Las otras celebraciones en Año Nuevo en Bogotá

Aunque tradicionalmente el 31 de diciembre las familias se reúnen para despedir el año y comenzar un nuevo ciclo, bajo algunos agüeros o tradiciones, para otras comunidades las fiestas tienen un toque especial o se extienden a otras fechas y celebraciones.

-Redacción Bogotá - bogota@elespectador.com
31 de diciembre de 2018 - 02:00 a. m.
 Durante este último  fin de semana salieron de la ciudad cerca de 400.000 personas.  /IDRD
Durante este último fin de semana salieron de la ciudad cerca de 400.000 personas. /IDRD

Los últimos días del año son particulares en Bogotá. Mientras un gran número de personas comienzan el éxodo para salir de la ciudad, otro tanto se prepara para recibir el Año Nuevo, bajo los tradicionales agüeros y costumbres colombianos, en los que prima la reunión de las familias.

Esto hace que, al acercarse la fecha esperada, el 31 de diciembre, la ciudad se vea cada vez más sola, mientras que paralelamente en los mercados aumentan las ventas de uvas, ropa interior amarilla y platos tradicionales como tamales y lechona.

Pero no es igual en todos los casos. Por un lado están quienes trabajan para la víspera, como operadores y conductores de Transmilenio, que hoy ampliará su operación una hora, para garantizar la movilidad en la ciudad; conductores de transporte público intermunicipal, debido a la cantidad de personas que salen de la ciudad; personal médico que tendrá que hacer guardia en una de las noches de mayor movimiento del año y guardias de seguridad, entre otros, para quienes estas festividades se convierten en días normales de trabajo.

Por otro lado, están aquellos cuyas costumbres o tradiciones religiosas no están relacionadas con las festividades de fin de año, como los judíos, quienes tienen un calendario diferente y por consiguiente sus celebraciones varían cada año. Por ejemplo, para el 2019, el Rosh Hashaná (Año Nuevo) será entre el 29 de septiembre y el 1° de octubre, mientras que para los chinos las celebraciones se realizarán entre el 4 y el 25 de enero, para despedir el Año del Perro y darle la bienvenida al del Cerdo.

En Bogotá, se destaca la variedad de actividades. En esta ocasión, las celebraciones de fin de año serán especiales para poblaciones como los menores del Idipron, quienes fueron llevados a Cartagena para disfrutar de la temporada decembrina; los habitantes de calle, que este fin de semana tuvieron su celebración; los indígenas, quienes recibieron el año el pasado 21 de diciembre y se preparan para celebrar el Carnaval del Perdón, y los venezolanos que han llegado recientemente a la ciudad y buscan conservar sus tradiciones a pesar de la distancia y las dificultades para festejar.

Indígenas

Las celebraciones indígenas de fin de año son diferentes a las tradicionales. En diciembre quienes se encuentran en Bogotá se preparan para el solsticio de invierno y el cambio de la luna llena, que representa el verdadero inicio del año para muchas de las comunidades del país.

En el caso de los muiscas, ese día es de reunión, por lo que se trasnocha a la espera del amanecer, en medio de rituales indígenas, que resaltan al sol y la luna.

Específicamente en Cota, se realizan actividades antes y después del solsticio en las que además se marimbea.

Posteriormente, el 6 de enero, se comienza la celebración del Carnaval del Perdón. A pesar de que esta es una celebración que realizan los pueblos inga y kamentsa, en el valle de Sibundoy, Putumayo, esta festividad se adaptó en Bogotá, para agradecer a la naturaleza los frutos recibidos durante el año.

La celebración incluye ceremonias en las que es fundamental para su desarrollo el compartir los alimentos. Además, los indígenas suelen vestirse con trajes coloridos que representan las cualidades de estos pueblos. Las festividades terminan el mismo día en que comienza la cuaresma católica.

Venezolanos

La masiva llegada de venezolanos al país fue una de las noticias del año. En Bogotá, de acuerdo con cifras de Migración hay alrededor de 117.000 personas, la gran mayoría de las cuales la pasarán lejos de sus familias. Quienes cuentan con los recursos aprovechan las festividades para hacer platos típicos como las hayacas, al tiempo que se reúnen para disfrutar de las gaitas, un género musical de la región de Zulia, que es tradicional para estas fechas.

