En la mañana de este jueves, la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, se refirió a la estrategia que tiene para aliviar el impacto económico que ha recibido Transmilenio por cuenta del COVID-19, el cual le dejó un déficit de $2,1 billones en 2020.
La mandataria habló sobre una carta que, junto con los alcaldes de Barranquilla, Bucaramanga, Cartagena, Montería, Cali, Pereira y Medellín, enviaron al presidente Iván Duque el pasado 12 de enero. En resumen, en la misiva proponen que para aliviar el déficit financiero que ha tenido la pandemia en los principales sistemas de transporte masivo del país, el Gobierno Nacional, con recursos del Fondo de Mitigación de Emergencias (FOME) aporte el 70 % que sería necesario, mientras que cada administración local se haría cargo del 30 % restante.
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Tomando como ejemplo el caso de los $2,1 billones que acumuló el déficit de Transmilenio en 2020, el Gobierno Nacional aportaría $1,47 billones, mientras que Bogotá completaría con $630.000 millones. Esto últimos, según lo explicado en la carta, saldrían de recursos propios o de créditos que adquiera la ciudad (hay que recordar que el Concejo aprobó que el cupo de endeudamiento de la capital aumentara a $10,79 billones).
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Por lo pronto, ninguno de los mandatarios ha recibido una respuesta, por lo que López no descarta la posibilidad de implementar otras estrategias que oxigenen las finanzas de Transmilenio. Una de estas podría ser echar mano del cupo de endeudamiento. De momento se descarta un incremento a la tarifa pues, argumenta, eso sería contraproducente para las finanzas de los bogotanos, a quienes precisamente se busca ayudar con alivios tributarios y ayudas humanitarias para los más pobres y vulnerables.
En un comunicado, Transmilenio explicó que entre marzo y diciembre registró un déficit promedio semanal de $46.000 millones. Cifra que se mitigó levemente, pues durante enero de 2021, esta fluctuó entre $41.100 millones y $45.800 millones.
“De acuerdo con la tendencia y estacionalidad del comportamiento de los ingresos por tarifa del sistema en los últimos años 4 años, se hubiera esperado para el 2020 unos ingresos por tarifa de 2 billones 350 mil millones y por efecto del COVID-19 el sistema recibió 1 billón 130 mil millones de pesos, es decir, 1 billón 220 mil millones de pesos menos”, detalló Transmilenio. Con esta información se puede decir que Transmilenio venía con un déficit de $0,9 billones, y la pandemia lo agravó a tal punto de llevarlo a los $2,1 billones.
Y es que para dimensionar el coletazo que le significó la pandemia a este sistema de transporte masivo, hay que entender que antes de la emergencia, Transmilenio reportaba más de cuatro millones de validaciones diarias, cifra que se redujo a menos de dos.
Como una estrategia interna para disminuir la necesidad de recursos adicionales, Transmilenio reprogramó las vigencias futuras para el pago de provisión de la flota que hace parte de la renovación de la flota troncal, generando así una redcción de $78.000 millones en 2020.
También realizó ajustes operacionales para optimizar la utilización de la flota y la prestación del servicio, garantizando el cumplimiento de las restricciones de ocupación máxima establecidas por el gobierno nacional y la administración distrital, la cual fue modificándose en el tiempo de 35% a 50% hasta llegar al 70%.
En suma, el sistema logró reducir su necesidad financiera hasta en $967.000 millones. “Es muy importante destacar que si bien se presentó una reducción de pasajeros en el Sistema se operó al 100% de su capacidad para garantizar las condiciones de bioseguridad para los usuarios”, concluyó.