Luego de que los comerciantes de San Victorino se quejaran por el fuerte impacto económico y el incremento de inseguridad por las obras de la fase III de Transmilenio, el Instituto de Desarrollo Urbano (IDU) y el Instituto para la Economía Social (IPES) reconocieron la problemática y decidieron incluir en las construcciones un paso deprimido que no sólo beneficiará las ventas, sino también la movilidad de más de un millón de personas que transitan diariamente por esa zona.
La construcción del paso deprimido incluye a 20 locales comerciales. El IDU iniciará la excavación respectiva y dispondrá un presupuesto de 4.000 millones de pesos para la obra de diez metros de ancho que permitirá la ubicación de los puestos de venta.
Igualmente, el IPES manifestó que se comprometerá el próximo año a fijar una partida presupuestal para construir los 20 locales comerciales.
El Distrito revisará el impacto ambiental de la obra y dispondrá una ventilación adecuada, si se tiene en cuenta que por encima del paso deprimido se ubicará una estación de Transmilenio y los gases de los articulados podrían concentrase allí afectando considerablemente la salud de los transeúntes.
Los comerciantes, representados por organizaciones como Asocomercio y Alianza Estratégica, celebraron la decisión de incluir zonas de comercio porque aseguran que, en caso contrario, este sector se convertiría en un foco más de inseguridad y de alto riesgo para los peatones.