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Para Jairo Padilla, cambiar su carreta y su caballo por un motocarro es una posibilidad lejana, casi remota. Aunque de Bogotá llegan noticias de los avances de un proceso que busca que los carreteros hagan la transición, sabe que en Zipaquirá, el municipio por donde circula cargando escombros, apenas se ha hecho un censo y no hay recursos para que el municipio le entregue un vehículo sustituto y así él deba preocuparse por aprender a conducir una moto.
Zipaquirá es uno de los municipios de Cundinamarca que, según el Decreto 0178 de 2012, deberían haber sacado de sus calles los vehículos de tracción animal y haberles ofrecido a los carreteros alternativas para un nuevo empleo. Sin embargo, pese a que la fecha se venció ayer, son pocos los avances.
Aunque los reflectores sólo se han puesto sobre el proceso que hace más de un año se adelanta en Bogotá, según el decreto todos los municipios de primera categoría y categoría especial también tendrían que haber emprendido acciones para erradicar este medio de transporte.
La clasificación comprende municipios con más de 100 mil habitantes y con ingresos anuales corrientes de libre destinación, de más de 100 mil salarios mínimos legales mensuales.
El Espectador consultó a los alcaldes y secretarios de Movilidad de los municipios donde viven más de 100 mil personas según cifras de la Secretaría de Planeación de Cundinamarca. Zipaquirá, Chía, Facatativá, Fusagasugá, Soacha y Girardot son los municipios que, debido al número de habitantes, tendrían por lo menos que tener en marcha un proceso de sustitución.
Pero la falta de recursos (ver recuadros) y los mínimos avances para ofrecerles alternativas a los carreteros son el factor común de varios de los municipios. En el caso de Girardot y Chía, las alcaldías aseguran que hace muchos años que por las calles dejaron de verse las carretas.
Los demás coinciden en que los vehículos de tracción animal son un problema para la movilidad y que se han presentado denuncias por maltrato animal. Eso sin contar con que la mayoría de carreteros vive de transportar escombros, que muchas veces son dispuestos en zonas inapropiadas. Los mismos problemas que se viven en Bogotá, pero sin muchas posibilidades de erradicarlos.
Aún así, debido a la presión que se ha ejercido y a los avances en Medellín o Manizales, muchos aseguran que esperan que este año sea el último en que los municipios tengan en sus calles carretas tiradas por caballos.
Zipaquirá avanza en transición
Después de hacer un censo que demostró que por las calles de Zipaquirá —en donde viven más de 110.000 personas— apenas se mueven 35 carretas, la Alcaldía busca suscribir un convenio con la Gobernación de Cundinamarca con el fin de conseguir los recursos para sacar a los caballos de las vías. Fernando Rodríguez, secretario de Movilidad del municipio, explica así el panorama de las zorras en Zipaquirá: “Lo normal es que transporten escombros y los lleven a una escombrera autorizada. En un día pueden hacer $30.000 pesos. Hasta el momento no hay problemas de movilidad porque la administración los ha organizado y tienen el tránsito permitido en ciertas zonas”. Sin embargo, los conductores han recibido capacitaciones. Según Rodríguez, “no es sólo entregarles las motocarros, hay que hacer todo un proceso de educación”. En las cuentas que se hacen en el municipio, serán necesarios entre 400 y 500 millones de pesos para lograr la transición.
¿De Soacha o de Bogotá?
Uno de los mayores problemas que han tenido en Soacha es que muchos de los dueños de los vehículos de tracción animal están inscritos tanto en la capital como en el municipio. Jaime Ramírez, director de movilidad de Soacha, señala que en este momento se está revisando el censo que en 2010 registró 123. La encargada de hacer el proceso de sustitución será la Dirección de Medio Ambiente, sin embargo, en Soacha se repite el problema de los demás municipios: no hay recursos. “Este año tiene que quedar listo el nuevo censo para empezar a buscar alternativas para la sustitución”, dice Ramírez.
No hay recursos en Facatativá
Apenas $15 millones tiene Facatativá para adelantar el proceso de sustitución de vehículos de tracción animal. Así se lo confirmó a El Espectador el alcalde de ese municipio, Luis Orlando Buitrago. Debido a la falta de recursos, explica el mandatario, hasta ahora sólo se ha podido iniciar el proceso de caracterización que permitirá tener claridad sobre el número de personas que sobreviven gracias a esta actividad. Según estimaciones de la Alcaldía, en el municipio circulan alrededor de 20 zorras, que, pese a ser pocas, generan varios problemas: “Hay dificultad en la movilidad, en muchas ocasiones arrojan los escombros que recogen en cualquier parte”, dice el alcalde, quien reconoce que el proceso es una verdadera necesidad para el municipio. Sin embargo, agrega que “por más que sea una prioridad, si no está dentro del presupuesto, sencillamente no es posible hacer la ejecución”.
No estamos obligados’
Pese a que en Fusagasugá viven 120.000 personas, en la Alcaldía aseguran que, debido a los ingresos del municipio, éste sigue siendo de tercera categoría, no de primera, lo que no lo obliga a sacar las zorras de las calles. Pero, “previendo que puede llegar el momento en que tengan que cumplir”, como señala Leonidas Serna, de la Secretaría de Movilidad del municipio, se hizo el censo según el cual 35 personas trabajan en vehículos de tracción animal. Por el momento, estas personas pueden acceder a capacitaciones del Sena, mientras es posible brindarles otras posibilidades.