Buscan "ajustarle la rienda" al Distrito en la atención a pacientes con cáncer en Bogotá

En el Concejo cursa un proyecto de acuerdo que se resolverá en plenaria la próxima semana y que tiene como principal objetivo definir el cáncer como un asunto prioritario para el Distrito y, en ese sentido, incluirlo dentro del Plan de Desarrollo.

Kelly Rodríguez / krodriguezd@elespectador.com
19 de febrero de 2020 - 07:00 p. m.
La principal barrera de acceso a los servicios de salud que sufren los pacientes con cáncer es la demora en autorizaciones de procedimientos, quimioterapias, exámenes y medicamentos. / Getty.
La principal barrera de acceso a los servicios de salud que sufren los pacientes con cáncer es la demora en autorizaciones de procedimientos, quimioterapias, exámenes y medicamentos. / Getty.

Bogotá está en deuda con los pacientes con cáncer. Aunque, desde 2010, la Ley Sandra Ceballos (Ley 1384) ordena a todas las entidades territoriales incluir en los Planes de Desarrollo el tratamiento integral de esta enfermedad como prioridad en la gestión pública, los esfuerzos de las diferentes administraciones por mejorar el servicio se han quedado cortos. Un proyecto de acuerdo, que se debatirá en la plenaria del Concejo de Bogotá, pretende "ajustarle las riendas" al Distrito, para que se apropie de la problemática y se concentre en brindar atención oportuna y de calidad a los pacientes.

Según cifras presentadas ante el cabildo, entre 2015 y 2018, incrementaron en 37% las atenciones de pacientes con cáncer en la capital, al pasar de 125.689 a 172.078. Asimismo, aumentó la tasa de mortalidad de 82,24 casos por cada 100.000 habitantes (en 2014) a 97 por cada 100.000 habitantes (en 2017). Suba, Kennedy, Engativá, Usaquén y Bosa, en ese orden, son las localidades con la mayor cantidad de casos de mortalidad por cáncer.

Para complejizar la situación, solo hay tres IPS de carácter público que cuentan con programas para la atención de pacientes oncológicos (Instituto Nacional de Cancerología, Hospital Militar Central y la USS Occidente de Kennedy). Además, en Bogotá, no se ha habilitado ninguna Unidad Funcional para la Atención Integral del Cáncer del Adulto (UFCA), ni una Unidad de Atención del Cáncer Infantil (UCAI), aunque así lo dispone las leyes 1348 de 2010 y la 1388 de 2010. Por si fuera poco, la prestación de servicios es fragmentada, es decir, puede ocurrir que un paciente que reciba su diagnóstico en un sitio, se practique radiología en otro y la quimioterapia en un tercer lugar.

A decir verdad, lo que se ha hecho en los últimos años desde el Distrito por mejorar el proceso de atención a estos pacientes no es mucho. En 2012, Gustavo Petro planteó en su Plan de Desarrollo la creación del Instituto Distrital de Oncología, un proyecto que se quedó en una buena intención. Después, Enrique Peñalosa consagró en su programa de gobierno aumentar al 30% la cobertura a quienes se les detectara de forma temprana alteraciones crónicas como cáncer. Aunque a corte de 2019, esta meta se concretó en un 27%, se podría decir que es lo único que se logró en ocho años.

Ante esto, y para que el Distrito asuma de forma responsable y certera la lucha contra el cáncer, la Comisión del Plan del Concejo de Bogotá votó de forma unánime a favor de un proyecto de acuerdo, que busca que la administración incluya en el Plan de Desarrollo la problemática del cáncer como un asunto prioritario de salud pública. El proyecto dispone que los programas, estrategias y metas que se incluyan en el Plan de Desarrollo deben tener como principales objetivos:

a. Contribuir a la identificación, promoción y prevención de factores de riesgo que inciden en la aparición del cáncer.

b. Reducir la fragmentación en la prestación de servicios oncológicos que incide en la generación de barreras institucionales y mitigar las inequidades en salud por razones asociadas al cáncer, haciendo énfasis en la población con mayor vulnerabilidad socio económica y cultural.

c. Promover la detección y atención oportuna, continua, integral, resolutiva y con calidad para las personas en riesgo o con padecimiento de cáncer.

d. Promover la rehabilitación integral para reducir las limitaciones físicas, emocionales y sociales causadas por el cáncer.

e. Vincular el cuidado paliativo como componente de atención transversal para lograr la mejor calidad de vida posible para los pacientes oncológicos y sus familias.

f. Fortalecer la organización y gestión integral de la Red de Prestación de Servicios Oncológicos.

g. Promover servicios de apoyo social para personas en riesgo o con padecimiento de cáncer y sus familias.

