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Las escenas de lo que ocurre en el sector del Bronx, ubicado a pocas cuadras del Congreso, la Casa de Nariño, la Alcaldía de Bogotá, un Batallón del Ejército y una estación de Policía, son tristemente comunes. Desde robos y consumo de drogas hasta descuartizamientos y esclavitud sexual, son situaciones que ocurren a ojos de todos los que van al lugar. Sin embargo, en las últimas semanas, las autoridades se encuentran en alerta por la proliferación de menores de edad que acuden al lugar, a unas fiestas que al parecer están convirtiéndose en una moda entre estudiantes de colegio. (Vea. Menores drogándose en el Bronx, drama para cientos de padres de familia)
Los padres de familia, alertados por las llegadas tarde de sus hijos y la ausencia de estos a sus clases, empezaron a indagar la situación y se percataron de que “La L”, estaba adueñándose del tiempo libre de los menores, algunas veces por decisión de cada uno, y otras por el actuar de la delincuencia. Muchos intentaron, sin éxito, adentrarse en el lugar para buscar a sus hijos, que pasaban días y fines de semana completos en dichas fiestas, entre alcohol, drogas y abusos.
La preocupación llegó hasta el Distrito y los entes de control, que buscaron formas de desarticular las bandas que se valían de menores de edad para sus fines delincuenciales. Pero la respuesta que preparaban entre Fiscalía, Policía y Alcaldía de Bogotá, se vio frustrada, al parecer por cuenta de funcionarios públicos que filtraron la información, por lo que las bandas tomaron medidas e impidieron la entrada de las autoridades al lugar.
La Fiscalía dice que los únicos que tenían conocimiento de los operativos eran funcionarios públicos e investigadores de la Policía y el CTI. Por tanto, aseguran que iniciarán investigaciones para establecer quiénes, de qué forma y por qué se filtró la información que alertó a los criminales y logró frustrar el operativo, con el que se pretendía dar un gran golpe al tráfico de drogas, la trata de personas y la presencia de menores en el lugar.