En el caso de los migrantes que se encuentran en el albergue dispuesto por el Distrito en la capital, poco hay por celebrar. Si bien han recibido ayudas, las condiciones en las que se encuentran no les permiten cocinar ni realizar las actividades tradicionales de su país; sin embargo reconocen que ante la situación que enfrenta el vecino país, las festividades para quienes se quedaron en Venezuela no son muy diferentes, pues se han visto empañadas por la falta de alimentos y los elevados costos de algunos insumos. 

Las fiestas en la ciudad

Cada vez son más concurridas las fiestas de fin de año en la ciudad. Para los que prefieren estar fuera de casa, una serie de hoteles como Hilton, Dann Carlton, Sofitel Bogotá, Estelar La Fontana y JW Marriott ofrecen programas que cuentan con comida, música en vivo, show de medianoche y hasta fuegos pirotécnicos desde $120.000 hasta $1 millón.

Por otro lado, bares como Armando Records, Andrés Carne de Res y Candelario ofrecen fiestas especiales para recibir el Año Nuevo junto a artistas como el Freaky, House Affairs & Joseph Noise, mientras que espacios como Reveillon alistan fiestas temáticas para celebrar la víspera.

Por último, aunque este año no se realizará un gran concierto en inmediaciones de la Torre Colpatria, el Distrito recuerda que esta noche, como es acostumbrado, se realizará frente al edificio el tradicional conteo regresivo para la llegada del nuevo año.

Habitantes de calle

Aunque no hay un acompañamiento en la noche del 31, a lo largo del mes se han realizado actividades festivas. El pasado 20 de diciembre la Secretaría de Integración Social organizó una cena, en la que además de compartir la comida, los asistentes disfrutaron de un concierto, en compañía de los funcionarios del Distrito, secretarios y el alcalde Enrique Peñalosa, en las que se compartieron las experiencias del año. Así mismo, el pasado sábado, diferentes organizaciones que apoyan a los habitantes de calle organizaron un concierto en el parque Tercer Milenio para despedir el año, en el que participó el grupo Son Callejero, conformado por músicos que antes vivían en las calles de esta zona y que se resocializaron. Este tipo de espacios son necesarios para dignificar y humanizar a estas personas que, en la mayor parte, pasan solas estas fechas.

Niños del Idipron

A 700 niños que han sido rescatados de las calles y hacen parte del Instituto Distrital para la Protección de la Niñez y la Juventud (Idipron), este año les dieron la oportunidad de viajar por primera vez en avión. Los menores fueron llevados en dos grupos a Medellín, Cartagena, Bucaramanga, Santa Marta y Barranquilla por Latam, para celebrar las festividades decembrinas. El año pasado se realizó una actividad similar en la que participaron mil niños que viajaron a la costa Caribe.

De acuerdo con el director del Idipron, Wilfredo Grajales Rosas, este tipo de actividades permite apartar a estos menores de problemáticas sociales como riñas, violencia intrafamiliar y consumo de alcohol y drogas, situaciones que aumentan por estas fechas y que, dado el contexto social en el que viven los niños, son propensos a caer en ellas.

Ojo con los animales

La pólvora es uno de los mayores dolores de cabeza para los encargados del cuidado de los animales en la ciudad. Ante la sensibilidad de algunos sentidos como la vista, el olfato o el oído, es común que algunas aves se estrellen por la confusión que les generan las luces, así como algunos perros pueden presentar cuadros de estrés y hasta infartos por el sonido que producen los estallidos. Es por ello que el Instituto de Protección y Bienestar Animal en Bogotá recomienda a quienes tienen mascotas en sus viviendas buscar asesoría de un veterinario para evitar percances. Por ejemplo, cuando inician las detonaciones es recomendable cerrar puertas y ventanas para disminuir el ruido. De hecho, en algunos casos la música ayuda a calmar a los animales. Asimismo, se sugiere usar esencias florales para contrarrestar el olor de la pólvora, pues los perros y gatos son mucho más sensibles a este tipo de olores; adecuar un lugar de refugio para el animal doméstico; distraerlo durante el show pirotécnico, dándole comida o jugando con él, alejarlo de las ventanas y, sobre todo, evitar sacarlos a la calle o llevarlos a los lugares donde se lanzará la pólvora.

Por -Redacción Bogotá - bogota@elespectador.com

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