¿Cómo educar a los niños del presente para los trabajos del mañana?

Empresas y gobiernos trabajan para preparar a niños y adolescentes de cara a la cuarta revolución industrial. El trabajo en equipo será una de las habilidades más demandadas. Bogotá le apuesta a diseñar un nuevo currículo que apunte a estas necesidades.

Diego Ojeda / @diegoojeda95
06 de marzo de 2020 - 04:30 a. m.
Niños de colegios distritales reciben formación de empresas privadas. / Cortesía Fundación Telefónica
Niños de colegios distritales reciben formación de empresas privadas. / Cortesía Fundación Telefónica

La humanidad ha pasado por tres revoluciones industriales; todas con un impacto en el aspecto laboral. La primera, con la invención de la máquina de vapor, industrializó los procesos de fabricación; la segunda, con la implementación de la electricidad, impulsó la producción en masa, y la tercera, con el uso de la informática, abrió paso a la automatización. Ahora se atraviesa la cuarta revolución, en la cual convergen tecnologías como la robótica y la inteligencia artificial (IA).

Este último cambio ha generado temores. Los más críticos aseguran que la implementación de las nuevas tecnologías tiene el potencial de acabar con trabajos que tradicionalmente han hecho los humanos. De hecho, el Foro Económico Mundial estima que en 2022 la cuarta revolución industrial habrá significado el desplazamiento de 75 millones de empleos. Sin embargo, el panorama se torna alentador al saber que para el mismo año se habrán creado otros 133 millones de plazas.

Para la secretaria de Educación de Bogotá, Edna Bonilla, es importante que los niños y adolescentes se formen en conocimientos y habilidades que les permitan satisfacer las demandas de este nuevo mercado productivo y laboral. A raíz de esto, la entidad que representa trabaja en el diseño de un nuevo currículo que tenga en cuenta este tipo de necesidades, así como en la actualización de los conocimientos y metodologías de los maestros.

“Los adultos tenemos un chip diferente. Por ejemplo, los niños programan robots con facilidad y la sensibilidad que tienen frente al otro es distinta. Yo le preguntaba a un niño cómo se imagina a Bogotá en 2023 y su respuesta me tocó: ‘Me imagino una ciudad que llora cuando matan a un líder que peleó por nuestros derechos’. Ellos tienen mucho por enseñarnos”, comenta Bonilla.

En Colombia, la labor de formar a las nuevas generaciones en habilidades de la industria 4.0 no ha sido exclusiva de las instituciones educativas. El sector privado, especialmente empresas dedicadas a la transformación digital, también ha puesto su grano de arena. Tal es el caso de Globant, compañía que en los últimos años ha promovido la educación en carreras de ciencia, tecnología, ingeniería, artes y matemáticas (STEAM por su sigla en inglés) en Bogotá y Medellín mediante becas, en alianza con el SENA.

“Hay un esfuerzo del Gobierno, universidades y de nosotros como empresa para hacer entender que no es tan complejo desde Colombia hacer tecnología para el mundo”, menciona Esteban Molina, site manager en Globant. Este directivo cree necesario, por ejemplo, que en los colegios se enseñen bases de programación, ya que cree que en el futuro esta habilidad será más importante que hablar inglés.

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“La programación puede ser compleja, como la que uno ve en el entorno empresarial, pero también puede ser sencilla al nivel de juegos y retos. Hay incluso unas metodologías de trabajo, como programar robots, en las que los chicos pueden ir aprendiendo muy rápido desde sexto o séptimo de bachillerato”, añade.

Molina y empresas de reclutamiento de personal, como el Grupo DNA, concuerdan en que la educación está teniendo un vuelco drástico: la gente ya no hace pregrados y posgrados en una misma línea, sino que los profesionales se están haciendo multidisciplinarios.

Ejemplo de lo anterior es un radiólogo, trabajador cuya carrera se ve amenazada con la implementación de una IA capaz de detectar anomalías en los pacientes mediante reconocimiento de imágenes. Pero este profesional podría aumentar sus capacidades, y “sobrevivir”, al aprender programación y ciencia de datos, y así enseñar a una IA a detectar esos pequeños detalles que solo reconoce una persona con sus años de experiencia.

Otra comprometida con este tipo de formación académica es Movistar. Mediante la Fundación Telefónica, compañía que espera capacitar en 2020 a un millón de personas, entre estudiantes y educadores, en áreas como robótica, programación y realidad virtual.

“Nos sentamos con la secretaria de Educación para ver cómo podríamos trabajar en proyectos que lleven la tecnología al aula. Queremos que los niños la utilicen productivamente”, menciona Mónica Hernández, directora de Fundación Telefónica.

Ella critica el pensamiento gubernamental que considera que el entregar tabletas a los niños ya es formarlos en habilidades digitales. La estrategia que se adelanta desde la Fundación es capacitar primero a los maestros, en cursos que pueden durar hasta un año, para que puedan dictar sus clases con nuevas metodologías, que incluyen robots y gafas de realidad virtual, entre otras tecnologías.

Si bien no se busca que los niños se gradúen siendo expertos en nuevas tecnologías, sí se pretende que se empapen de estos conocimientos para que tengan herramientas que les permitan definir sus carreras profesionales y empresariales. Lo cierto es que mientras el mundo cambia, sobre todo en los colegios públicos, no se está brindando este tipo de formación. En Bogotá se espera que la cosa cambie con el nuevo currículo que se prepara desde la administración de Claudia López.

 

¿Su trabajo lo hará una máquina en el futuro?

 

El Foro Económico Mundial asegura que la cuarta revolución industrial ya está haciendo cambios. De hecho, esta organización estima que en 2025, por primera vez, las máquinas trabajarán más que los humanos. Se prevé que del 100 % de las actividades, un 52 % sea realizado por las nuevas tecnologías, mientras que en 2022 este cambio significará la desaparición de 75 millones de empleos y la creación de otros 133 millones.

Los que sean manuales y repetitivos serán los primeros en salir del mercado laboral. Todo este panorama implica que, además de los conocimientos en la nuevas tecnologías, las habilidades exclusivas de los humanos sean más demandadas en el futuro.  El foro detalla que la creatividad, la resolución de problemas, el liderazgo y el pensamiento crítico serán fortalezas que harán la diferencia en una hoja de vida. El portal web willrobottakemyjob.com asegura que trabajos como contadores, cajeros y manicuristas hacen parte del grupo con más posibilidades de desaparecer.

Trabajadores sociales, psicólogos y artistas artesanales tienen menos posibilidades de desaparecer.

Por Diego Ojeda / @diegoojeda95

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