Encapuchados empañaron gran muestra de solidaridad estudiantil

Casi 5.000 estudiantes de 12 universidades se unieron para protestar contra la corrupción y el Esmad de la Policía. Sin embargo, los vándalos afectaron la que iba a ser la mayor muestra de solidaridad universitaria.

-Redacción Bogotá - bogota@elespectador.com
28 de septiembre de 2019 - 03:00 a. m.
Alrededor de 5.000 estudiantes marcharon este viernes en Bogotá. / Fotos Cristian Garavito
Alrededor de 5.000 estudiantes marcharon este viernes en Bogotá. / Fotos Cristian Garavito

El sentimiento del día fue la indignación. Como pocas veces, los estudiantes de las universidades públicas y privadas se unieron para salir a marchar de forma pacífica, para rechazar los posibles actos de corrupción que se han conocido en la Universidad Distrital, así como los excesos del Esmad (Escuadrón Móvil Antidisturbios de Policía) contra las movilizaciones estudiantiles durante esta semana.

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Pero la indignación también surgió contra los encapuchados y vándalos que al final del día y de la jornada, en un acto injustificable, entraron, atacaron y hasta intentaron incendiar el primer piso del edificio del Icetex. Con sus actos empañaron la que se iba ser una ejemplar muestra de solidaridad estudiantil.

Lo que dio origen a esta semana de protestas fueron los posibles actos de corrupción ocurridos en la Universidad Distrital y que se han conocido a cuentagotas en el último mes. Por denuncias del propio rector, la Procuraduría abrió una investigación formal contra Wílman Muñoz, director del Instituto de Extensión de la Universidad (Idexud), quien presuntamente desvió $10.400 millones del presupuesto de la institución.

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Según el ente de control, entre julio de 2012 y enero de 2019, Muñoz manejó una tarjeta de crédito a nombre de la universidad, a través de la cual usó recursos públicos para gastos personales. No solo la usó para comprar tiquetes de avión, pagar hoteles y costosas cenas, sino en compras excéntricas como ropa de lujo y pagar hasta la mensualidad de Netflix.

Asimismo, se habría firmado cheques con los que pagó dos vehículos de gama alta (una camioneta y un carro deportivo), que están a su nombre, y un mercedes, que compró a una constructora, relacionada con su familia.

Tras hacerse público el caso, el denunciado hizo un acuerdo con la Fiscalía, para prender el ventilador a cambio de beneficios judiciales. Lo primero que aseguró fue que en las maniobras estarían involucrados otros funcionarios de la universidad, concejales, alcaldes locales y empleados de entidades públicas como Fonade y el SENA. Al primero que denunció fue al rector Ricardo García, justo quien destapó la “olla” de Distrital. De él dijo que era una de las cabezas del desfalco, pues con el dinero desviado supuestamente se pagaron sobornos para que lo eligieran rector.

Desde que se conocieron los hechos comenzaron a rodar volantes en las cuatro sedes de la universidad Distrital, en los que se alertaban los hechos de corrupción, siendo el detonante de las primeras protestas. El pasado martes encapuchados cumplieron llegaron a la sede de la calle 40, para tomarse la rectoría y con un taladro intentaron tumbar la puerta. El edificio fue evacuado y luego llegó el Esmad de la Policía que fuera de repeler a los encapuchados, de paso, terminaron enfrentándose con estudiantes de la Universidad Javeriana, que fueron los primeros en respaldar la protestas de los estudiantes de la Distrital.

La comunidad académica condenó los hechos y el miércoles los estudiantes de la institución privada hicieron una manifestación pacífica que, de nuevo, terminó en choques con la Policía. Esto aumentó la indignación y las protestas, que se replicaron en la sede de La Macarena de la Distrital y en la Universidad Pedagógica, las cuales terminaron en disturbios y dejaron cinco heridos.

Ya para el jueves los que se sumaron fueron los estudiantes de la Universidad Nacional y el Colegio Mayor. Pero al igual que los dos días anteriores, las protestas fueron opacadas por los encapuchados. En esta ocasión se enfrentaron con el Esmad en la entrada por la calle 30 de U. Nacional. Lo mismo ocurrió en la sedes de La Macarena y la tecnológica (en Ciudad Bolívar) de la Distrital, donde hubo disturbios.

Finalmente ayer se convocó una movilización pacífica. Esta vez alrededor de 5.000 estudiantes de 12 universidades públicas y privadas decidieron marchar rumbo a la Plaza de Bolívar para reiterar su indignación. Profesores de la U. Javeriana señalaron que “la esperanza es esta. Los jóvenes cantando y respaldando una sola causa. Lo que uno ve es que hay también mucho resentimiento frente a un gobierno que no los ha querido escuchar”.

Casi toda la jornada se desarrolló en calma hasta que, una vez más, aparecieron los encapuchados, quienes llegaron hasta la Plaza de los periodistas, lanzaron bombas molotov e ingresaron a la fuerza al primer piso del edificio del Icetex, donde en el momento se encontraban 25 personas. El reducido grupo de vándalos no solo afectó el mobiliario de la instalación sino que intentó quemar el lugar, causando la indignación generalizada, pues con ella echaron al traste una la jornada pacífica que apuntaba a convertirse en la mayor muestra de solidaridad y unión estudiantil contra la corrupción y el abuso policial.

Por -Redacción Bogotá - bogota@elespectador.com

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