El relleno Doña Juana no crecerá

Tras reuniones con la comunidad, el Distrito decidió optimizar el terreno para ampliar su vida útil. De aprobarse el POT, se crearían en la ciudad seis zonas para separar y tratar residuos aprovechables.

Mónica Rivera Rueda
19 de diciembre de 2018 - 03:13 a. m.
Cristian Garavito - El Espectador
Cristian Garavito - El Espectador
Foto: Cristian Garavito / El Espectador

Mientras los afectados por el derrumbe de 1995 en Doña Juana esperan la indemnización, que debería estar en sus últimas fases de estudio, empiezan a surgir propuestas concretas para acabar con la incertidumbre frente al futuro del relleno sanitario que, por ahora, tiene su vida útil hasta 2022. En efecto, en medio del proyecto de Plan de Ordenamiento Territorial (POT) hay un punto clave para extenderla: optimizar las zonas que han sido selladas para darle 30 años más de vida sin necesidad de ampliarlo.

Debido a que en tres años termina la licencia ambiental del relleno, la idea siempre ha sido adquirir más terrenos en las veredas aledañas para ampliarlo. No obstante, la propuesta fue rechazada por los vecinos de la zona, quienes llevan 14 años luchando por acabar con Doña Juana, debido a las plagas de moscas y ratas, sumadas a las enfermedades que han provocado las basuras a la población.

“Hemos venido haciendo denuncias, debates, manifestaciones y hasta hemos amenazado con cerrar el relleno. Durante la administración de Lucho Garzón se habló de optimizar, pero nunca se concretó nada. En los últimos años solo han sido discusiones con el Distrito”, asegura Óscar Barón, líder de la Asamblea Sur de Doña Juana.

Ante el inminente cierre del relleno, el Distrito contrató estudios para determinar las opciones que tendría la ciudad de abrir otro relleno o ampliar la vida útil del actual. En 2016, la Universidad Nacional determinó que en Bogotá no existía otro lugar con las condiciones para construir un nuevo sitio de disposición de basuras, por lo que la sugerencia fue mejorar Doña Juana.

Esto llevó a contratar nuevos estudios, esta vez encaminados a estudiar planes en el botadero. Con los resultados, que sugerían optimizar en vez de ampliar, el Distrito creó mesas con la comunidad, la Uaesp y la Personería. En ellas surgió el compromiso de que, para poder continuar la operación en el mismo sitio, no se iba a ampliar el relleno, sino optimizar las zonas que ya están clausuradas.

Entre ellas se destaca la zona B (ver el mapa: Plan de optimización), que sería utilizada tanto para la disposición final como para implementar nuevas tecnologías y tratamientos alternativos de manejo de los residuos sólidos. Asimismo se dispondría un área para reserva futura y para el tratamiento de residuos ordinarios, que se ubicaría en el sector sur de Doña Juana.

A estos planes, que fueron incluidos en la propuesta del nuevo POT, se suma una iniciativa que plantea la creación de una política de manejo de los residuos sólidos y nuevas tecnologías, para garantizar que la ciudad recicle. Asimismo está a punto de conocerse el Plan de Gestión Integral de Residuos Sólidos, con el que se ajustarán las frecuencias de barrido y la contenerización, proceso que se inició en noviembre.

De aprobarse el POT, “contratamos unos estudios que contemplan la construcción de unos diques para ir cerrando el relleno y permitir la adecuación de terrazas, con el fin de seguir disponiendo en zonas que ya han sido clausuradas, teniendo en cuenta que todavía tiene capacidad para ser operada”, manifiesta el secretario de Hábitat, Guillermo Herrera.

Para reforzar este manejo también se establece la construcción de cuatro centros de gestión, tratamiento y aprovechamiento de residuos de Bogotá (Gestar), para la recuperación y el aprovechamiento de las basuras, que se ubicarían en Ciudad Norte, sobre la ALO con calle 40 Sur, en los Mochuelos (Alto y Bajo) y dentro de Doña Juana.

Por otro lado está la instalación de dos estaciones de clasificación y aprovechamiento de residuos sólidos aprovechables, que se ubicarían en los barrios Alquería y María Paz, en Kennedy, dos zonas con problemas en la recolección de residuos.

De cumplirse el plan como está diseñado, se lograría habilitar en el relleno espacio suficiente para recibir casi 60 millones de toneladas de basura. Y si se mantiene el volumen de producción diaria de basura en la ciudad, que alcanza las 6.300 toneladas, se alargaría la vida útil de Doña Juana máximo 30 años.

Para los habitantes de las zonas aledañas a Doña Juana, más allá de la expiración de la licencia ambiental, uno de los asuntos urgentes es definir las obras que se harán con el relleno, pues, según ellos, de no implementar nuevos mecanismos y tecnologías que permitan el aprovechamiento de los residuos, no se podrá solucionar uno de los temas críticos, que es el control de la presión de los taludes, para evitar nuevos derrumbes.

Si bien apenas comienza la discusión del POT, las mejoras en Doña Juana deben comenzar el otro año, pues con el aumento en la tarifa de aseo que autorizó la Comisión Reguladora de Agua Potable (CRA), para transferirle más dinero al operador del relleno, tienen que comenzar las obras de construcción de la planta de lixiviados y la mejora en las condiciones de las vías para el ingreso de los camiones recolectores.

El plan está definido. Ahora, la tarea no solo será concientizar a la ciudadanía sobre la importancia de reciclar, sino convencer a las autoridades ambientales de que es la mejor alternativa para ampliar la vida útil del relleno.

Por Mónica Rivera Rueda

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