"Escondí el cuerpo de Yuliana al presentir que iban a llegar mis hermanos": Rafael Uribe Noguera

Este miércoles se reanudó el juicio en contra de los hermanos Catalina y Francisco Uribe Noguera. La defensa presentó como testigo al confeso violador y asesino de la pequeña Yuliana Samboní, quien entregó detalles del atroz crimen ocurrido el 4 de diciembre de 2016.

-Redacción Bogotá - bogota@elespectador.com
05 de junio de 2019 - 06:09 p. m.
Colprensa.
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Rafael Uribe Noguera, confeso asesino de la pequeña Yuliana Samboní, rindió declaración en el juicio que se adelanta contra sus hermanos Catalina y Francisco Uribe Noguera, por los delitos de encubrimiento personal y encubrimiento real. Dio testimonio desde su sitio de reclusión, en la cárcel de máxima seguridad en Valledupar.

La audiencia, a la que también asistieron los procesados, se realizó a puerta cerrada por petición de la defensa, con la intención proteger la integridad de Rafael quien, supuestamente, estaría siendo víctima de amenazas en la cárcel de Valledupar, donde no conocen su "actual aspecto físico".

A las 10:33 de la mañana inició formalmente la audiencia y Rafael Uribe Noguera, como testigo de la defensa, manifestó: "cuando empiezo a tener memoria y conciencia de lo que estaba pasando, recuerdo que miro mi celular y tengo cualquier cantidad de llamadas y mensajes. Creo que leo algunos y veo que me están buscando afanadamente".

Agregó: "minutos después de recibir tantas llamadas, decido contestar el celular. Es mi hermana Catalina y me dice que me está buscando el Gaula, que yo dónde estoy. Le miento y le digo que estoy en la casa de una amiga. Ella me pregunta que dónde está mi carro y le digo que está en el parqueadero de Equus 66. Me dice que es mentira, porque ella fue a mirar y mi carro no estaba ahí. Después me enteré que no había parqueado el carro en el parqueadero que le correspondía al apartamento, sino en el segundo sótano del edificio, en un parqueadero de visitantes, el cual es imposible ver desde la calle o desde la portería".

Noguera también contó que le pidió al vigilante del edificio negar la entrada de cualquier persona al apartamento. Ese tiempo lo utilizó para esconder el cuerpo de la menor.

"Recuerdo que el citófono suena bastantes veces, contesto y es el vigilante diciendome que ella (Catalina) está abajo queriendo subir. Le digo que por favor no la deje y que a cualquier persona que venga al apartamento le diga que no estoy ahí (...) Estoy sintiendo mucha angustia y, al presentir que en cualquier momento iban a llegar mis hermanos, escondo el cuerpo de Yuliana. Antes o después, no recuerdo el orden, cojo la ropa de ella y la escondo en la cisterna del baño principal de apartamento”.

Rafael indicó que escondió el cuerpo de la pequeña debajo del jacuzzi. El arquitecto conocía muy bien la estructura pues, según reveló, él mismo diseñó y construyó el apartamento 603 del edificio Equus 66, donde ocurrió el crimen. "El jacuzzi está más o menos incrustado 20 centímetros dentro del piso. Para abrir la puerta a ese espacio donde yo escondí a Yuliana toca primero levantar un pedazo del piso. La puerta es prácticamente imperceptible, porque la estructura es en listones de deck con una separación más o menos de un centímetro, entonces no se nota, es imposible percibir que allí hay una puerta. Toca levantar el piso, abrir la puerta, cerrar la puerta y volver a cerrar el piso", explicó Noguera.

Antes de que sus hermanos entraran, limpió el piso con un trapeador para ocultar cualquier evidencia del crimen. Sin embargo, cuenta que quedaron rastros de aceite en el lugar. (Lea también: Revelan pruebas en contra de los hermanos Uribe Noguera)

Recuerda que empezó a escuchar gritos de su hermano Francisco desde la terraza rogándole que le abriera la puerta porque si no le tocaba saltar y podía “matarse”. Catalina, por su parte, intentaba abrir el apartamento con la llave mientras gritaba y lloraba. “Yo estaba en el balcón, él (Francisco) debió saltar el muro y me haló por detrás, me cogió los brazos y me ‘zangoloteo’. Me preguntaba por la niña, que me iba a matar si le había pasado algo. Él estaba como salido de sus casillas”.

Rafael cuenta que, aunque al principio su hermano decidió que se quedarían en el apartamento esperando a las autoridades, al verlo en mal estado de salud decide salir a buscar ayuda. Así, los tres hermanos salieron abordaron un taxi, pero Catalina se bajó en la calle 72 con séptima, porque Francisco así se lo pidió.  

"Yo iba callado. Francisco angustiado me preguntaba todo el tiempo que dónde estaba la niña. En principio dije que no sabía, que cuál niña. Después, que la niña se había bajado en un puente, en la 65 con Circunvalar. Él me decía que rezara para que esa niña apareciera y volví a cambiar mi versión, dije que ella se había tirado del puente”.

Finalmente, casi llegando a la clínica, Rafael le confesó a Francisco que la niña estaba muerta. “Él angustiado se tocó la cabeza, me dijo que me odiaba y que me iba a morir en una cárcel”, concluyó.

Al final de las declaraciones, la fiscal intento desvirtuar lo dicho por Rafael Uribe Noguera argumentando que lo testificado en está ocasión no coincidía con lo que él había dicho anteriormente. Sin embargo, el juez del caso decidió que el testimonio era válido. Las audiencias se extenderán hasta el viernes 7 de junio para que la defensa presente a la totalidad de sus testigos. Después, iniciarán los alegatos de acusación en los que se intentará demostrar la inocencia o culpabilidad de los hermanos Uribe Noguera.

 

 

Por -Redacción Bogotá - bogota@elespectador.com

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