A Claudia nunca le prestaron atención, ni antes ni después del crimen: familia

Tras el crimen de Claudia Giovanna Rodríguez, quien fue asesinada por su expareja en un centro comercial de Bogotá, su familia advierte fallas tanto en su operativo de rescate como en el seguimiento a su denuncia por maltrato.  

Javier González Penagos - Twitter @Currinche
11 de abril de 2017 - 05:52 p. m.
En 2006, Julio Alberto Reyes fue capturado por la Policía luego de que, en circunstancias similares, la emprendiera contra quien fuera su expareja y un grupo de acompañantes en un establecimiento comercial: mató a dos personas y dejó a otras tres heridas. Su objetivo era asesinar a quien era su esposa. /Foto: Felipe Izquierdo
En 2006, Julio Alberto Reyes fue capturado por la Policía luego de que, en circunstancias similares, la emprendiera contra quien fuera su expareja y un grupo de acompañantes en un establecimiento comercial: mató a dos personas y dejó a otras tres heridas. Su objetivo era asesinar a quien era su esposa. /Foto: Felipe Izquierdo

En la noche de este lunes, luego de meses de intimidar y hostigar a su expareja, Julio Alberto Reyes concretó sus amenazas: sobre las 6:45 de la tarde llegó hasta el centro comercial Santafé, en el norte de Bogotá, donde trabajaba Claudia Giovanna Rodríguez y la retuvo por al menos tres horas para, finalmente, acabar con su vida. (Lea: Tragedia en centro comercial Santafé)

Estratégicamente, sabiendo que su familia siempre iba a recogerla a sus sitios de empleo –dado el miedo y el temor que se apoderó de Claudia, y que la llevó incluso, a mudarse de Medellín a la capital– el agresor la abordó minutos antes de que se encontrara con sus parientes y con un arma de fuego, la sometió en un local de la óptica GMO, en el segundo piso del complejo comercial.

“Él decía que iba a matarnos a todos, que iba a matar al bebé (fruto de la unión) si ella no volvía con él”, narra Fernando López, esposo de Liliana Rodríguez –hermana de Claudia– quien había acudido al centro comercial para protegerla ante las amenazas. “Ayer íbamos a recogerla al trabajo porque nadie le brindó protección y cuando llegamos, a las 7:00 de la noche, ella ya estaba sometida. Subimos corriendo, pero ya le había disparado y yo no entendía por qué la Policía no entraba a salvarla”.

La familia de Claudia, quien se desempeñaba como optómetra, sostiene que desde hace semanas sospechaban que algo como lo ocurrido anoche se iba a presentar. Hace apenas un mes, Julio Alberto Reyes le había propinado una golpiza; frecuentemente la maltrataba y la insultaba. Fue tal la situación, que Claudia optó por abandonar Medellín (donde residía, desde hace dos años, con el sujeto y su bebé) y se radicó en Bogotá.

De nada valió que la víctima denunciara al agresor, contara con vigilancia policial y que Reyes tuviera una restricción para acercársele. “El tipo se la pasaba aquí en la casa, gritando, diciendo que amaba al hijo, que la amaba a ella, y ese tipo de cosas. Venía el cuadrante de la Policía –si no acudieron aquí al menos 40 veces fue poco– y nunca hacían nada. Decían que no podían hacer nada”, reclama Fernando López. “La perseguía por todos los lados, la hostigaba y nadie le prestó atención”, remata.

Según López, hubo negligencia de la Policía, que falló en su actuar para velar por la integridad de su familiar, tanto en el momento de los hechos en el centro comercial, como previamente, cuando Reyes acosó y maltrató a Claudia, lo que la llevó a denunciar. “En el momento del crimen, eran más de las 7:00 de la noche y ella ya estaba herida. Eran las 10:00 y la Policía no hacía nada. Cuando ya dieron la orden de entrar ya estaba muerta. Se demoraron mucho. Nunca le prestaron atención (…) Fue necesario que llegara un oficial, el general (Hoover) Penilla –comandante de la Policía Metropolitana de Bogotá– para que las autoridades actuaran. ¡A las 10:00 de la noche!”.

La familia de Claudia conocía que Julio Alberto Reyes había purgado una pena en la cárcel. Precisamente allí la conoció, mientras ella cumplía con brigadas de servicio de optometría. Sin embargo, rechazan que la sociedad utilice este argumento para justificar el feminicidio.  

