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Critican expansión del Teatro Colón

Expertos aseguran que el Mincultura no debe sacrificar casas patrimoniales del Centro Histórico para remodelar este edificio.

Santiago Valenzuela
13 de agosto de 2012 - 10:12 p. m.
Esta es la vista panorámica de dos de las cuatro cuadras que componen la manzana en la que se encuentra el Teatro Colón. / Gabriel Aponte
Esta es la vista panorámica de dos de las cuatro cuadras que componen la manzana en la que se encuentra el Teatro Colón. / Gabriel Aponte

Muy preocupados se mostraron ayer arquitectos y expertos en patrimonio arquitectónico, luego de que este diario divulgara que el Ministerio de Cultura planea comprar varias casas patrimoniales, en el Centro Histórico de Bogotá, para construir sobre ellas los parqueaderos y la sala de ensayo del Teatro Colón.

El plan de ampliación del teatro comenzó en 2008. Durante ese año, el Ministerio de Cultura inició la remodelación con el reforzamiento de la estructura.

Hoy, durante la fase II, las obras están dirigidas a la ampliación de la trasescena y a la recuperación física del edificio.

Para la última fase, planillada para comenzar en enero de 2013, el Ministerio contempla la expansión de sus instalaciones en por lo menos 12.000 metros cuadrados, lo que necesariamente implicaría la compra de más de un predio de esta manzana que, en buena parte, han sido catalogados como de conservación monumental y arquitectónica.

Juan Luis Rodríguez, máster en Teoría de la Arquitectura de la Universidad de Harvard y profesor de la Universidad Nacional, considera que el Ministerio “debe respetar la declaración de protección arquitectónica” de las casas de la manzana.

Rodríguez asegura que incluso las casas y los locales que no tienen esa categoría —y cuyo proceso de compra ya arrancó— “tienen valor patrimonial”. Según explica: “La arquitectura se relaciona con la historia, con la cultura y con las características sociales del lugar en donde se construye. Así estas casas sean de baja calidad, tienen un valor en la memoria colectiva del centro histórico”.

Lo mismo opina Silvia Arango, doctora en urbanismo y ganadora del Premio Nacional de Arquitectura: “El Ministerio debe proteger los bienes declarados como patrimonio arquitectónico por el valor que tienen para la zona. Así sean reedificables o no estén en muy buen estado”. Según Arango, toda la manzana tiene hoy valor patrimonial: “Esos locales deben quedarse para mantener el contexto, la escala y la morfología de la época”.

Finalmente, Olga Pizano, exdirectora de Patrimonio del Ministerio de Cultura, asegura que las pretensiones de esta entidad “son demasiado ambiciosas” y recomienda que “el teatro debe ajustarse a las categorías patrimoniales y no al revés”. Es decir, que la Nación respete lo que la ciudad ha considerado su patrimonio.

La secretaria de Cultura de Bogotá, Clarisa Ruiz, le dijo a este diario que la ampliación del Colón es necesaria y que la ciudad está trabajando de la mano con la ministra Mariana Garcés para determinar la mejor forma de proceder ante las casas patrimoniales. Sin embargo, Ruiz aseguró que, llegado el caso, la ciudad podría promover que un consejo técnico evalúe quitarle el estatus patrimonial a parte de esta manzana.

La arquitecta encargada de realizar el proyecto, Mariana Patiño, insiste en la necesidad de convertirlo en un teatro del siglo XXI. “El Teatro Colón está ahora con la mecánica teatral de hace 100 años y nunca se ha modernizado. Si logramos la ampliación podríamos aumentar 500 o 600 puestos más para cubrir la demanda de éste”.

Por Santiago Valenzuela

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