"Los animales, como no tienen deberes, no tienen derechos"

En medio de la polémica alrededor de la fiesta brava, el torero francés Sebastián Castella pide respeto por los que aún aprueban las corridas. Habla de la politización del debate y del desconocimiento de aquellos que rechazan su oficio.

Alexánder Marín Correa - jamarin@elespectador.com
10 de febrero de 2017 - 04:37 p. m.
El torero francés Sebastián Castella habla de la polémica que se vive alrededor de la Fiesta Brava.  / /Cortesía
El torero francés Sebastián Castella habla de la polémica que se vive alrededor de la Fiesta Brava. / /Cortesía

El torero francés Sebastián Castella, luego de cinco años, regresa este domingo al ruedo de la Santamaría. Y se parará en la arena, en medio de la polémica por el regreso de la fiesta brava a Bogotá. Aunque al principio intentó capotear el debate, para concentrar la conversación en sus dos presentaciones de este fin de semana en Colombia (el sábado estará en Medellín), al final lo enfrentó sin miedo. Defiende su oficio y la afición, por eso no carga agua en la boca para decir que el debate está plagado de ignorancia y una doble moral. Lanza pullas directas a los que se han dedicado a politizar el tema esperando mejorar su imagen o conseguir votos y a los taurinos vergonzantes.

Pide respeto a los animalistas y antitaurinos, a los que dice no poder respetar por su incoherencia, especialmente de aquellos que comen carne, tienen mascotas castradas y confinadas, y que prefieren recoger a un perro de la calle que salvar a un niño abandonado. Y su estocada final: “un animal nunca podrá estar por encima de un ser humano”. Sus declaraciones pueden ser polémicas, pero son las palabras que muchos aficionados piensan, pero no expresan.

Regresa a Bogotá en medio de una polémica alrededor de la fiesta brava. ¿Qué opina?

Es algo en lo que estamos involucrados todos los taurinos, los aficionados, los que vivimos de esto… los que amamos el toreo. Es un momento complicado y delicado, pero creo que es cuando más unidos debemos, más fuertes, promocionando y defendiendo lo que amamos.

¿El debate parece cada vez más complejo?

Es un debate muy amplio, pero que está plagado de una doble moral tremenda, porque esos animalistas supuestamente pacíficos, de pacíficos no tienen nada, como quedó demostrado hace tres semanas en Bogotá, que fue algo impensable. Otra de las cosas penosas es que se está politizando mucho el debate de los toros.

¿Por conseguir votos?

A un partido político le puede gustar o no los toros, pero no están viendo que la gente no vota por ellos pensando en si apoyan o no las corridas. La fiesta brava nunca debió politizarse, pero ahora que estamos en esta situación pues nos toca trabajar con eso.

¿Por qué doble moral de los que se oponen a la fiesta brava?

La doble moral está en todo este debate. Si no fuera así, por ejemplo, todos los animalistas y los antitaurinos serían vegetarianos, no comerían carne, o no tendrían una mascota castrada y encerrada en un apartamento de 40 metros cuadrados. Si fuera así, les podría decir que los respeto. Pero no puedo, porque como están actuando y lo que están haciendo, son un mentira total y grande. Ahora, también hay doble moral, de aquellos que van a los toros y no quieren decir que son taurinos. Les agradezco que vayan, pero hay muchos que no quieren mojarse.

¿Cómo llegar a un punto medio?

Deberíamos respetarnos, los unos y los otros. Podríamos dialogar y escucharnos. Si no les gusta, pues bien. No los queremos convencer. Si a mí no me gusta el teatro o el fútbol, pues no voy. Pero no voy a buscar que lo prohíban para que no vaya otra gente. Existe la libertad de expresión y cada uno hace lo que quiere dentro de unos límites. Solo pedimos respeto y el grito de libertad está claro, por eso aprovecho para agradecer a todos los que luchan por los toros, como lo ha hecho Felipe Negret en Bogotá, y a todos los que aportan su granito de arena para que permanezca la fiesta brava.

Pero tienen una oposición que cada día sigue creciendo.