Además, el documento reitera que hay que mejorar las condiciones para la atención con calidad mediante la implementación de las Rutas Integrales de Atención en Salud (RIAS), a través de la Red de Servicios Oncológicos, en las cuales se enfatizan servicios de apoyo social y cuidados paliativos. Para todo esto, ordena incluir costos y fuentes de financiación en un marco de progresividad y sostenibilidad fiscal.

“Si se le da el visto bueno en plenaria, como esperamos, este sería el primer proyecto aprobado de esta legislatura. Es clave que se incluya en el Plan de Desarrollo porque se necesita presupuesto y, además, estamos desobedeciendo la ley nacional. En Bogotá aumentan los niveles de morbilidad de cáncer y, aunque están las herramientas, nadie hace nada”, explicó el concejal del Centro Democrático, Oscar Ramírez, ponente del Proyecto de Acuerdo que surtirá su trámite decisivo la próxima semana.

Para el docente universitario en gestión, políticas y derecho a la salud, John Marulanda, es claro que esta iniciativa no solo apunta a lograr el mayor bienestar y oportunidades de vida para los ciudadanos con riesgo, presunción o diagnóstico de cáncer en Bogotá, sino que también compromete a la capital a ser el modelo de política de salud para el gobierno nacional.

Sin embargo, sugiere que “el proyecto de acuerdo debe considerar aspectos relacionados con modelos de historia clínica oncológica que, como es potestad del médico tratante, establezcan condiciones, tiempos y terapias óptimas de manejo. Para ello, debería mencionar el enfoque ético y los mayores instrumentos de vigilancia y control distritales en salud, tanto en el componente de aseguramiento y prestación, como en el de salud pública”.

Marulanda agregó que, si el propósito es llevar al usuario o paciente capitalino las mayores oportunidades frente al riesgo, diagnóstico y tratamiento del cáncer, hay que incorporar un componente importante de participación ciudadana de manera vinculante, como parte del proceso de seguimiento y evaluación de la política pública en salud, y no solo a nivel consultivo o informativo.

Por otro lado, Denis Silva, vocero de Pacientes Colombia, asegura que en la ciudad hay “obesidad normativa” y que no cree que se necesiten más actos administrativos si ya existe una ley nacional que habla claramente del diagnóstico oportuno, la prevención, la atención integral y el cuidado paliativo de los pacientes con cáncer.

“No podemos seguir fraccionando la norma del servicio de acuerdo con lo que cada alcalde quiera implementar. Por qué mejor el Concejo no trabaja de la mano con el Gobierno para exigir que se cumpla la ley que ya existe, pero han sido negligentes y los problemas de los pacientes con cáncer siguen siendo los mismos todos los años. Estas personas no dan espera”, afirmó Silva agregando que muchos de los afiliados a la EPS del Distrito, Capital Salud, no tienen una asignación oportuna de citas, quimioterapias y medicamentos. Además, sufren rotación de IPS y cambio del esquema de medicamentos por “moda” o porque son más económicos.

Estas falencias, coinciden con cifras del Observatorio Interinstitucional de Cáncer de Adultos (OICA) que, tras una indagación a 664 pacientes con cáncer en un periodo de tres meses en 2019, informan que la principal barrera de acceso es la demora en autorizaciones de procedimientos, quimioterapias, exámenes, medicamentos (28%); a continuación, está la demora en cita con especialista (12%); entrega fragmentada de medicamentos (12%); demora en entrega de medicamentos (11%); negación del servicio y procedimientos (11%); cambio de prestador sin justificación (4%); entre otras.

Así las cosas, hay sobre la mesa una nueva oportunidad para eliminar, o por lo menos reducir al mínimo, los obstáculos con los que se encuentran los pacientes de cáncer. Será decisión y voluntad de la administración distrital priorizar la atención de estas personas y dignificar, desde una prestación óptima del servicio de salud, la batalla que libran a diario por conservar su calidad de vida.

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Por Kelly Rodríguez / krodriguezd@elespectador.com

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