Estos son los tesoros escondidos de Bogotá

Las riquezas que van desde un lavadero comunitario hasta escuelas de breakdance, se hacen visibles a través de un observatorio de la universidad Antonio Nariño.

-Redacción Bogotá
07 de noviembre de 2017 - 11:26 p. m.
En la localidad Rafael Uribe Uribe, las comunidades indígenas urbanas se asocian con colectivos artísticos, realizan mingas de pensamiento, hacen rituales o performance en sedes administrativas, centros culturales, en plazas y en calles.
 / Red Patrimoniable
En la localidad Rafael Uribe Uribe, las comunidades indígenas urbanas se asocian con colectivos artísticos, realizan mingas de pensamiento, hacen rituales o performance en sedes administrativas, centros culturales, en plazas y en calles. / Red Patrimoniable

¿Si le preguntaran qué es lo patrimoniable en su barrio, qué respondería? Es decir, cuáles son esos tesoros que esconde el lugar en el que vive, cuáles son sus valores culturales, su historia, su riqueza. Precisamente, esa fue la pregunta que le hicieron a los habitantes de los barrios Pardo Rubio y El Paraíso, de la localidad de Chapinero; Las Cruces, en Santa Fe; el Pañuelito, en Usaquén; Minuto de Dios, en Engativá; la localidad Rafael Uribe Uribe; y del municipio de Choachí.

Un proyecto de investigación de la universidad Antonio Nariño expone a través del observatorio Red de lo Patrimoniable, los saberes, prácticas, lugares y recorridos que hacen parte de la existencia cotidiana de la población pero que no han sido visibilizados ni reconocidos.

Para ello, Liliana Fracasso, profesora de la Facultad de Artes de la UAN, compartió durante dos años con las comunidades con el fin de encontrar “aquel patrimonio valorado por los habitantes de estos tradicionales barrios bogotanos, pero que aún es invisible para el resto de la ciudad”.

¿Conoce la historia de los líderes que construyeron con las mingas dominicales el barrio Pardo Rubio o el lavadero comunitario del barrio El Paraíso? ¿Qué me dice del salón comunal denominado “Tropihueco”, que en el pasado fue un depósito de agua; la cultura del Hip Hop o el nacimiento de las escuelas de Break Dance asociadas con el barrio Las Cruces?

Quizá sí conozca los tradicionales asados de la comunidad del barrio El Pañuelito o su particular celebración de la Fiesta de la Virgen del Carmen; la memoria del recordado líder del barrio Minuto de Dios, Padre García Herreros; y las piedras pintadas del municipio de Choachí, con sus paisajes y caminos ancestrales.

¿No? Como para muchos estos lugares o prácticas son desconocidas, la Red de lo Patrimoniable, plasmó en un trabajo audiovisual esta riqueza cultural que encuentran en su diario vivir los habitantes de esas comunidades.

En el documental, “Lugando: juegos de lugares y lugares en juego”, participan personas de todas las edades, quienes reconstruyeron la memoria colectiva de su barrio, con el fin de recuperar, preservar y visibilizar sus valores culturales, los cuales se podrían perder en medio de las constantes transformaciones y la falta de conciencia sobre ellos.

“Los jóvenes de hoy pueden vivir sentados en el oro o inmersos en algo muy valioso, tanto físico como inmaterial o natural, y no darse cuenta, porqué se requiere de un proceso de educación patrimonial para poder ver, reconocer y valorar”, comenta Fracasso, quien asegura que no son precisamente los expertos quienes deben encargarse de esa educación.

Así es que, aquí les presentamos un resumen de los tesoros escondidos de estos tradicionales barrios de Bogotá, presentados en el documental y en la página de la Red

Barrios Pardo Rubio y El Paraíso (Chapinero)

La memoria de cómo se construyó el barrio de forma colaborativa, la voluntad de incrementar la cohesión social, los elementos de la tradición rural, los bailes y saberes ancestrales, los cerros y el agua, los lavadores comunitarios, la memoria de líderes como Don Absalón Acero, quien organizó a la comunidad para construir el acueducto tomando el agua del Rio Arzobispo, un ejemplo de solidaridad con su gente y territorio.

Barrio Las Cruces (Localidad Santa Fe)

La cultura del hip hop y las prácticas colaborativas que se esfuerzan para recuperar el espacio público y los lugares residuales que dejan las transformaciones urbanas, el nacimiento de las escuelas de Break Dance, el sentido de arraigo y pertenencia en la comunidad y su compromiso con el barrio.

El Pañuelito (Localidad Usaquén)

El patrimonio físico de la vivienda progresiva, es decir, la construcción y remodelación de las casas que son levantadas con las propias manos de la comunidad; la fiesta de la Virgen del Carmen por ser un barrio que aloja el gremio volquetero y los tradicionales asados que se organizan cada ocho días, como un signo de cohesión social.

Barrio Minuto de Dios (Localidad de Engativá)

La memoria de un modelo utópico de Ciudad de Dios o Pueblito Blanco, la memoria del líder Padre García Herreros, los artistas propios del barrio como Abelardo Parra (escultor de las piedras donde aparecen los nombres del Banquete del Millón) o Iván Cano (que utiliza diferentes lenguajes artísticos contemporáneos para expresar su compromiso con el barrio), y la diversidad de los personajes que apoyaron el Banquete del Millón.

Localidad Rafael Uribe Uribe

Los pobladores de las etnias Inga, Pijao, Pastos y Nasa de la localidad manifiestan la dificultad de vivir en la ciudad, lejos de sus territorios ancestrales; pues ahora habitan  un lugar  donde hay ruido, afanes, caos. Lejos de su territorio ancestral esta comunidad cultiva una utopía silenciosa de resistencia para transmitir su legado en una estrategia basada en el  sincretismo y la adaptación.  Las comunidades indígenas urbanas se asocian con colectivos artísticos, realizan mingas de pensamiento, promueven acuerdos con instituciones administrativas, sociales y culturales del sistema del arte, la academia y sus disciplinas artísticas. Generan una apropiación simbólica de espacios, construyen Malocas en parques, hacen rituales o performance en sedes administrativas, centros culturales, en plazas y calles, en obras e instalaciones efímeras.

Municipio de Choachí

El paisaje y los caminos ancestrales, y las piedras pintadas, es decir, las pictografías o los petroglifos, vividas por los niños del colegio El Hato gracias a un dispositivo especialmente diseñado y que es la expresión, en suma de esta manera de entender el valor patrimonial.

¿Y en tu barrio, qué es lo patrimoniable?

Por -Redacción Bogotá

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