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El país del “bicis sí, pero no así”

El Distrito se enfrenta a un nuevo pulso por lo que prometió en campaña y que la pandemia precisó acelerar: expandir la red de ciclorrutas de Bogotá, pero bajo el concepto de ciclorrutas en calzada, toda vez que las ciclorrutas sobre anden han demostrado ser un peligro para otros actores viales.

Fabián Munar* - Twitter: @fabianmunar
12 de noviembre de 2020 - 07:02 p. m.
Ciclorruta de la carrera Séptima, una de las que más controversias ha generado entre conductores de otros medios de transporte.
Ciclorruta de la carrera Séptima, una de las que más controversias ha generado entre conductores de otros medios de transporte.
Foto: Óscar Pérez

Normalmente nadie se presenta como un enemigo confeso de la bicicleta, esta maravillosa máquina que encanta a ricos y pobres y cada tanto nos une en alegría por las victorias de nuestros “escarabajos” pareciera moverse en la opinión pública sin contrarios aparentes. Sin embargo, basta con que se reclame espacio digno para su uso y de inmediato salten sus opositores ocultos diciendo que la bicicleta está bien pero para los domingos, pero por el andén, pero en los velódromos, pero no en la calle, pero no en la carretera, pero, pero, pero, pero.

Como quien dice “Bicis sí pero no así”, y es que este debate con el que nuestra cultura ciclista se enfrenta en cada rincón del país ha llegado a su clímax, luego que por primera vez desde que se instaló la primera ciclorruta en nuestro país, la bicicleta colonizara la calle más importante de Colombia: la carrera Séptima en Bogotá y en las últimas semanas la polémica calle 13.

En ese momento cuando la apuesta por promover de manera decidida la bicicleta como medio de transporte implica cambios reales a nuestra forma insana de movilizarnos es que nos deja de parecer buena idea. Pero esto no es nuevo, los exalcaldes Mockus, Petro y Peñalosa tuvieron que padecer toda clase de ataques por promover ciclo infraestructura que hoy nadie es capaz de criticar. Y es que basta con abrir un espacio digno para los que desean movilizarse en bicicleta para que al poco tiempo este se llene.

Ahora el Gobierno de la alcaldesa Claudia López se enfrenta a un nuevo pulso por lo que prometió en campaña y que la pandemia precisó acelerar: expandir la red de ciclorrutas de Bogotá pero bajo el concepto de ciclorrutas en calzada, toda vez que las ciclorrutas sobre anden han demostrado que son un gran peligro para niños, niñas, adultos mayores y peatones en general, además de ser poco atractiva para los ciclistas dado que es interrumpida, peligrosa, no permite viajes largos y tiene problemas muy complejos de conectividad con puentes y glorietas.

Beneficios de las ciclorrutas en calzada

⦁ Los ciclistas las prefieren, prácticamente es nulo el número de ciclistas que usa la calzada mixta, cuando estas existen. (En la calle 13 pasamos en 5 meses de tener 1580 ciclistas a 6520 ciclistas con la ciclorrutas en calzada)

⦁ Los peatones recuperan su ya escaso espacio público que son los andenes.

⦁ Los vehículos motorizados pueden conducir de manera más tranquila, dado que organiza verdaderamente el tráfico y los ciclistas y peatones van por la infraestructura dispuesta.

⦁ Se salvan vidas. (En la Calle 13 se han presentado 58% menos siniestros viales con ciclistas desde que se implementó la ciclorruta al inicio de la pandemia)

⦁ Más ciclistas es igual a menos trancones, dado que, si es peligroso o incomodo moverse en bicicleta estos migraran a la moto o al carro, sobre todo en tiempos de pandemia que el transporte público no es tan atractivo. (Este efecto no es visible en principio)

Por el contrario, las ciclorrutas sobre andén a hoy con la gran cantidad de ciclistas son un total saludo a la bandera, desperdicio de recursos públicos y generadora de conflictos entre todos los actores viales. Además, que en las ciclorrutas en anden podría estar el espacio público que requieren los restaurantes y cafés para esta nueva normalidad de espacios al aire libre.

Con todo lo anterior el argumento de los contradictores es el trancón y parece que se nos olvida que el trancón lo genera el uso ineficiente del espacio, y si a eso nos referimos el carro es el vehículo más ineficiente en relación a los demás. Pues para movilizar a 250 personas en bicicleta se requieren 150 metros lineales versus 1 km de carril mixto para carros, es decir siete veces más espacio.

Obviamente hoy abundan fotos de momentos en que la ciclorruta se ve sola, pero en muy pocos días y como sucedió con la ciclorrutas de la Carrera 11 y la Carrera 50 los amantes de la bici ocuparan para siempre este espacio.

Mientras tanto la nueva normalidad seguirá poniendo en evidencia a los supuestos amigos del desarrollo sostenible, que ante el primer cambio real de nuestros hábitos insanos dirán “bicis sí pero no así”.

*Fabián Munar: administrador público, especialista en Planeación Urbana y Regional e integrante del colectivo Súbase a la bici.

Por Fabián Munar* - Twitter: @fabianmunar

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-(-)12 de noviembre de 2020 - 08:23 p. m.
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