“Los invitamos a debatir cara a cara, no por Twitter”: Andrés Villamizar a opositores de Peñalosa

Un grupo de simpatizantes del alcalde Enrique Peñalosa creó una fundación para confrontar a los promotores de la revocatoria. La oposición reveló datos polémicos alrededor de su creación.

Jairo A. Cárdenas A. / @Jairo_Cardenas7
05 de abril de 2017 - 03:51 a. m.
Andrés Villamizar, José Fernando Flórez y Andrés Mejía son los creadores de la Fundación Azul Bogotá. / David Campuzano
Andrés Villamizar, José Fernando Flórez y Andrés Mejía son los creadores de la Fundación Azul Bogotá. / David Campuzano

La invitación está sobre la mesa. Los directivos de la Fundación Azul Bogotá, creada recientemente para contrarrestar la ofensiva de los promotores de la revocatoria del alcalde Enrique Peñalosa, pretenden llevar el debate desde las redes sociales a un cara a cara entre simpatizantes y opositores.

Así es. Al alcalde de Bogotá, fuera del abogado que contrató para que frenara la revocatoria, le apareció “un defensor” de oficio, en medio de la continua ola de ataques, reclamos y el descontento de un sector de la ciudadanía por decisiones como el aumento del pasaje de Transmilenio, el cambio del proyecto del metro subterráneo por uno elevado y la venta de la ETB. La nueva fundación entra a cumplir la tarea de contrapeso político de la oposición en Bogotá, pues hasta el momento, hay que decirlo, la discusión ha sido poco técnica. (Lea aquí: Enrique Peñalosa enfila baterías para frenar la revocatoria)

El creador y director ejecutivo de la Fundación Azul Bogotá es Andrés Villamizar, confeso amigo del alcalde y director del movimiento que recogió firmas para su candidatura en el 2015. Aunque para algunos pierde credibilidad por su origen, Villamizar asegura que la fundación no nació para defender a Peñalosa sino el modelo de ciudad que él representa.

“La ciudad está dividida en dos vertientes: los que apoyan a Peñalosa y los que no. Los opositores tienen una gran presencia en redes sociales e impulsan información falsa para dañar la imagen del alcalde. Ante esto, muchos peñalosistas prefieren mantenerse en el anonimato. Queremos sacar a la oposición de las redes y confrontarla en debates públicos, argumentados técnicamente”, señaló.

Según Villamizar, Azul Bogotá no tiene ninguna relación con la Alcaldía, más allá de la misma corriente ideológica, y para garantizar esta independencia se abstendrá de recibir donaciones provenientes del sector público o sus contratistas. Ahora, también sabe que hacerlo sería un papayazo para que los opositores de la administración desacrediten su labor. La decisión también es un mecanismo de defensa.

Polémica

A pesar de esta decisión, la creación de Azul Bogotá ya está rodeada de polémicas. Además de la obvia relación entre Villamizar y Peñalosa, están las denuncias hechas por Carlos Carrillo, uno de los hombres claves de la oposición y miembro del comité Unidos Revocamos a Peñalosa, quien en un artículo publicado en su blog, Algarete, mostró polémicos datos alrededor de la inscripción de la fundación ante la Cámara de Comercio y de sus perfiles en redes sociales.

El punto es el siguiente: el registro de la Fundación Azul Bogotá ante la Cámara de Comercio se realizó según lo exige la ley, pero el correo de notificación judicial no existe o, bueno, no existía, porque Carlos Carrillo lo creó como parte de su denuncia (jkempire@gmail.com). Sobre sus cuentas en las redes sociales, reveló que eran viejos perfiles donde antes se ejercía activismo contra el exalcalde Gustavo Petro, el Polo Democrático y la izquierda, llamadas @dejemosgobernar, en Twitter, y “No más Moreno, Polo y Petro en Bogotá”, en Facebook. Al asumirlas como las cuentas oficiales de la Fundación Azul, también heredaron todos sus seguidores.

Sobre estas revelaciones, Villamizar explicó que, en el caso del registro en la Cámara de Comercio, el correo pertenece al abogado que los asesoró, pero el funcionario de la entidad se equivocó al digitar la información. “No teníamos correo de la fundación porque no la habíamos conformado. El correo que usamos es del abogado, pero en la Cámara de Comercio se equivocaron cuando lo escribieron. Carrillo lo creó y, bueno, que lo use como mejor le parezca”, dijo el director ejecutivo de Azul Bogotá.

Respecto de las redes sociales sobre las que comenzó la estrategia digital de la fundación, Villamizar se limitó a decir que fueron donaciones hechas por personas afines al proyecto. El cambio de nombre y de fin de estos grupos se les anunció a los seguidores para que tomaran la decisión de continuar o retirarse. ¿Por qué no empezaron desde cero? El director de Azul Bogotá añadió que estratégicamente era mejor arrancar con un número importante de seguidores.

La contienda política en Bogotá alrededor de la revocatoria del alcalde Peñalosa sigue su marcha, esta vez con Azul Bogotá como nuevo protagonista, el cual se ha dedicado en las últimas semanas a contrarrestar las acusaciones de opositores como el exalcalde Gustavo Petro y el concejal Hollman Morris. A la propuesta de generar espacios de debate, la fundación ya tiene el primer interesado. (Lea aquí: Crean fundación para hacerle contrapeso a los comités de revocatoria de Peñalosa)

El Espectador habló con Carlos Carrillo sobre la posibilidad de acudir a uno de estos encuentros y él respondió: “Me parece maravilloso. Estoy abierto a cualquier invitación a debatir siempre y cuando se haga en un espacio equilibrado”.

Así las cosas, a la espera de que Azul Bogotá haga una invitación formal que ratifique lo dicho a este medio, podríamos estar a las puertas de un debate cara a cara entre Villamizar y Carrillo, en el cual, según han expresado, los argumentos técnicos serán los únicos que tendrán valor, mientras Twitter, propio o heredado, se quedará en un segundo plano.

Por Jairo A. Cárdenas A. / @Jairo_Cardenas7

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