades latinoamericanas ante el posible regreso a las actividades cotidianas en los últimos meses de este año. Definir cuándo reabrir es el reto de todos.

Mónica Rivera Rueda
16 de agosto de 2020 - 02:00 a. m.
En septiembre se iniciarán los planes piloto en Bogotá, para el desconfinamiento. /Jose Vargas
En septiembre se iniciarán los planes piloto en Bogotá, para el desconfinamiento. /Jose Vargas
Foto: JOSE VARGAS ESGUERRA

La mayoría de los países latinoamericanos completan más de cuatro meses en cuarentena. Con diversas medidas, unos han optado por aperturas más aceleradas que otras, mientras el número de casos sigue creciendo de forma dispar en la región. Pese a ello, el dilema central siempre ha estado alrededor del bienestar económico o la salud, variables bajo las cuales se han estructurado las medidas con las que se espera volver a una “nueva normalidad” antes de finalizar el año.

Para hacerlo, las capitales latinoamericanas han estructurado planes acordes con sus propias realidades, independientes de las estrategias nacionales. En Bogotá, por ejemplo, el aislamiento comenzó días antes de la cuarentena decretada por el Gobierno Nacional y a lo largo de los últimos dos meses, mientras el país ha flexibilizado las medidas, en la capital se ha priorizado la atención en ciertas UPZ y la cuarentena por localidades.

Una vez pasen las seis semanas que la alcaldesa Claudia López denominó como las más críticas del primer pico de la pandemia, se tiene prevista la puesta en marcha de toda una estrategia que empezará con los planes pilotos para la reactivación paulatina de diferentes sectores económicos y el aprovechamiento del espacio público (bajo estrictas medidas de bioseguridad), y empatará con lo que denominó el “Plan Marshall”, a través del cual ofrecerá desde el próximo año alivios tributarios a ciudadanos y empresarios, respaldados en la ampliación del cupo de endeudamiento de la ciudad. Pero, ¿qué ocurre en las otras ciudades de la región? Este es el panorama.

Santiago de Chile

Con una población similar a la de Bogotá, la capital chilena tiene casi el doble de casos, tanto de contagios como de fallecimientos, pero según indicó el alcalde Felipe Alessandri, la diferencia es que han logrado reducir la propagación, por lo que desde mañana comenzará la segunda de cinco etapas del “Plan paso a paso”, con la que se iniciará el desconfinamiento gradual del centro de la ciudad, pero con restricciones los fines de semana.

Este contempla la cuarentena, la transición (que es la que se está atravesando), la preparación, la apertura inicial y la apertura avanzada. Cada paso depende de los indicadores sanitarios de las comunas abiertas y las aledañas. Es por ello que el plan de Santiago se está haciendo en conjunto con su área metropolitana, con una apertura bastante vigilada.

“Hoy cumplimos 143 días de cuarentena, lo que ha sido muy difícil de sobrellevar para gran parte de la población que sí ha cumplido estrictamente los protocolos sanitarios. Estamos pasando a una etapa de transición con limitantes. Por ejemplo, el comercio va a poder volver a abrir, pero solo atenderá a quienes sean de las comunas abiertas, y eso se va a fiscalizar con fuerza”, anunció Alessandri.

El avance se lo atribuye al aumento de los testeos, a la trazabilidad, que asegura está sobre el 90 %, y al aislamiento que continuará hasta que se completen las etapas, por lo que también controlará el distanciamiento y las aglomeraciones en las zonas y el comercio que regresa a sus labores.

Ciudad de México

En la capital mexicana se determinó un semáforo epidemiológico (en el que el rojo es cuarentena estricta y verde, la apertura total), bajo el cual se permiten acciones según el rastreo de brotes por comunas y la ocupación de los hospitales. Esto ha implicado la visita casa a casa, en las zonas con mayores contagios, en las que se ha identificado, según la Alcaldía, alrededor de 1.500 casos asintomáticos, así como cambios de cara a la “nueva normalidad”, como horarios escalonados de entrada y salida por sector, un nuevo esquema de trabajo de cuatro días presenciales y 10 en confinamiento, y la aceleración del gobierno digital, para facilitar trámites y evitar las aglomeraciones del sector público.

La semana pasada la alcaldesa Claudia Sheinbaum aseguró que la ciudad se mantendrá en semáforo naranja, dado que, si bien se han reducido las hospitalizaciones, tan solo llevan 12 días desde que se dio apertura a algunas actividades, como los servicios religiosos, parques, restaurantes y hoteles al 30 % de su capacidad; cines y teatros, al 50 %; de empresas, con menos de 30 empleados, y eventos deportivos sin público.

“Se han incorporado varias actividades. El lunes cumpliremos 15 días de la incorporación de los tribunales y esta semana se dio apertura a otras actividades. Tenemos que esperar al menos 15 días para ver si hay un impacto”, indicó la mandataria.

Lima

Pese a que el país inició el desconfinamiento hace un mes, luego de que el ministro de Salud, Víctor Zamora, asegurara que la ciudad ya había salido del pico de la pandemia y se encontraba en el descenso de los casos, esta semana el presidente tuvo que dar un paso atrás y decretar el toque de queda dominical y prohibió las reuniones sociales familiares. Con más de 8 mil casos diarios, de los cuales el 70 % se registran en Lima, es hoy el tercer país más crítico detrás de Brasil y México.

Ante esto, la región de Lima solicitó entrar en cuarentena focalizada, como se ha hecho en otras regiones, pero Vizcaya asegura que a futuro esto no se ha contemplado. “No veo, en función a la estadística e información científica, que estemos en una situación para regresar a una cuarentena. Creo que nos ha sido útil, porque nos ha enseñado nuevas formas de actuar y de comportamiento que estamos aplicando”.

Siendo así, en la ciudad se pide mantener el distanciamiento, así como el uso del tapabocas, pero el transporte sigue operando al 50 % de capacidad, mientras que los restaurantes, cafés y peluquerías lo hacen al 40 %. Por su parte, la Alcaldía adelanta la entrega de ayudas humanitarias, mercados y testeos en los sitios con mayor densidad poblacional.

Mónica Rivera Rueda

Por Mónica Rivera Rueda

Periodista de planeación, hábitat, salud y educación. Estudiante de la maestría de análisis de problemas políticos, económicos e internacionales contemporáneos.@Yomonrivermrivera@elespectador.com

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