Es 25 de febrero, han pasado cuatro días desde que a Evelyn Carrillo la hallaron muerta en su casa y el dolor aún está latente. Una madre busca justicia en medio de ese estadio que, quienes han perdido un hijo, llaman “lo que no tiene nombre”. Acongojada, se hace preguntas, pero sabe que encontrará las respuestas apelando al valor y a la memoria de su hija. Una pista brilla para Doris Fernanda Ciro y jala de ese hilo.
Mientras solicitaba una información en los juzgados de Paloquemao en Bogotá, recuerda que tenía en su poder la tarjeta de banco de su hija Evelyn. Siente curiosidad y decide revisar los últimos movimientos. Algo sospechoso había allí: tres transferencias realizadas a otra cuenta entre las 3:53 a.m. y las 3:56 a.m. del 21 de febrero, horas en las que Evelyn habría sido estrangulada por su pareja sentimental, Hugo Andrey Rojas Nieto, hasta morir.
“Cuando yo veo la frialdad y la sevicia con que ese señor actuó, pues estuvo más de una hora aquí en nuestra casa meditando y calculando fríamente cómo iba a hacer todo, y hasta desocupando su cuenta bancaria, me dije: ‘esto no puede ser, no puede suceder y no puede seguir sucediendo’”, asegura.
¿Cómo logró establecer esos movimientos bancarios que él habría hecho con las tarjetas de su hija?
Con mi hija teníamos una relación muy estrecha. Era mi única hija y el nivel de confianza era altísima. Ella conocía mis movimientos financieros, conocía mi situación financiera porque hablábamos de que, en algún momento, si algo sucedía, ella iba a ser la beneficiada y me decía lo mismo. Entonces, yo le conocía la clave que ella usaba para hacer sus retiros. Después de que realizó esos movimientos bancarios, rompió el celular de mi hija. Lo sé porque estuvimos rastreando el celular de ella. Y por la cantidad de dinero que transfirió y sacó de la cuenta de mi hija, puedo decir que no pudo haberlo hecho a través de un cajero automático, sino por una transferencia en el celular. A Evelyn recientemente le habían hecho una transferencia de un dinero que le debía una empresa para la que laboró. Sé por ella que su última jefe le había pagado de manera anticipada el salario y que tenía otros ahorros, pues era extremadamente organizada con el tema financiero.
¿Ella en qué trabajaba?
Era ingeniera industrial y tenía una especialización en seguridad y salud en el trabajo. Estaba ejerciendo como directora de operaciones para una empresa.
¿Y el señor Hugo Andrey Rojas a qué se dedicaba?
Él hace poco tiempo estaba ocupando el cargo de coordinador de facturación para un laboratorio de medicamentos de alto costo o una empresa que vendía a las diferentes IPS medicamentos de alto costo.
¿Cuánto tiempo tenían ellos de vivir juntos?
Desde julio del año pasado, pero sé que desde 2018 tenían una relación de novios. Desde el 24 de julio de 2020 que decidimos regresar a la casa de mi mamá para estar cerca de ella, que es una adulta mayor de 80 años y que está muy afectada. Quisimos estar cerca de ella y por eso nos devolvimos a esta casa que fue donde yo crecí, y desde ese momento ellos estaban viviendo juntos.
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Ese mismo día en que la señora Doris Ciro cayó en cuenta de esos detalles bancarios, una noticia le dio un golpe desconcertante: tras terminar la audiencia de imputación de cargos y a pesar de la confesión de Rojas aceptando la comisión del delito, a este no le fue dictada medida de aseguramiento, ya que la juez de control de garantías consideró que la Fiscalía no había soportado con suficientes argumentos jurídicos el por qué debía ser privado de la libertad.
“Mi familia y yo estábamos completamente tranquilos en el momento en que la Fiscalía nos informó que ese señor se había entregado y se había declarado culpable. Estábamos tranquilos y pensábamos que se iba a hacer justicia, pero después cuando nos informan que no ordenaron medida de aseguramiento, todos quedamos desconcertados. No entiendo mucho de leyes, pero sí me pregunto qué más tiene que pasar después de que una persona confiesa y qué más tiene que suceder para que esté detenido. Quedé completamente desconcertada y desilusionada”, dice la madre.
Este sujeto, entonces, quedó libre por falta de argumentación jurídica. ¿Cómo tomó esa situación?
No entiendo de leyes y no soy abogada, pero no me quiero imaginar que, por cualquier tema relacionado con burocracia, con la redacción o la presentación de los cargos que tengan que ver con un punto, una coma o cualquier cosa, hayan permitido que la juez dejara en libertad a una persona que es una amenaza para la sociedad. Si ella no lo ve de esa manera, la invito a que conviva un tiempo a solas con este señor. Estoy consternada porque no entiendo cómo una mujer que tiene en sus manos la decisión de ordenarle detención preventiva a una persona de estas, finalmente decide no hacerlo. Mi corazón de madre no puedo entenderlo.