“Claudia no era una persona fuera de sus casillas, no tenía problemas económicos ni psicológicos. Era una buena persona, mamá e hija. Cuando se conocieron, el tipo no tenía ningún problema. Lo que no sabíamos es que era la típica oveja que después se convirtió en lobo. Ella no tuvo la culpa de enamorarse de él, quien mostró una cara y luego otra, la verdadera (…) Se presentó como un buen ser humano, pero al tiempo cambió y se volvió híperposesivo y maltratador. Claudia se enamoró del tipo equivocado”, explica el cuñado de la víctima.

Julio Alberto Reyes purgaba una condena por homicidio

En hechos ocurridos en 2006, Julio Alberto Reyes fue capturado por la Policía luego de que, en circunstancias similares, la emprendiera contra quien fuera su expareja y un grupo de acompañantes en un establecimiento comercial. Ocurrió en un bar del nororiente de Bogotá, hasta donde llegó portando un arma de fuego: mató a dos personas y dejó a otras tres heridas. Su objetivo era asesinar a quien era su esposa. 

Por estos crímenes, la justicia condenó Reyes Andrade a más de 22 años de prisión. En 2008, la defensa le pidió a la Corte Suprema de Justicia revisar el fallo condenatorio, argumentando que había pruebas que no se habían tenido en cuenta, entre ellas, que el homicida –según había declarado su mamá– sufría de trastornos mentales y psiquiátricos. (Lea: Corte Suprema había rechazado demanda en contra del asesino de Claudia Rodríguez)

Pese a que el alto tribunal desestimó la revisión del fallo, años después, Reyes recuperó la libertad por haber cumplido parte de la pena y porque los médicos le diagnosticaron una supuesta perturbación mental.

“En su momento, no teníamos certeza de lo que pasaba”: Policía

El comandante de la Policía Metropolitana de Bogotá, general Hoover Penilla, se refirió este martes al operativo efectuado en el centro comercial Santafé. Según declaró el uniformado a Blu Radio, inicialmente acudieron al establecimiento por el llamado de testigos que reportaban la retención de una persona en uno de los locales, donde previamente se habían escuchado unas detonaciones.

Allí, según narraron personas que se encontraban en cercanías de la óptica, permanecía un hombre que toda la tarde había estado merodeando el lugar y que, incluso, había ingresado varias veces para hablar con Claudia. En su último ingreso, ya con la firme intención de atentar contra ella, desenfundó un arma e intimidó a los clientes. Tras someter a una de las empleadas, en el establecimiento se escucharon varias detonaciones.

“El sujeto aseguraba que, si alguien intentaba ingresar, él ultimaba a la persona y se autoeliminaba (…) Pedía establecer comunicación con los familiares de la mujer y que, a partir de allí, tomaba otra decisión”, explica el comandante de la Policía. “Al no obtener esa respuesta y agotar los procedimientos, se decide ingresar para ver qué había sucedido. No teníamos, en ese momento, la certeza de lo que pasaba”.

De acuerdo con el general Penilla, Julio Alberto Reyes –al percatarse de la presencia de francotiradores y de movimientos para un eventual rescate– la emprende contra la Policía y última a su víctima, quien recibió tres impactos de bala. Posteriormente, fue neutralizado por las autoridades y falleció camino al hospital.

Sobre la relación entre Claudia y su agresor, la Policía corroboró que, efectivamente, ella contaba con medidas de protección ante los hostigamientos de Reyes. “Hace cerca de mes y medio, ella huyó de Medellín y se radicó en Bogotá. En su lugar de residencia había constante presencia de policías”, agrega el comandante de la Policía de la capital.

En 2017 ya han sido asesinadas en el país 204 mujeres

Según cifras del Instituto Nacional de Medicina Legal, conocidas a raíz del crimen de Claudia Rodríguez, en lo corrido del año –hasta el pasado 5 de abril– fueron asesinadas en Colombia 204 mujeres, 24 de ellas a manos de quienes fueran sus parejas. (Lea: Este año han sido asesinadas ya 204 mujeres en el país)

Por cuenta de casos de violencia intrafamiliar, solo en 2016 se otorgaron 25.703 medidas de protección en Bogotá y en lo que va del año, ya son casi 2.900.

 

 

 

jgonzalez@elespectador.com

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Por Javier González Penagos - Twitter @Currinche

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