Consejo Territorial de Planeación entregó concepto sobre el Plan de Desarrollo de Bogotá

El Distrito deberá definir si acoge o no las recomendaciones en su plan de gobierno de los próximos cuatro años. Ahora se prepara para radicarlo ante el Concejo de la ciudad, que finalmente deberá aprobarlo.

-Redacción Bogotá / bogota@elespectador.com
31 de marzo de 2020 - 09:57 p. m.
Getty Images
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El Consejo Territorial de Planeación Distrital (CTPD) entregó al Distrito el concepto que necesita para continuar con el proceso de consolidación del Plan de Desarrollo de Bógota (Un nuevo contrato social y ambiental para Bogotá del siglo XXI), en el que se establecen las líneas y metas que se trazarán en la capital por los próximos cuatro años. 

En el documento, en el que un grupo de expertos dan una serie de recomendaciones, se analizaron los cinco pilares del proyecto: Vivir sin miedo (paz, justicia y seguridad), ¡Con oportunidades, empelo y educación somos imparables! (educación, salud y oportunidades), Tiempo para la familia y el desarrollo no para el trancón (prosperidad, movilidad, empleo y desarrollo), ¡Reverdecer a Bogotá para vivir y respirar! (agua, energía, cambio climático y medio ambiente) y Unidos somos el mejor hogar de los colombianos (desarrollo regional, humano, incluyente y sostenible).

Aunque se destaca la intención de la nueva administración de incluir el enfoque de género, así como darle un mayor valor a la participación ciudadana, entre otras cosas, se hicieron una serie de recomendaciones para incluir en el documento final, que se llevará al Concejo. 

Una de las principales tiene que ver con el impacto que generará en la ciudad la crisis por el covid -19, ya que de acuerdo con el CTPD el proyecto queda desactualizado ante los nuevos desafíos sociales que se vienen dado que "el impacto sobre la economía informal y de pequeños productores puede agravar aún más los problemas de inequidad y de falta de integración social, incluyendo un deterioro de los niveles de pobreza en ciertos sectores de la población".

También consideran que se deben tener en cuenta los grupos poblacionales excluidos, pues pese a que el nuevo Plan de desarrollo es incluyente con las mujeres y los jóvenes, lo cual es innovador dentro de este tipo de programas, consideran que se "puede estar incurriendo en el error de generar nuevas exclusiones".

Asimismo, consideran que es necesario involucrar a la sociedad en su conjunto dentro de los planteamientos, pues en el desarrollo del documento no se tienen en cuenta las empresas, así como se deben fortalecer las instituciones para coadyudar con los ciudadanos y así garantizar una verdadera participación ciudadana. 

En cuanto a los cinco pilares y 30 logros aseguran que no hay transversalidad e interseccionalidad en muchas materias, por lo que se da la sensación que hay ciertos programas que se repiten, por lo que recomiendan darle una mayor interrelación y "que los indicadores de gestión sean transformados en indicadores de impacto para que se haga un seguimiento efectivo por parte de la ciudadanía". 

Mientras que con respecto a lo regional consideran que es necesario para cumplir los 17 objetivos de las Objetivos de desarrollo sostenible: voluntad política, talento humano y capacidad para generar el conocimiento necesario para solucionar los desafíos de cada uno de los ODS. 

Una preocupación final tiene que ver con que debido a la cuarentena se presenten pocos avances en los grandes proyectos de infraestructura, como el metro de Bogotá, el Regiotram, o los cables aéreos, algo que considera vital la entidad para suplir la necesidad de un sistema de transporte integrado y multimodal.  

Durante la entrega del concepto, Lilia Avella, directora del CTPD, también resaltó aspectos positivos del proyecto de Plan de Desarrollo, como la inversión que plantea en metas, indicadores y propuestas para el sector cultural; los incentivos para implementar los presupuestos participativos en las 20 localidades, con un porcentaje mayor al que pide la ley; la defensa de las empresas públicas de la ciudad como manera de fortalecer el patrimonio público de la capital.

Entre otras recomendaciones, Avella también pidió revisar y ajustar el presupuesto plurianual; reconocer plenamente la riqueza cultural y étnica de las poblaciones indígenas, afrodescendientes y raizales de la ciudad; facilitar la concertación de políticas, programas, planes y proyectos entre todos los sectores y que se lleve a cabo un proceso de participación efectivo durante la socialización del proyecto.

"También queremos resaltar la valiosa decisión de conformar la Ciudad-Región, el reconocimiento y relación con la RAPE y el desarrollo de proyectos conjuntos. También reconocemos la intención de crear una mirada intergeneracional y del derecho a la educación para crear un mejor futuro para niños y jóvenes. Dar prioridad a la jornada única y priorizar el fortalecimiento de la Universidad Distrital son otros avances importantes para Bogotá", agregó Avella. 

Ahora está en manos del Distrito definir que recomendaciones acogerán, dado que el documento no es vinculante, antes de llevar la propuesta ante el Concejo de Bogotá, donde los cabildantes tendrán un mes para debatir y aprobar el nuevo plan de desarrollo de la ciudad. 

“Queremos agradecer el trabajo del CTPD por hacer estas importantes recomendaciones, pero además hacer aportes con ideas concretas que estudiaremos con especial cuidado. Queremos incluirlas, pero, además tener en cuenta la nueva realidad de la pandemia que será tenida en cuenta en este nuevo contrato social que le proponemos a Bogotá”, afirmó la alcaldesa Claudia López.

Este concepto entregado por el CTPD será estudiado por la Alcaldía de Bogotá y las recomendaciones pertinentes serán tenidas en cuenta en el proyecto definitivo que será presentado al Concejo de la ciudad. “Estoy convencida que Bogotá necesita un nuevo Contrato Social ahora más que nunca para atender este momento que vive la ciudad y el país. Un nuevo contrato social que sin duda tendrá en cuenta a las poblaciones vulnerables, pero también a la clase media”, sostuvo la mandataria de la ciudad.

Así mismo, recalcó que la emergencia instó a la ciudad a anticipar este contrato social permitiendo que las familias más vulnerables tengan un ingreso mínimo vital como está incluido en el Plan de Desarrollo. “Hacer un nuevo contrato social implica hacer cambios estructurales que se harán a lo largo de más de cuatro años y que permitirán reducir la de desigualdad, incrementar la sostenibilidad ambiental y redistribuir los beneficios de una manera más equitativa para reducir la pobreza”, aseguró la alcaldesa.

 

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Por -Redacción Bogotá / bogota@elespectador.com

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