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Los formularios de la discordia en elecciones para Concejo de Bogotá

Las reclamaciones del Centro Democrático y la UP tienen en común la queja de que en algunas actas no les consignaron sus votos. Al parecer, influyó el diseño.

Carlos Hernández Osorio
05 de noviembre de 2015 - 03:58 a. m.
Izquierda: E-14 de este año. El espacio para la lista cerrada de la UP está al final de la página, debajo de Libres. Derecha: E-14 de 2011. El MIRA, también con lista cerrada, tuvo espacio único.
Izquierda: E-14 de este año. El espacio para la lista cerrada de la UP está al final de la página, debajo de Libres. Derecha: E-14 de 2011. El MIRA, también con lista cerrada, tuvo espacio único.

El viernes en la tarde se sabrá oficialmente quiénes ocuparán las 45 curules del Concejo y las 184 de las juntas administradoras locales (JAL) de Bogotá. Ese día será cuando se conozcan las decisiones sobre los reclamos de candidatos y partidos que, luego del conteo de votos, consideraron que hubo irregularidades que los afectaron. Este año se presentó un fenómeno llamativo: la enorme diferencia entre la cantidad de votos reportada el 25 de octubre, día de las elecciones, y el número que se conoció durante el reconteo, que se llevó a cabo durante la semana posterior a los comicios.

Por eso podría cambiar la composición del Concejo prevista inicialmente. Todo radica en aparentes descuidos de los jurados de votación aquel domingo de elecciones al llenar unos formularios, lo que incidió en los reportes que se conocieron ese día. Por ejemplo, al Centro Democrático le dieron en ese momento 239.400 votos para Concejo, por lo que las cuentas daban para elegir cinco cabildantes. Durante los escrutinios oficiales, sin embargo, esa cifra pasó a 272.000, lo que lo pasa del cuarto al segundo lugar en votos y le permitiría contar con un concejal más.

La explicación es un poco técnica, pero es necesario tratar de hacerla para comprender los reclamos que pueden cambiar parcialmente los resultados conocidos hace dos semanas. De acuerdo con el procedimiento que establece la Registraduría, cuando terminan las votaciones, a las 4:00 de la tarde, los jurados cuentan los votos y, como resultado de ese conteo, diligencian los formularios E-14. En estos deben buscar el espacio destinado a cada partido y consignar el número de votos que obtuvo y a qué candidatos corresponden esos votos. Una vez terminan ese ejercicio, les pasan los formularios a funcionarios recolectores de actas, que a su vez se los pasan a otros llamados transmisores.

Los transmisores llaman por teléfono a una persona que está en un centro de procesamiento y se encarga de anotar la información en otro formato, que es escaneado y es a partir del cual se dan a conocer los resultados el mismo domingo de la elección.

Los reclamos más fuertes sobre lo ocurrido el pasado 25 de octubre provienen de la Unión Patriótica y el Centro Democrático, partidos que presentaron listas cerradas al Concejo. En las listas cerradas se vota por el partido, no por candidatos en particular. Por eso, como es de esperarse, en los formularios E-14 a estos partidos no les asignan casillas para consignar votos por candidatos, sólo una casilla para escribir los votos que recibió la lista. Esto hace que el espacio destinado en los formularios a esos movimientos sea más pequeño.

Hace cuatro años, los E-14 constaban de una hoja por cada partido. El jurado buscaba la hoja y escribía el resultado de su conteo. Este año, en cambio, el lugar asignado para los partidos con lista cerrada no estuvo en hojas independientes, sino que, por ocupar menos espacio, los ubicaron en la misma hoja de otros partidos, en la parte de abajo. Aparentemente, los jurados no los vieron y, por ende, no reportaron los votos.

Las denuncias de la UP, de las que dio cuenta este diario el jueves pasado, demuestran que en algunas actas los jurados admitieron no haber visto el espacio para consignarles sus votos.

Hay que tener en cuenta que, de todas formas, los resultados que se dan a conocer el domingo de elecciones no son oficiales, por más aproximados que sean. Por eso se llama preconteo. Los escrutinios reales se llevan a cabo, en el caso de Bogotá, en Corferias. Fue allí donde se descubrieron las presuntas anomalías, a partir de las cuales partidos y candidatos presentan reclamaciones.

En la Registraduría le dijeron a este diario que sólo podrán pronunciarse una vez se resuelvan los reclamos, el próximo viernes. Lo que dicen los posibles beneficiados es que es claro que el formulario indujo a los jurados al error. Posibles perjudicados cuestionan que la organización electoral gaste tanto dinero en unas elecciones para que se presenten errores como los que habrían ocurrido en este caso. Si bien entre el preconteo y los escrutinios oficiales las cifras tienden a cambiar, el margen suele ser mínimo. Aquí se estaría hablando de que se dejaron de contar más de 38.000 votos, que según el Centro Democrático y la UP han aparecido, cifra que en Bogotá es muy significativa.

Posibles implicaciones

La nueva votación del Centro Democrático (CD) para Concejo le permitiría elegir como sexto concejal a Javier Santiesteban, hermano de Orlando, quien es actual cabildante por el Polo Democrático. Ese cambio posiblemente dejaría por fuera a Javier Palacio, actual concejal por el Partido de la U que, con los resultados iniciales, tenía asegurada su curul.

En el CD dicen que también ganarán, al menos, otros tres ediles. De todas formas, su cabeza de lista al Concejo, Diego Molano, presentó ayer una reclamación por considerar que si les aparecieron 33.000 votos, es posible que haya más irregularidades y, por qué no, puedan alcanzar una séptima curul. En la UP ya se fueron a los estrados judiciales y su principal líder, Aída Avella (también cabeza de la lista al Concejo), anunció incluso una demanda ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

En cuanto a la futura conformación del Concejo, la coalición del nuevo alcalde, Enrique Peñalosa, tiende a fortalecerse, si se tiene en cuenta que el expresidente Álvaro Uribe puso a disposición su bancada para sacar adelante los proyectos del mandatario.

Con esto, se confirma además la mala hora del Partido de la U en Bogotá, que pasó de ser la colectividad más votada en la ciudad para Concejo en 2011 a ocupar un sexto lugar, que lo dejará con cuatro concejales, la mitad de los que tiene ahora.

Por Carlos Hernández Osorio

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