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¿Hay minería ilegal o informal?

Según el mandatario Álvaro Cruz, en Cundinamarca no hay minería ilegal. Sin embargo, expertos aseguran lo contrario y advierten sobre la necesidad de definir los conceptos.

Redacción Bogotá
17 de abril de 2015 - 02:26 a. m.
Proyectos informales, como este de Soacha, podrán formalizarse por medio de la nueva Junta, según la gobernación . / David Campuzano
Proyectos informales, como este de Soacha, podrán formalizarse por medio de la nueva Junta, según la gobernación . / David Campuzano

En medio de la inauguración de la nueva junta directiva regional para la formalización de la pequeña minería en Cundinamarca, que se celebró esta semana, Álvaro Cruz, gobernador del departamento, se refirió a la urgencia de delimitar los conceptos de minería ilegal y minería informal, cuyas diferencias, según él, son muy grandes. En su discurso añadió una frase que provocó debate: “En Cundinamarca no tenemos minería ilegal”.

¿Hay o no minería ilegal en Cundinamarca? ¿Cuáles son las diferencias entre la minería informal y la ilegal? Para Álvaro Pardo, experto y director de Colombia Punto Medio, uno de los graves problemas que tiene el país es una gran confusión conceptual que ha impedido la construcción de políticas públicas que permitan hacer este tipo de diferenciaciones. Lo que sí está claro es que para el Estado, según Pardo, es ilegal todo proyecto que no tenga título minero o licencia ambiental que le permitan explorar o explotar en una determinada zona. En ese sentido, sí hay minería ilegal en el departamento.

Sin embargo, dentro de esa ilegalidad existen múltiples variaciones que ya no se contemplan en el nuevo Código Minero. Por ejemplo, está el caso de los pequeños y medianos mineros, que durante años han intentado formalizarse y no han podido debido a la negligencia estatal. A ellos se los podría llamar informales, aunque sigan en la ilegalidad por no tener los permisos. También existen los ilegales que, además de no tenerlas autorizaciones correspondientes, se encuentran en zonas de reserva e incluso pueden tener relación con grupos criminales.

Con estas múltiples diferenciaciones está de acuerdo Julio Fierro, geólogo de la Universidad Nacional, aunque no descarta que muchas de ellas están acomodadas a ciertos intereses. Aunque concuerda con que existan procesos de formalización, estos deben cumplir todos los requisitos legales, sobre todo el de respetar las zonas de reserva ambiental. “La minería es una actividad que causa un deterioro grave e irreversible. Claro que está bien que un grupo quiera beneficiarse de la minería, pero ¿se hizo el análisis de costo beneficio o es simplemente una estrategia en medio de las elecciones?”, expresa el geólogo.

Fierro desmiente que en Cundinamarca no haya minería ilegal y advierte que es casi absurdo que el gobernador lo afirme cuando buena parte de la minería ilegal que hay en el departamento es de carbón y está en páramos: “¿A ellos también los van a legalizar , a pesar de que desde 1993 se estableció que estas son áreas de protección especial y a pesar de que el Consejo de Estado reiteró la importancia de conservarlos?”.

A propósito de este tema, Inti Raúl Asprilla, representante a la Cámara por Bogotá, está convocando para el próximo 6 de mayo un debate de control político en el que se citará a la Corporación Autónoma Regional para que explique por qué no ha tomado las medidas necesarias para controlar la minería ilegal. Según Asprilla, las autoridades no pueden desconocer que existe en el departamento y que una muestra clara de ello es la presencia de proyectos de carbón en el páramo de Guerrero (en la zona de los municipios del valle de Ubaté) o de materiales de construcción, que hacen presencia en los 30 municipios de la cuenca alta del río Bogotá, en la sabana de Bogotá, territorio protegido después del fallo del Consejo de Estado sobre el río.

Lo cierto es que el debate sobre las clasificaciones y la formalización de los mineros aún está sobre la mesa. Según el gobernador de Cundinamarca, se espera que con la creación de esta nueva junta se empiece a elaborar la definición de cada una, pues tampoco se puede desconocer el esfuerzo de centenares de trabajadores que han invertido su vida en esta actividad tradicional, de la cual dependen sus familias.

Por Redacción Bogotá

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