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El Espectador consultó con el abogado constitucionalista y profesor universitario John Jairo Morales Alzate, sobre las razones por las cuales se habría tomado esa decisión y aseguró que “al parecer, la fiscal no tuvo suficiente conocimiento y experiencia para llevar este tipo de actuaciones ante la juez. Estos casos requieren de una fuerte y armónica argumentación, así como de una experticia y conocimiento amplios, toda vez que estos son delitos de gran impacto social. La fiscal tuvo que argumentar mejor”.
En la audiencia la fiscal dijo que la discusión que terminó en el asesinato de Evelyn surgió por problemas económicos que tenían, ¿está de acuerdo con eso?
Quiero aprovechar esta oportunidad para desmentir eso. La fiscal hablaba que el feminicidio lo había desencadenado un tema relacionado con un regalo, unos patines, que él quería darle a su hija. Evelyn, desde que lo conoció (a Hugo Andrey Rojas), fue una persona que siempre procuró ayudarlo económicamente, lo motivó a retomar sus estudios universitarios y le colaboró para que pagara este semestre la universidad. Entonces, no entiendo de qué problemas económicos hacían referencia. Él huyó en el carro de mi hija y, después de asesinarla, desocupó su cuenta bancaria. Ella era una persona que devengaba su salario, que era extremadamente organizada financieramente y que lo único que hizo todo el tiempo fue ayudarlo a él a salir adelante.
Por lo que me dice, él no siempre estuvo en una buena situación económica y su hija le ayudaba mucho...
Con mi hija siempre hablábamos del tema, yo era muy respetuosa de su relación y mi familia también. De pronto a los ojos de mucha gente no estaba bien que ella estuviera en esa relación, pero para nosotros primaban otros temas que estaban por encima de lo económico y por eso le decía que, si era una persona de principios, de valores y que la respetara y la quisiera, no le veía inconvenientes. Era una mujer profesional e independiente que no necesitaba absolutamente que nadie le diera algo; sin embargo, yo le hacía mucho énfasis en que él como su pareja, después de que tomaron la decisión de vivir juntos, debía colaborarle. Entiendo que así lo hacía, pero siempre estaba económicamente en ventaja mi hija y damos fe de que ella le ayudó no solo a sus estudios universitarios para este año, sino en muchos otros temas. Y sería una mentirosa si te dijera que él no colaboraba. Lo hizo, claro que sí, pero no había ese equilibrio económico entre los dos porque, infortunada o afortunadamente, mi hija siempre devengó un salario superior al de él. Aun así, ella llegaba de trabajar y lo ayudaba a hacer sus trabajos.
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Pero en el dolor que ha vivido Doris tras perder a su única hija, no caben las explicaciones legales que puedan hacerse de por qué el hombre que acabó con la vida de Evelyn está en libertad mientras se le dicta sentencia. Y, sin buscar protagonismo, quiere sentar un precedente por todas las víctimas de feminicidio, de agresión física o de violencia intrafamiliar que están sin resolver.
“Tenemos que hablar en nombre de todas estas víctimas y personas que, por una u otra razón, no han podido ser representadas o alzar su voz. Quiero que el caso de mi hija sea un llamado a la justicia para que obre de la manera que debe ser”, explica.
¿Teme que él pueda evadir la justicia y el caso de Evelyn quede impune?
Lo que nosotros como familia esperamos es que se anticipe su sentencia. No quiero ni pensar que, por alguna razón loca, la decisión final se desvíe por razones que no deberían ser o por factores que estén asociados a alguna tramitología. Me parece que es importante aprovechar esta oportunidad para advertir que cualquier cosa que afecte nuestra integridad física o emocional, debe ser asociada a este señor o cualquier persona que esté dispuesta a ayudarlo. Y queda también una preocupación grande, pues desde el momento en que eso sucedió la justicia divina está actuando y eso me tiene muy tranquila, pero desde lo físico y desde la justicia colombiana solicito que se tomen las medidas necesarias para que este señor no esté caminando tranquilamente por la calle y no atente nuevamente contra otra persona. Cuando veo que se actúa con esa premeditación, empiezo a pensar que es una persona que hoy en día es capaz de cometer ese delito nuevamente y que no tiene límites.
Doris agradece las manifestaciones de afecto hacia su hija y el apoyo recibido de la ciudadanía a través de redes sociales. Y asegura que seguirá adelante, “porque cuando a uno le matan un hijo, se pierde el miedo a todo”.