Comparte, la iniciativa por la que Julie Huynh estaba en Colombia

Desde hace cinco años, la "Fundación Proyectar sin fronteras" trabaja con comunidades afectadas por el conflicto armado en el sur de Bogotá, promoviendo proyectos autosostenibles y actividades de desarrollo para menores de edad.

Redacción Bogotá
22 de junio de 2017 - 10:22 p. m.
El Centro Comparte, en el barrio Santa Rosa, se encuentra en el segundo piso de la parroquia Madre del Divino Amor.  / Cristian Garavito
El Centro Comparte, en el barrio Santa Rosa, se encuentra en el segundo piso de la parroquia Madre del Divino Amor. / Cristian Garavito

El barrio Santa Rosa, en el suroriente de Bogotá, ha sido históricamente un lugar de conflicto. Está habitado principalmente por familias que se han visto afectadas por la violencia en el país (víctimas, exguerrilleros y exparamilitares) y además ha sido un frente de ocupación en la localidad San Cristóbal, pues desde comienzos de este siglo se ordenó el desalojo de viviendas entregadas por el Gobierno, lo que atrajo a nuevos habitantes que se fueron disputando esas viviendas y terrenos, que señalan que se ha llegado a los límites de la capital.

Paralelamente la Fundación Proyectar Sin Fronteras se creó en 2006, con la idea de crear y acompañar proyectos económicos y sociales en poblaciones vulnerables. En Perú, crearon un sistema de tutorías para evitar el fracaso escolar de niños huérfanos en la ciudad de Chiclayo. En India, restablecieron el sistema hidráulico y capacitaron en la optimización del agua a la población de un campo de refugiados tibetanos en Mainpat, mientras que en Brasil trabajan, con el pueblo de Joanes, en la isla Marajó, en un proyecto de transición económica al ecoturismo con una comunidad de pescadores que realiza esta labor en una fuente de agua contaminada.

A Colombia llegaron en 2012,  primero, con la idea de consolidar el programa Sembrando Confianza para promover la agricultura urbana, el consumo autosostenible y la venta y compra de sus productos en la zona. Luego abrieron el Centro Comparte, con el que trabajan en la implementación de proyectos educativos, culturales y de emprendimiento con la comunidad, en especial con los niños.

Tienen tres frentes de trabajo. El primero, está enfocado a capacitar a las familias que han sido víctimas del conflicto en modistería, por lo que se imparten cursos en el manejo de máquinas de coser para que sus beneficiarios creen proyectos propios o generen productos para la marca Olingo, con la que promueven y venden lo que hace la comunidad.

El segundo es un modelo de educación alternativo. Que de acuerdo con los habitantes de la zona, ha sido uno de los más provechosos para quienes viven allí, pues a través de este fortalecen “las habilidades de aprendizaje, convivencia y resolución de conflictos”, en los menores, dice la página web de la fundación. En este no solo guían a los niños en sus deberes estudiantiles, sino además los forman en otras actividades artísticas, así como en idiomas.

Finalmente promueven espacios de tejido comunitario a través de talleres que integran a la población. Por ejemplo, hace cuatro años junto a la Asociación Populus Proyectos Comunitarios y la Fundación Cine al Aire hicieron un taller de realización audiovisual que dejó como resultado un video musical de la canción “Viva el planeta” de Doctor Krápula, en el que participaron menores de la comunidad, así como la banda compartió una tarde con los niños del proyecto.

Recientemente, el "Colectivo de comunicadores y comunicadoras de San Cristobal" realizó talleres de radio con los niños de la fundación. Radio nómada fue el resultado del aprendizaje, una emisión en vivo en la que participaron varios de los habitantes del barrio y en la que los menores fueron libres para narrar sus historias, ya que según lo confirma el colectivo de periodistas, varios de ellos son víctimas del desplazamiento y en la zona tienen que lidiar a diario con “drogas, robos, peleas y armas”.

Según Johan Prada, uno de los integrantes del colectivo que trabajó con Comparte en el proyecto, el trabajo con la comunidad va más allá de ayudarle a los niños a hacer tareas. “Se hacen actividades lúdicas y como está en la iglesia, algunas relacionadas con la espiritualidad”, además “participamos en la toma de un parque que los niños casi no pueden utilizar por los problemas de territorio. Se hizo un canelazo para que los jóvenes se apoderaran del lugar y fue un éxito”.

La fundación es una organización internacional colombo-francesa que recibe donaciones y fondos a través de crowfounding, además cuenta con el apoyo de practicantes y voluntarios extranjeros que participan en la planeación, coordinación y desarrollo de los programas pedagógicos con los niños y la comunidad, esta era precisamente la labor que cumplía la francesa Julie Huynh.

Ella llegó al país en febrero para hacer parte de la misión de seis meses, después de haber realizado una maestría en Acción Humanitaria Internacional, en Francia. “Su apoyo se centró en el acompañamiento extra escolar a niños y niñas en dicha localidad. Desde el primer momento, Julie mostró gran compromiso para aportar sus conocimientos y energía en favor de la construcción de una cultura de paz”, señaló la fundación en un comunicado.

De acuerdo con su mejor amiga, Olimpia Raspoutine, “desde el primer momento, Julie mostró gran compromiso para aportar sus conocimientos y energía en favor de la construcción de una cultura de paz”, aseguró a este medio y además dentro de sus sueños, dijo, estaba viajar a Suramérica, un destino al que siempre quiso llegar.

En la Embajada francesa en Colombia, durante el fin de semana rindieron homenaje a la joven francesa. Allí estuvieron presentes algunos de sus compañeros de la Fundación, quienes reconocieron su trabajo con la comunidad de Santa Rosa. "La muerte de Julie nos conmueve, pero nos motiva a trabajar más por Colombia, por sus niños; por un país donde los centros comerciales sean seguros y los baños no sean trampas mortales para mujeres. Ese es el legado de Julie, su energía y esperanza", señaló Juan Forero vicepresidente de Proyectar Sin Fronteras, durante el evento.

Dentro de los planes de la fundación está abrir otros centros Comparte en la ciudad, además para el segundo periodo del año llegarán nuevos voluntarios que con la misma intención de Huynh, quieren aportar a la comunidad.

Aunque la Fundación se abstuvo a dar entrevistas más allá del boletín de prensa emitido por la muerte de la joven francesa y las declaraciones ofrecidas por la embajada, en su página hay algunos comentarios de quienes han participado en el programa. En uno de ellos asegura Rémi Norrito “los proyectos que está desarrollando PSF con la comunidad de Santa Rosa tienen un gran futuro y sobretodo impactarán a las poblaciones beneficiadas a nivel económico, social y cultural. Esto es lo que más me motivó y me motiva para ser voluntario, así como yo estoy motivado me gustaría motivar a muchas más personas diciéndoles que es un mundo por conocer, uno enriquece su vida y las de los demás con los proyectos de PSF”.

Tal vez esto mismo llegó a motivar a la francesa Julie Huynh, para ayudar a comunidades en Latinoamérica y en especial a los habitantes del barrio Santa Rosa. 

Por Redacción Bogotá

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