Filtros para diésel y nuevas tecnologías, sugerencias por emergencia ambiental en Bogotá

John Paz

La calidad del aire en Bogotá es un tema que cada vez más concentra la atención y el cuestionamiento de la ciudadanía, las autoridades y de los ambientalistas. Ahora más, después de que este jueves volviera la alerta amarilla y naranja en algunos puntos de la ciudad a pesar de las lluvias y los esfuerzos del Distrito, un mes después de la primera emergencia registrada. 

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Para explicar la situación, las conclusiones a las que llegó uno de los expertos, Óscar Fajardo, doctor en calidad del aire y docente de Ingeniería Ambiental de la Universidad Central, fueron, en primera instancia, que los picos de contaminación no se registran porque hayan emisiones extremas de partículas contaminantes, sino que cuando los factores meteorológicos no son favorables es cuando se registran este tipo de emergencias. 

 “Los indicadores de contaminación se disparan los días que no hay vientos o que se presenten fenómenos como los reportados en enero”, aseguró Fajardo.

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Además, advirtió de manera reiterativa la urgencia de extremar los controles y mantenimiento de vehículos de diésel de la ciudad, debido a que, de acuerdo con cifras oficiales del Distrito, el 43 % de la contaminación del aire en la ciudad es generada por los vehículos de carga y transporte público que cuentan con este tipo de combustible, según él, altamente contaminante. 

Para dicho control, sugiere que las autoridades sean más rigurosas a la hora de exigir el mantenimiento preventivo de estos vehículos y la obligación de implementar filtros para diésel. "Los filtros para el diésel existen, pero si no se obliga su implementación y no hay controles ni el mantenimiento adecuado, el problema se agrava”, precisó.

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Al respecto, el experto también recordó que el Gobierno Nacional prohibió el uso de diésel con más de 50 partes de azufre por millón de unidades; y con su reglamentación desde 2013, se obligó a mejorar la calidad del combustible. Sin embargo, dice que sigue siendo uno de los más contaminantes de Latinoamérica, y que falta voluntad política para migrar de los combustibles fósiles a energías alternativas y limpias, como la electricidad.

Para dimensionar la situación, recordó casos ejemplarizantes en otros países como Alemania, donde se restringe su uso; en Francia y Gran Bretaña, buscan eliminar los combustibles fósiles en 2040; y en la ciudad de Shenzen, en China, que cambió toda su flota de buses de transporte público de diésel a eléctrica.

Por último, Fajardo señaló que debe ser prioridad la reducción de emisiones, teniendo en cuenta las fuentes fijas, que son las industrias, denunciando que en estas, los controles no se han implementado con rigor. Agregó que tanto ciudadanos como empresarios, deben atender la contaminación ambiental como un problema de salud pública.

“Hay que acabar esa percepción de que es un problema que no me afecta. El aire lo respiramos todos y el sistema hospitalario se desborda por esta causa. La contaminación genera costos que todos asumimos”, concluyó.

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