El multimillonario Carlos Slim busca construir el metro de Bogotá

Uno de los consorcios postulados para el proyecto está conformado por las empresas FCC y Carso Infraestructura y Promotora del Desarrollo de América, las cuales pertenecen al magnate mexicano.

Bloomberg.
30 de abril de 2019 - 05:49 p. m.
El empresario Carlos Slim es uno de los hombres más ricos del mundo. / EFE
El empresario Carlos Slim es uno de los hombres más ricos del mundo. / EFE

Autobuses atestados de gente expulsan nubes de humo negro y pelean con taxistas enojados mientras las motocicletas zigzaguean por las calles en medio de una cacofonía de bocinas. Aquí es cada quien por su cuenta. La calidad del aire es terrible.

Bienvenidos a Bogotá, la ciudad más grande de América sin un metro. Durante décadas han soñado con un sistema ferroviario para controlar la congestión en la capital que alberga a 8 millones de habitantes, donde los desplazamientos diarios pueden extenderse hasta por cinco horas. Ahora, funcionarios de la ciudad dicen que finalmente se va a lograr.

Grupo Carso SAB de CV del multimillonario mexicano Carlos Slim, el gigante de la construcción española Sacyr SA y China Harbour Engineering Co., son algunas de las compañías que respaldan a seis consorcios internacionales de construcción que ofertan por la red ferroviaria elevada de 24 kilómetros, según documentos vistos por Bloomberg.

Los funcionarios adjudicarán el proyecto, cuyo estimado es de más de US$5.000 millones, en septiembre, dijo la secretaria de Hacienda de Bogotá, Beatriz Arbeláez, en una entrevista. La ciudad asumirá hasta 2,5 billones de pesos colombianos (aproximadamente US$770 millones) en deuda este año, la mayor parte del mercado local de bonos, para ayudar a pagar el metro y otras necesidades de infraestructura, dijo Arbeláez.

"Esta ciudad ha estado hablando de construir un metro por más de 50 años", dijo. "Pero nunca en nuestra historia hemos estado tan avanzados en todas las facetas, incluso en lo político y lo financiero".

La ruta pasará por varios de los vecindarios más pobres del sur de la ciudad, bordeará el centro colonial español que alberga los ministerios del gobierno y el palacio presidencial, y terminará a pocas cuadras del sector financiero en el próspero norte de la ciudad.

Arbeláez dice que confía en que la administración actual dejará el cargo a fines de año con un proyecto listo para comenzar. El gobierno nacional está aportando el 70 por ciento de la financiación.

Los planes anteriores del metro de Bogotá se estancaron aunque en los últimos años las ciudades de Latinoamérica invirtieron mucho en los sistemas de transporte público. Ciudad de Panamá abrirá su segunda línea de metro este año, Santo Domingo agregará nuevas estaciones a su sistema de dos líneas, y Santiago anunció que construirá dos líneas más a lo que ya es el sistema más extenso de Suramérica. La segunda ciudad de Colombia, Medellín, ya tiene un metro con tres líneas.

Se requiere que la empresa ganadora aporte al menos US$1.100 millones para el proyecto y se le otorgará un contrato de 25 años para construir y operar la línea, que abriría a partir de 2024.

Bogotá introdujo un programa llamado pico y placa que limita en días alternos el uso del automóvil en ciertas franjas horarias, y diseñó una extensa red de autobuses conocida como Transmilenio, que incluye un sistema de autobuses rápidos con vía propia, para así reducir la congestión. No fue suficiente.

Planes anteriores del metro han quedado en el tintero por disputas sobre si debería ser elevado o subterráneo, y los alcaldes fueron dejando el cargo antes de poder avanzar en sus planes. Esto también es un riesgo para el plan actual, puesto que las elecciones para alcalde se realizarán en octubre.

Entretanto, los trancones continúan y convierten los viajes diarios de los usuarios en una interminable tragedia.

Alexandra Rodríguez, de 48 años, se rió y puso los ojos en blanco cuando le preguntaron sobre el plan del metro. Se demora tres horas y media al día viajando desde su casa, en un humilde vecindario del extremo sur de la ciudad, hasta su trabajo en servicios generales en el sector financiero.

"Espero que lo construyan porque ayudaría mucho a personas como yo", dijo, haciendo fila junto a otros 20 pasajeros que esperan para entrar a la fuerza en un autobús. “Pero han hablado del tema durante años. Creo que esperaremos mucho tiempo antes de que lo construyan".

Por Bloomberg.

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