Que hospitales de Bogotá pierdan función para negociar insumos y medicinas

El proyecto de fusión de centros de salud también propone crear una unidad logística que asuma esos trámites. Las posiciones son diversas.

Carlos Hernández Osorio
09 de marzo de 2016 - 04:19 a. m.

Para ilustrar un punto crucial de la reforma que pretende aplicar en la red de 22 hospitales públicos de Bogotá, el secretario de Salud, Luis Gonzalo Morales, ha dicho en varios escenarios: “Señores directores de hospitales, encárguense de lo que ustedes saben hacer: la salud. El negocio lo manejaremos en otra parte”. Esta es su forma de explicar cómo pretende que buena parte de las funciones administrativas, como las negociaciones con proveedores para comprar medicamentos, ocurran fuera de los centros asistenciales, pues en éstos debe primar la atención en salud. Cumplir ese objetivo implicará la creación de una nueva entidad que se encargue de esos trámites, iniciativa que hace parte del paquete de propuestas del proyecto que la Alcaldía le presentó al Concejo y que comienza a debatirse hoy a las 6:00 p.m.

La iniciativa contempla dos puntos claves: primero, que los hospitales operen bajo un esquema de cuatro redes, de acuerdo con su ubicación geográfica: sur, suroccidente, centro-oriente y norte. El proyecto también se ha conocido como “fusión de hospitales” porque, precisamente, propone que los centros asistenciales en cada una de esas redes se integren en una sola entidad, con su respectivo gerente, para que no compitan entre sí por la prestación y venta de servicios, y en cambio trabajen en conjunto, como uno solo, para brindarles a los pacientes una atención integral.

El segundo punto es crear la nueva entidad de logística: será externa a los hospitales, con capital público y privado, sin ánimo de lucro y gestionará las compras de los medicamentos e insumos, la facturación, la asignación de citas médicas y los servicios generales, entre otros. La idea es ahorrar costos y no “distraer” a los gerentes con trabajos administrativos.

Los tres concejales ponentes del proyecto se encargarán hoy de brindar un primer concepto para ilustrar a sus colegas. El de Marco Fidel Ramírez (Opción Ciudadana) y David Ballén (Partido de la U) es positivo, pues están de acuerdo con la esencia de la iniciativa.

El tercero es de Gloria Stella Díaz (MIRA), que presentó ponencia negativa por considerar que faltan estudios técnicos sobre la viabilidad de las propuestas y sobre su posible impacto en las finanzas del Distrito. Ella considera que la fusión de hospitales en cuatro entidades nuevas (una por cada red) no mejorará la prestación del servicio y que las funciones que cumplirá la entidad logística son “propias del objeto social de entidades con ánimo de lucro”.

Hay que recordar, además, que ya hay una organización creada en 2009 que cumple un papel similar: la Administración Pública Cooperativa (APC), que es pública. La propuesta del Distrito es liquidarla para crear la unidad de apoyo logístico, que incluirá capital privado.

A las dudas de la concejal se suman las de la sociedad civil. Julián Robledo, asesor de la Asociación Nacional de Internos y Residentes (ANIR), duda de que la nueva entidad busque productos de calidad, ya que se encargará de buscar precios bajos.

Otra visión tiene Raúl Munévar, gerente del hospital de San Cristóbal, quien piensa que “la idea de comprar insumos en altos volúmenes es la mejor opción que puede haber porque los precios bajan y se consiguen mejores ofertas”. Daniel Blanco, especialista en administración de salud pública y quien ha asesorado hospitales distritales, va en esa línea, pero dice: “Si ya existe la cooperativa (APC), ¿por qué crear otra entidad y, además, con participación privada? La APC no funciona por falta de voluntad y organización, pero puede reforzarse. En Antioquia hay una cooperativa de hospitales que no solo compra medicamentos, sino tecnología, y funciona muy bien”.

En el Concejo también cursa, de hecho, un proyecto de autoría de concejales de la Alianza Verde y el Polo que, a diferencia del Distrito, propone reforzar la APC. Además, no hablan de fusión de hospitales, sino de integración de funciones entre los que integran cada red.

El secretario Morales dice que, producto de la socialización de su propuesta, ha modificado parte de la redacción acogiendo algunas sugerencias. Y respecto al carácter empresarial que algunos ven en la unidad logística, dice que ésta será netamente de apoyo: “No compra, no presta servicios directamente, no contrata personal. Es una unidad de inteligencia que identifica quién vende los medicamentos, recibe las propuestas, hace las subastas. Dice cómo se deben hacer las cosas y reemplazará a los 22 directores de compras que existen hoy en los hospitales. La APC sí compra y por lo tanto actúa como intermediario financiero”.

La razón para que la entidad sea de capital público-privado, explica, es que en su junta directiva, además de los representantes del Distrito y de los hospitales, requiere a Capital Salud, EPS del régimen subsidiado que más afiliados tiene en Bogotá (alrededor de un millón) y que no sólo es propiedad de la Alcaldía, sino de un privado.

La concejal del MIRA dice que apenas está conociendo los cambios que le han hecho a la redacción del proyecto: “Si en el camino nos percatamos de que hay mejorías, cambiaremos de opinión, pero por lo pronto mantenemos nuestra ponencia negativa”.

Este es un abrebocas del debate que se avecina en el Concejo sobre un proyecto que, de salir avante, implicará cambios en la forma como funcionan los hospitales de Bogotá. A esa discusión allí se sumará, como lo anunció Robledo, el líder de la ANIR, una presión social de quienes consideran que esa no es la forma de arreglar los problemas de la salud de la capital.

Por Carlos Hernández Osorio

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