“Son dos noticias muy duras para nuestra familia en menos de quince días: la muerte de mi hermano y ahora la captura de ella”. Estas son las palabras de Joelner Mieles, hermano del subintendente de la Policía Augusto Ramiro Mieles, asesinado el 22 de julio en una calle de Soacha. La esposa del uniformado fue capturada el jueves por su presunta participación en el crimen, pues aparentemente fue quien mandó a matarlo.
Ella se declaró inocente de los cargos que le imputó la Fiscalía por homicidio agravado y porte, tráfico y fabricación de armas de fuego, pero el juez de Soacha que atendió la diligencia la envió a la cárcel El Buen Pastor, de Bogotá, para que aguarde desde allí un posible juicio en su contra.
En su relato a Noticias Caracol, el hermano de la víctima precisó que él y una hermana tienen por el momento la custodia del hijo de la pareja, de nueve años, y que la Policía puso a su disposición un psicólogo.
La hipótesis de la Fiscalía es que la mujer estaba interesada en quedarse con la pensión del uniformado, con quien estaba en trámites de separación, y para ello fraguó un plan en el que participaron otras cuatro personas, entre ellas, según el ente investigador, “el supuesto amante de la hoy detenida”.
Las pistas comenzaron a conocerse una vez la Policía capturó al sicario que mató a Mieles y, tras su persecución, al intendente Leonardo Carvajal. El asesino confesó que habían pagado $2’300.000 por el crimen y salpicó a un presunto coautor, capturado el 24 de julio. Las pesquisas continuaron y cuatro días después los investigadores dieron con el hombre que había contratado a los dos sicarios. El siguiente fue el presunto amante de la mujer, detenido el pasado martes en Piendamó (Cauca). Él habría sido partícipe de la planeación del crimen junto con ella.
Esta versión de los hechos, sin embargo, deberá ser probada en juicio, pues hasta ahora a ninguno se le ha declarado culpable, aunque todos están privados de la libertad.