Con las botas puestas en el cine

En el colegio Atahualpa de Fontibón se creó un proyecto audiovisual que ha enfocado sus esfuerzos en hacer productos de calidad.

Redacción Bogotá
11 de octubre de 2017 - 03:00 a. m.
 Los estudiantes del colegio Atahualpa, en Fontibón, trabajaron más de cuatro meses en el corto.  / Cortesía
Los estudiantes del colegio Atahualpa, en Fontibón, trabajaron más de cuatro meses en el corto. / Cortesía

Durante cuatro meses, los estudiantes del Colegio Distrital Atahualpa, en la localidad de Fontibón, dedicaron su tiempo libre para hacer un cortometraje que hoy está nominado en el Festival Smartfilms. La producción cuenta la historia de un joven estudiante de un colegio público en Bogotá, que académicamente es uno de los mejores, pero en su vida diaria debe sortear con una serie de dificultades familiares como el alcoholismo de su madre y los malos consejos de su hermano. En cinco minutos se cuenta la esperanza de un joven que quiere salir adelante.

Las botas son para el barro es el resultado de un proyecto estudiantil, llamado Mejoratic, con el que tres maestros del colegio público buscan desarrollar las habilidades comunicativas en los estudiantes a través de trabajos audiovisuales. En este proceso, según cuenta Sandra Cristancho, maestra de la institución, han recibido capacitaciones de proyecto C4, de la Universidad Javeriana, del Clan de Fontibón y recientemente de Fontibón Medios, que les dio un curso en la parte audiovisual.

Con esto, los estudiantes comenzaron a grabar sus primeras producciones. El año pasado realizaron el cortometraje La asesina y este, tras conocer la convocatoria para el concurso de videos con celulares Smartfilms, decidieron enfocarse en una nueva historia.

Del guion se encargaron Talía Romero y Valentina Sierra. Las dos estudiantes crearon el argumento y las intervenciones de los personajes. Luego, todo el equipo hizo un aporte a la historia, antes de definir el plan de rodaje. “Todos pensaron en un final trágico, que el personaje principal muriera. Pero nosotros queríamos una visión diferente, que se cambiara el estigma que se tiene de los estudiantes de los colegios públicos y, a pesar de todas las dificultades, mostrar que todos tienen sueños y metas. En el caso del personaje, su impulso fue el mensaje positivo que le dejó su papá”, asegura Cristancho.

Al tener todo claro, se dedicaron a grabar. Lo hicieron usando tres celulares Huawei, con los que hicieron las tomas del corto. El escenario principal fue la casa de uno de los alumnos del proyecto y el resto de sus compañeros actuaron. Según la maestra, se hicieron hasta cuatro encuentros por toma. “Nos volvimos muy críticos con lo que estábamos grabando. Por ejemplo, hay una escena en la que el personaje principal se ve pensativo en su cama. Esa la hicimos varias veces, le cambiamos el vestuario y luego la fuimos mejorando”.

Su producción la presentaron al concurso y esperaron hasta el 21 de septiembre para conocer los resultados. Muy temprano las profesoras salieron a buscar el periódico El Espectador para conocer a los nominados. Al revisar el impreso se encontraron con la buena noticia: su nombre estaba entre los finalistas de la categoría para aficionados. La expectativa de los estudiantes se convirtió en alegría y lágrimas de emoción.

Para Cristancho esto es más que un proyecto estudiantil. “Estamos compitiendo con gente con mucha experiencia y con mas recursos que los que tenemos nosotros. Eso es más que un éxito”.

En total son 35 finalistas y el ganador lo decidirá el público. Las votaciones están habilitadas en la página www.smartfilms.com.co, donde la gente podrá ver el trabajo de estos jóvenes bogotanos. Los estudiantes del colegio Atahualpa están ilusionados, pero saben que ganen o pierdan lo que están viviendo es una experiencia invaluable.

Por Redacción Bogotá

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