Tenemos que seguir promocionando y enseñando a la gente lo que es mundo del toro, que es mucho más amplio de lo que algunos piensan. Una cosa para los animalistas, el toro bravo es cierto que va a morir en una plaza, como también puede morir el torero, pero como un animal libre y grande. A diferencia de todos los perros o gatos que viven encerrados en pequeños apartamentos. Porque tener en 40 metros cuadrados a un pobre animalito, eso es quitarle su vida al animal, eso sí es maltrato. A diferencia, el toro vive como un rey en el campo, nadie los molesta hasta que le llega el momento, y las vacas viven toda su vida. Ojalá se hiciera un debate grande para poder hablar mucho más del tema y las cosas favorables que le aporta el toreo a la sociedad.  Lo único que pido es respeto y libertad.

Ustedes defienden el toreo como arte y los animalistas hablan de maltrato.

Repito, es que hay una doble moral. La mayoría no sabe ni una pizca del mundo del toro. Y cuando uno no sabe de algo, lo mejor es no opinar. Mire, los animales no tienen deberes y como no tienen deberes, no tienen derechos. Así de sencillo. ¿Usted cree que es normal que una mujer diga que, si ve a un niño y a un perrito abandonados en la calle, prefiere recoger el perro y dejar el niño? ¿En qué mundo los animales están por delante de los humanos? Es que eso no se piensa. ¿Qué le puede uno decir a alguien que piensa así? El animal, con mucho respeto y por mucho que le debemos, no puede estar por encima de los seres humanos. A mí no me gusta la pesca, no me gusta la caza, no me gusta ir al zoo… Yo no voy a atropellar un perro con un carro. He ido a los mataderos y eso sí me parece terrible, pero la gente luego se los come. Ahí no hay debate que valga. Un animal no puede estar por encima de un ser humano.

¿Cómo defender la fiesta brava?

Dándola a conocer. El mundo del toro es muy especial. Claro, está la muerte, el torero también puede morir, y aunque la gente no lo reconozca, ahí hay algo de morbo también. Pero cuando hay una gran faena y muere un toro bravo, es algo tremendo, hay una gran ovación. Y no por la muerte del animal. He estado combatiendo a un toro bravo y he sido capaz de matarlo de la mejor manera y ha caído como un grande. Ver eso es la mejor muerte que puede existir. No es un perro atropellado en la calle, no es un ser humano muerto a balazos. El mundo del toro va más allá de lo que pueden decir aquellos que no tienen idea de esto.

A qué se debe que cada vez hay menos seguidores y las plazas se ven con menos público

Se ha politizado y hay intereses por todos lados. Eso está muy mal. Muchos de sus compañeros seguro van a toros, pero no quieren escribir, porque no quiere verse perjudicados. Si algo te gusta, asúmelo. A os que nos gustan los toros, tenemos derecho. Yo vivo de y para los toros, porque toda mi vida la he dedicado al toro. He derramado sangre por el toro y no solo por ganar dinero, eso viene con la profesión. No toreo solo por ganar dinero, lo hago para disfrutar y sentir algo más de lo que pueden sentir los demás humanos. Y eso me lo da el toro. ¡Ahora me vienen con cuentos los antitaurinos!

Las corridas del fin de semana

¿Háblenos de sus dos corridas en Colombia?

Será un fin de semana muy completo, de mucha responsabilidad, que me llena de ilusión, tanto por mi corrida en solitario en Medellín como por mi regreso a Bogotá, luego de cinco años de esa suspensión forzosa de la fiesta brava. Volver a la capital colombiana es especial, sobre todo por ese público, su entrega y ese rugido que brinda cuando hay una faena importante. Estoy muy emocionado. 

¿Cómo asume esta corrida en solitario?

Siempre es un reto grande. En mi carrera lo he hecho en tres ocasiones y todas por algo personal. Lo he hecho en Francia y España por causas benéficas, como colaborar con los damnificados de Haití o los niños con síndrome de Down. Lo asumo como un reto para crecer personalmente. Y en esta oportunidad, lo haré en Medellín por el amor que le tengo a Colombia, desde la primera vez que vine. Siempre lo había querido hacer en este país, pero no se había logrado. Ahora llegamos a un acuerdo. Ojalá salga todo bien… si los toros quieren colaborar un poco.

¿Cuál es la expectativa de su regreso a Bogotá?

Lo que pido es que vaya el público a la plaza, que es el mayor triunfo que puede tener el toreo y después salir a dar lo máximo y lo mejor de mí. 

 


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Por Alexánder Marín Correa - jamarin@elespectador.com

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