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Las claves del nuevo modelo de aseo en Bogotá

Se desmonta el esquema de Petro. Cambiará la distribución de zonas de recolección de basuras, en las que entrará Sumapaz. Nuevos operadores les pagarán a recicladores y asumirán la limpieza de postes y puentes.

Carlos Hernández Osorio
22 de junio de 2016 - 04:39 a. m.

Esta semana marca en Bogotá el inicio del fin de la era Petro en lo que a basuras se refiere. La administración de su sucesor Enrique Peñalosa comenzó el lunes pasado el proceso para contratar la prestación del servicio de aseo y, de paso, “desmontar el esquema actual”, que entró en vigencia hace tres años y medio con el fallido intento de consolidar la participación pública en el negocio.

Los puntos claves del nuevo modelo son los siguientes.

Los tiempos

El pasado lunes la Uaesp le presentó la propuesta del nuevo modelo de aseo a la Comisión de Regulación de Agua Potable y Saneamiento Básico (CRA), para que esta la apruebe o la rechace. En octubre, de acuerdo con el cronograma propuesto, se abriría la licitación y sería adjudicada en diciembre. En febrero de 2017, ya escogidos los cinco nuevos operadores, se pondría en marcha el nuevo esquema. La adjudicación de cada una de las cinco áreas en las que quedó dividida la ciudad, es por ocho años.

A limpiar paredes y puentes

Beatriz Cárdenas, directora de la Uaesp, precisó que a los operadores, además de la recolección y barrido, les exigirán la limpieza de postes, paredes y puentes, con el fin de seguir la máxima del alcalde Enrique Peñalosa de tener una ciudad limpia en estos espacios.

Entra Sumapaz

Esta localidad rural del sur de Bogotá y una zona rural de Chapinero Alto no habían sido incluidas nunca en las áreas donde se presta el servicio. Allí quedará a cargo del aseo la misma empresa que recogerá la basura en Santa Fe, La Candelaria, San Cristóbal, Usme y Antonio Nariño.

La inclusión de esa Localidad viene con una distribución de la ciudad en nuevas áreas de prestación del servicio. La licitación, entonces, entregará en concesión cinco zonas. El monto de cada contrato varía dependiendo de factores como el número de suscriptores (ver gráfico).

Operadores, y no el Distrito, les pagarán a los recicladores

Un punto fundamental del esquema de aseo que implantó el exalcalde Gustavo Petro fue el pago a los recicladores con recursos del Distrito. Esta política comenzó en marzo de 2013, y desde entonces les han girado unos $70.000 millones. Eso, junto con otras políticas como el censo y la identificación con cédula de ciudadanía para los integrantes de esa población que lo necesitaran, le valieron a Petro el reconocimiento de la Corte Constitucional, que desde 2011 exigió la inclusión de los recicladores en el esquema de aseo de la ciudad.

La medida, sin embargo, nunca estuvo exenta de críticas, sobre todo porque el sistema implementado para pagar con base en la cantidad de reciclaje pesado nunca fue totalmente confiable. Los pagos, pactados para cada dos meses, además se han retrasado con frecuencia. La administración Peñalosa se está poniendo al día, pero la directora de la Uaesp aclaró ayer que con el nuevo modelo el Distrito dejará de hacer esos giros, pues estos les corresponderán a los nuevos operadores. La idea es que los ciudadanos paguen el servicio de reciclaje en su factura al operador del área respectiva, para que este, a su vez, remunere a los recicladores.

Las otras acciones para incluir esta población en el sistema de aseo las pondrá en marcha la Alcaldía a través del Plan de Gestión Integral de Residuos Sólidos. Petro dejó uno listo en diciembre, pero esta Administración le está haciendo modificaciones con base en nuevas normas nacionales, y pretende dejarlo listo en un mes.

Aguas de Bogotá, en veremos

Esta empresa pública, cuyo dueño es el Acueducto de Bogotá, presta el servicio de aseo en 12 Localidades (aproximadamente 52 % de la ciudad). Es otro punto fundamental del esquema de aseo que dejó Petro. El 18 de diciembre de 2012, el entonces alcalde comenzó a implementar su modelo con la intención de que fuera totalmente público, a cargo de Aguas de Bogotá (AB). Sin embargo, las dificultades lo llevaron a renegociar los contratos con los privados a los que había intentado sacar del negocio. Dejó por fuera a Atesa (del empresario William Vélez), y les volvió a dar cabida a Lime, Aseo Capital y Ciudad Limpia; mantuvo a AB en el área mencionada.

La empresa tiene unos 3.500 empleados, la mayoría con fuero sindical y de poblaciones vulnerables (amas de casa y víctimas de desplazamiento, por ejemplo). Peñalosa ha dicho que está en desacuerdo con que AB siga prestando el servicio de aseo. El gerente del Acueducto Germán González asegura que AB no desempeña bien esa labor. Además, no es posible saber a ciencia cierta su situación financiera y la liquidación es una opción.

A la licitación se pueden presentar empresas públicas y privadas, así que, de entrada, AB tiene cabida, pero el hecho de que tenga que competir no le asegura su continuidad y, más bien, la dificulta. Es alta, entonces, la probabilidad de que el Distrito salga del negocio y vuelva a quedar solo en manos privadas, como antes de que llegara Petro.

Por Carlos Hernández Osorio

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