El sendero que unirá a Usme con Torca

Uno de los proyectos más ambiciosos del Distrito es el circuito cortafuegos, que atravesará los cerros orientales de norte a sur. Ambientalistas temen que no se cumpla el plan de manejo de la ciudad.

Mónica Rivera Rueda
07 de octubre de 2018 - 02:00 a. m.
Archivo El Espectador/Cristian Garavito
Archivo El Espectador/Cristian Garavito
Foto: CRISTIAN GARAVITO/EL ESPECTADOR - CRISTIAN GARAVITO

Con una longitud de 101,43 kilómetros, el Sendero de las Mariposas será uno de los más grandes e importantes de Bogotá. La ambiciosa propuesta, hecha por el alcalde Enrique Peñalosa el día de su posesión, no solo plantea interconectar la ciudad desde Usme hasta Lagos de Torca, sobre los cerros orientales, sino que plantea ser un circuito cortafuegos, que facilitará a los bomberos hacer frente a los incendios forestales que se presenten en el oriente de la ciudad.

La obra, en palabras del alcalde, no solo contemplará el sendero —que no debe exceder los cinco metros de ancho—, sino también ciclorrutas, accesos y caminos para personas en condición de discapacidad; un puente peatonal colgante de 300 metros (que conectará Monserrate con Guadalupe), un teleférico en Usaquén y una interconexión con el parque Tominé, entre los municipios de Guatavita y Sesquilé.

La construcción, además de integrar los páramos de Guerrero y Sumapaz, así como el complejo de Chingaza, también será la oportunidad para intervenir los ríos Fucha, San Francisco, Arzobispo y Teusacá, y las quebradas La Vieja, Las Delicias, Chicó y La Chorrera, a través de los cuales se establecerán entradas al sendero y se buscará una conectividad ambiental de los cerros con el río Bogotá.

La intervención

El plan no es nuevo. En 2005 el Ministerio de Ambiente definió una franja de adecuación en los cerros orientales, tras sustraer 973 hectáreas de la Reserva Forestal Protectora de Bosque Oriental. En 2013, una sentencia del Consejo de Estado ordenó crear en este espacio un área de aprovechamiento ambiental y, de paso, una ecológica y recreativa, como compensación por los daños de la ciudad a esta reserva.

Para cumplir con estas órdenes, en 2015 se precisó la cartografía, en la que se definió como área urbana las construcciones que existían antes de 2005 en la zona de adecuación y los barrios por legalizar. De igual forma, se consolidó un Plan de Manejo en el que se estableció como objetivo contener la expansión urbana al oriente, rehabilitar las áreas afectadas por la minería, crear espacios de uso público y mejorar las condiciones de vida de las personas que habitan en la zona. Como parte de este proceso, la Secretaría de Hábitat ha establecido que en la franja de adecuación viven cerca de 91.000 personas y se han legalizado 45 de los 64 barrios ilegales.

Bajo este marco, la Alcaldía plantea la construcción del sendero cortafuegos, panorámico y turístico, que atravesará la ciudad de norte a sur. A pesar de las ventajas turísticas y ambientales que promociona la administración, este es otro de los tantos proyectos con voces en contra. Según María Mercedes Maldonado, vocera de la Veeduría Cerros, el impacto iría en contra de los usos de suelo permitidos por la sentencia del Consejo de Estado, ya que la reglamentación autoriza actividades de bajo impacto, como las que hoy se realizan en los senderos abiertos, que operan con restricción.

“Lo que ellos pretenden no está permitido por el Plan de Manejo, salvo que fueran unos senderos casi contemplativos con control de carga. Creemos que puede ser una intervención agresiva, porque en la zona se ubicarían restaurantes, baños y otros servicios que afectarían las acciones dirigidas a proteger el derecho colectivo del medio ambiente”, aseguró Maldonado.

Ante las voces disonantes, el Distrito asegura que se han tenido en cuenta todos estos factores. En una reciente socialización que se realizó con las comunidades involucradas, la Secretaría de Planeación aseguró que ha estado solicitando los permisos y acciones correspondientes para la intervención de las zonas, dado que la expedición de los permisos para llevar a cabo el proyecto está en manos del Ministerio de Ambiente, la Corporación Autónoma de Cundinamarca (CAR) y la ANLA.

De acuerdo con el Acueducto de Bogotá, encargado de la ejecución del proyecto, este se halla en fase de estudios y diseños, “tanto en su componente de diseño arquitectónico como de estudios técnicos detallados”, por lo que en estos días están haciendo socializaciones con las comunidades.

Además, se adelantan los estudios de impacto ambiental que definirán las afectaciones en las zonas de intervención y sus medidas de manejo, así como el proyecto de restauración ecológica, que contempla el reemplazo de cultivos, de retamos, pinos y eucaliptos de las montañas, con lo que esperan responder a la preocupación de los ambientalistas.

Lo que viene

“Este podría ser el principal atractivo turístico de Colombia. Aquí van a llegar todos los bogotanos y los turistas, que van a aprender y a disfrutar más sobre su naturaleza”, dijo el alcalde Enrique Peñalosa en su última rendición de cuentas en el Concejo. En su intervención, el mandatario aseguró que la licitación para el sendero estará lista a finales de este año.

En caso de conseguir los avales ambientales y consolidar el proyecto en el próximo año, el reto del Distrito será lograr el equilibrio ambiental entre el turismo y el cuidado ecológico de la zona; de lo contrario se podrían cumplir los temores de los detractores del proyecto, lo que implicaría una grave afectación ambiental tanto para la capital como para el complejo forestal de los cerros orientales.

Los planes en Lagos de Torca

El Distrito anunció que cuenta con $1,5 billones (de aportes que suman $500.000 millones y 110 hectáreas de suelos) para la construcción de vías y parques públicos, del proyecto Ciudad Lagos de Torca, que se realizará en el norte de Bogotá.

De acuerdo con el alcalde, Enrique Peñalosa, hasta allí llegará la troncal de Transmilenio por la Séptima, ya que se espera construir 128.000 viviendas, de las cuales la mitad serán de Interés Social o Prioritario. Con el dinero asegurado se construirá la Av. Boyacá hasta la Av. Guaymaral, la Avenida El Polo y la Av. Guaymaral, mientras que por medio de la APP se extenderá la Av. Boyacá hasta la Av. El Polo y la Avenida Guaymaral.

 

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Por Mónica Rivera Rueda

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