“El arte es un derecho de todos”: Nicolás Montero, nuevo secretario de Cultura de Bogotá

Nicolás Montero, de 53 años, estudió antropología en la Universidad de los Andes. Durante ese periodo, profundizó su pasión por el teatro y las artes escénicas. Para Montero, el teatro es la forma más humana de reflexión. De hecho, considera que es en la sinergia entre la educación y el teatro donde nacen las preguntas sobre la cultura.

A partir de este principio, Montero ha cimentado su faceta profesional y personal. Incluso su experiencia dentro de la movida teatral le ha demostrado que la cultura, más que una respuesta, es una pregunta. Un interrogante sobre uno mismo, sobre el otro, sobre la ciudad.

Montero cambiará de escenario, del teatro al sector público. El próximo primero de enero se posesionará como secretario de Cultura, Recreación y Deporte de Bogotá. Su nombramiento, anunciado por la alcaldesa electa, Claudia López, lo tomó por sorpresa. Así, sin previo aviso y también sin dudarlo, aceptó. “Me siento muy honrado porque es una administración muy especial, porque sé que, dentro del pensamiento de ciudad, la cultura es un eje fundamental”, afirmó.

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Aún así, también es consciente de que su nuevo cargo le traerá grandes retos. La entidad a la que llegará maneja actualmente un presupuesto anual de $17.024 millones, y lo más seguro es que aumente por lo que ha dado a conocer la mandataria electa. Esta secretaría tiene la responsabilidad de orientar y guiar las políticas públicas y programas de Bogotá en el campo cultural, patrimonial, recreativo y deportivo. Además, es la encargada de desarrollar y organizar las actividades de formación y promoción artística de la Fundación Gilberto Alzate Avendaño (FUGA) y la Orquesta Filarmónica de Bogotá (OFB). Casi nada.

La hoja de ruta de la Secretaría, el Plan Decenal de Cultura, vencerá en 2021 y Montero será quien deba liderar la formulación del nuevo plan. En cuanto a este tema, Montero considera que “no estamos partiendo de cero, estamos partiendo de muchas lecciones aprendidas. Tengo que reconocer con orgullo que las anteriores administraciones han hecho enormes esfuerzos por la cultura y la educación”. Por este motivo, el nuevo secretario iniciará su gestión partiendo de la convicción que “para avanzar, hay que mejorar lo que toque mejorar y conservar lo que hasta ahora ha funcionado bien”.

Si bien la administración pública es un desafío, los frentes de trabajo en cultura conllevan más responsabilidades. Montero cree que uno de sus cometidos, durante toda su vida y ahora más que nunca, ha sido “afianzar los vínculos de los ciudadanos con la cultura, la lectura y la música. Ese reto siempre me ha apasionado. Yo creo que el arte es un derecho, entonces en el fondo cada ciudadano es un creador y constructor cultural”.

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¿Y la cultura ciudadana?

En ocasiones, este concepto es atribuido al comportamiento en la calle, al buen uso de los bienes públicos, al respeto por las normas cívicas. No obstante, Nicolás Montero está seguro que la cultura ciudadana va más allá y trasciende esa definición. Cultura ciudadana, según él, hace referencia a una forma de relacionarse más amplia con el mundo, con la naturaleza y con los demás. Frente a esto, Nicolás asegura que “debe haber un diálogo permanente entre lo que llamamos cultura ciudana y el sector cultural. Tienen que concebirse juntos, yo nunca quisiera que estuvieran separados”.

Para el nuevo secretario, la cultura es transversal a la construcción de paz en la ciudad. “Es fundamental aprender a convivir de manera pacífica, porque la violencia tiene que desaparecer como una forma de relacionarse”. En cuanto a esto, Nicolás confía que para lograrlo "podemos tomar mano de las metodologías del arte, para que a partir de ellas, junto a las comunidades y organizaciones sociales integremos la ciudad alrededor de esta visión”.

A Nicolás lo ha educado la antropología, el teatro y el arte. Por eso, le apuesta a “una sociedad donde los lenguajes artísticos alimenten la construcción personal, donde cada ciudadano crea que la cultura lo atraviesa y que la creación y el arte es son un mismo derecho. El «cómo» articular esto para enriquecer nuestra visión del mundo, es un reto enorme”.

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