Con el cierre de fronteras aéreas y terrestres, el narcotráfico es una de las industrias que se las ha ingeniado para distribuir los estupefacientes a nivel nacional e internacional. Entre las nuevas modalidades que la Policía ha evidenciado, está la de entrega por encomiendas, sacando provecho del funcionamiento de las bodegas del Aeropuerto El Dorado.
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En el caso más reciente, los perros antonarcóticos del puerto hallaron 46.000 gramos de marihuana, 28.000 de ellos distribuidos en 50 paquetes al interior de dos cajas de cartón. Según la investigación adelantada por la Policía, el estupefaciente presuntamente había sido enviado desde la ciudad de Cali, con destino final a Cúcuta, en Norte de Santander.
Asimismo, tras la verificación de un compresor, se encontraron otros 18 paquetes de marihuana camuflados, con un peso total de 18.600 gramos, los cuales pretendían ser enviados desde Bogotá hasta Leticia.
Ambos cargamentos fueron puestos a disposición de las autoridades competentes para culminar con la investigación y establecer quiénes son los responsables de la distribución de la droga.
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De acuerdo con la Policía Aeroportuaria, en los últimos meses las incautaciones de estupefacientes adaptados en otros elementos para evadir los controles de las autoridades, han superado los 63.029 gramos. Según el teniente coronel Wilson Silva, comandante de la Policía del Aeropuerto El Dorado, en lo corrido del año se han incautado aproximadamente 763.605 gramos de los estupefacientes, entre cocaína, marihuana y otras drogas sintéticas. “La Policía, con apoyo de antinarcóticos y carabineros, ha reforzado los controles, teniendo en cuenta las empresas de carga y mensajería que siguieron funcionando normalmente, ya que se están creando empresas ficticias o entregando datos falsos”.
De hecho, hace menos de dos semanas, se evidenció el caso de un cargamento,de 4.310 gramos de marihuana que pretendía ser llevado hasta San Andrés escondida en 19 paquetes de maní. También se encontraron 8.315 gramos de esta sustancia, que había sido cuidadosamente empacada en cuatro tarros de duraznos en almíbar, con destino también a la isla.