Distrito no tiene plan para brindar un servicio de SITP rápido y eficiente: Contraloría

La chatarrización apenas tiene un avance del 60 %. Aún faltan por ser desintegrados 4.329 buses, que siguen prestando el servicio de transporte provisional. / Archivo El Espectador.

Que el SITP es un sistema con decenas de problemas, no es una novedad. El sistema de transporte que se implementó en Bogotá hace casi una década cada vez tiene menos usuarios. Y, con el tiempo, la satisfacción con el servicio también disminuye, a la vez que son más frecuentes las denuncias por buses en mal estado, demoras en frecuencias y déficit de rutas. Todo esto tiene su raíz en un hecho puntual y es la falta de acciones por parte de las cuatro últimas administraciones para lograr la adecuada implementación del sistema. (LEA: Parqueo en vía: una gota de agua para el incendio del SITP)

Esta desidia quedó en evidencia en una carta que recibió hace cinco días el alcalde Enrique Peñalosa, remitida por el contralor de Bogotá, Juan Carlos Granados. En el documento de 23 páginas la Contraloría hace una larga lista de advertencias y reparos sobre la falta de acciones, en particular las de esta administración, para lograr el funcionamiento esperado del sistema.

Por ejemplo, la Contraloría llamó la atención sobre la fecha de inicio de operaciones de los siete concesionarios (nueve, originalmente) del SITP. Para abril de 2014 estaba prevista la implementación de la totalidad del sistema, fecha que después se movió para agosto y luego para diciembre de ese año. Sin embargo, señala el ente de control. “a diciembre de 2018, transcurridos más de 67 meses de haber dado orden de inicio de operaciones a los concesionarios del SITP, la administración carece de un cronograma definido que permita avanzar en la implementación total del SITP”.

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Para la Contraloría, esto se debe a situaciones como incumplimientos en la programación, monitoreo de la flota y el cronograma para chatarrizar los vehículos antiguos; ausencia de terminales para cargar las tarjetas TuLlave, y falta de implementación de rutas y de construcción de patios. 

De acuerdo con la entidad, a diciembre de 2018, el Distrito solo ha cumplido en un 54,9 % con la vinculación de flota (5.782 buses de 10.515 requeridos), y un 58,3 % con la implementación de rutas (367 rutas implementadas de 648 definidas). Por esto, dice el ente de control, “es evidente el atraso en la implementación del SITP. Adicionalmente, la flota vinculada para la prestación del servicio es insuficiente para atender la demanda actual que tiene la ciudad”. 

Adicional a eso, en la carta también se llamó la atención sobre la situación de los dos operadores liquidados (Coobús, que cubría la zona de Perdomo, y Egobús, que cubría la zona de Suba Centro). Al investigar si hubo daños al patrimonio público por la salida inesperada de estos dos concesionarios, la Contraloría encontró que esta situación produjo un detrimento patrimonial que supera los $2.800 millones. 

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Pero no solo los operadores liquidados son un problema para el SITP. Según la Contraloría, al analizar la situación de los actuales concesionarios, hallaron que de las nueve empresas que empezaron prestando el servicio, cinco tienen serias dificultades en la ejecución de sus contratos. “Las empresas en riesgo pueden afectar a 4,43 millones de personas que equivalen al 54,24 % de la población en Bogotá, siendo la situación más crítica en las localidades de Fontibón, Suba, Kennedy, Ciudad Bolívar, Usme y Bosa”, indica el informe.

La chatarrización de vehículos viejos es otro de los puntos por los que alerta la Contraloría. El cumplimiento de este ítem apenas tiene un avance del 60 % (6.606 buses), y aún faltan 4.329 unidades pendientes por ser desintegrados. Eso no es todo, lo más grave es que esos buses siguen prestando el servicio de transporte provisional en las zonas no cubiertas por los operadores liquidados. 

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Todos estos aspectos han repercutido en la cantidad de pasajeros que se suben a los buses azules, naranjas y rojos del SITP. Las estadísticas de oferta y demanda del SITP demuestran que desde el último trimestre de 2016 empezó a caer el número de abordajes, que venía en aumento desde diciembre de 2012. Aunque en algunos la variación es mínima, de menos de 1 %, e incluso hay trimestres en los que hay un leve aumento, hay otros trimestres con caídas radicales. Sin duda, la más compleja fue la del último trimestre del año pasado, cuando cayó un 32 % el número de abordajes al sistema.

En sus conclusiones, la Contraloría advierte que “la administración distrital carece de un cronograma conciso que permita avanzar en la implementación total de las rutas del SITP para brindar un servicio frecuente, rápido y directo. Las fechas de implementación total han sido postergadas aplazando indefinidamente el cumplimiento de este requisito entre las partes”. 

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También, asegura que el sistema no se ha implementado de manera completa y continua, y que sus decenas de problemas solo le han permitido llegar al 58,3% del cumplimiento en la operación. La situación, remata la Contraloría, afecta sobre todo a los usuarios: "La falta de acceso a transporte asequible y eficiente genera exclusión a la ciudadanía, ya que impide el aprovechamiento de oportunidades de empleo, servicios y mercados”. 

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