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Los retos para la nueva Alcaldía

Aumentar el pie de fuerza y dotarlo mejor, no aplazar más decisiones en movilidad como la extensión y la mejora del servicio en Transmilenio y repensar el modelo de vivienda popular, algunas misiones.

Redacción Bogotá
25 de octubre de 2015 - 02:00 a. m.
 Los cuatro candidatos con más opción de llegar al Palacio Liévano: Enrique Peñalosa, Rafael Pardo, Clara López y Francisco Santos.   / Cristian Garavito - El Espectador
Los cuatro candidatos con más opción de llegar al Palacio Liévano: Enrique Peñalosa, Rafael Pardo, Clara López y Francisco Santos. / Cristian Garavito - El Espectador

Al final de la tarde se espera conocer el nombre del nuevo mandatario. Con opción, según las encuestas, hay cuatro candidatos: Enrique Peñalosa (firmas, Cambio Radical y un sector conservador), Rafael Pardo (Partido Liberal, la U, MIRA y un sector de los verdes) y Clara López (Polo, MAIS, UP y Progresistas) y Francisco Santos (Centro Democrático). Todos con visiones distintas y planes de gobierno con características particulares. Sin embargo, por más que el elegido llegue con su propia agenda, hay retos evidentes para los que la ciudad clama soluciones urgentes: seguridad, movilidad, salud, educación, vivienda e infraestructura son los temas generales en los que coincide la mayoría.

Para Aurelio Suárez, analista y excandidato del Polo a la Alcaldía, son evidentes los líos que deja la actual administración y que deberá afrontar la que llegue. “Para empezar, una de sus principales decisiones debería ser alrededor del pasaje de Transmilenio: ¿lo va a subir, lo rebajará o qué hará para recuperar las finanzas del sistema? ¿Qué hará con los 60.000 contratistas por prestación de servicios que tiene el sector central? ¿Qué hará con las APP que deja firmadas Petro?”.

Para Suárez, son muchos otros temas a los que se debe prestar atención. Por ejemplo, el déficit de los hospitales del Distrito, la crisis en la EPS mixta Capital Salud, la obligatoria licitación para la recolección de basuras, el futuro de Aguas de Bogotá (operador público de aseo), la renegociación o licitación de los contratos de Transmilenio y el SITP, el cuestionado decreto de los rascacielos y los miles de huecos que no se han tapado.

También resolver el futuro de la ETB, que ha perdido $500.000 millones de patrimonio en el primer semestre; el del Fondo de Vigilancia, que se ha convertido en uno de los entes más cuestionados por corrupción, o el saneamiento de las alcaldías locales. Y uno clave: recomponer la relación con el Concejo. “Todo esto, hablando de los problemas conocidos y evidentes en la ciudad. Pero hay que advertir que no se sabe por dentro qué más sorpresas, como en una caja de Pandora, le deja la administración de Petro al nuevo alcalde o alcaldesa que elija Bogotá”.

Movilidad

La movilidad es uno de los temas que más amarga a los bogotanos. En los últimos años ha sido el de menos avances y uno de los más tortuosos. La imagen de la calle 26, hecha pedazos por cuenta del descalabro del cartel de la contratación, fue sólo un trago amargo que generó el retraso en la extensión de la red de Transmilenio. El Sistema Integrado de Transporte Público (SITP), con el que el Distrito prometía la revolución del transporte, ha avanzado lentamente. Desde el comienzo se anunció que su implementación sería gradual, pero ha sido tan lenta que aún no ha terminado el proceso y ahora se ven buses tradicionales prestando el servicio provisional del SITP.

Darío Hidalgo, exsubgerente de Transmilenio e investigador de transporte sostenible, considera urgente mejorar Transmilenio y la reorganización operacional del SITP, para aumentar su eficiencia y reducir el gran hueco financiero. Esto, debido a que el déficit es de al menos $2 billones, el doble de lo previsto cuando se diseñó el sistema. Como lo ha contado este diario, una causa fue la rebaja al pasaje que se autorizó en 2012 y que a julio de 2015 había costado $400 mil millones de dineros públicos.

Otros temas urgentes, según Hidalgo, son la buena contratación que necesita el metro, la expansión de Transmilenio y una gran gestión para ordenar el tráfico. Además, volver a peatonalizar los andenes y mantener y expandir la red de ciclorrutas y bicicarriles, así como mantenimiento vial.

En cuanto a retos específicos, Hidalgo recuerda la renovación de la flota de Transmilenio, el ajuste de la tarifa del SITP, definir el esquema institucional del metro, controlar el uso de carros con medidas como los cobros por congestión y responder las propuestas de Asociación Público Privada que hay para trenes de cercanías.

Seguridad

Luis Guillermo Plata, presidente de Probogotá, resalta que Bogotá tiene grandes retos como movilidad, la recuperación de la cultura ciudadana y algunas obras de infraestructura claves, pero es la seguridad lo que más angustia a los bogotanos. Según la encuesta multipropósito, 7 de cada 10 personas dicen que debe ser una prioridad de la nueva administración.

Más allá de la necesaria modernización de la línea 123, la gente quiere ver policías en las calles. Por eso, un reto inmediato es aumentar el pie de fuerza. La capital cuenta con 18.000 policías que trabajan en dos turnos y un gran número son auxiliares bachilleres que prestan su servicio militar.

“Son 9.000 por turno para cuidar a 8 millones en una ciudad que al año tiene 130 partidos de fútbol y 70 manifestaciones, que obligan un esfuerzo adicional. Hay algo igual de urgente: dotarlos adecuadamente. Dos datos dicientes: para 18.000 policías hay 2.300 radios y 1.000 chalecos antibalas. A esto le debemos sumar que necesitamos más cámaras, ya que sólo hay 401 para una ciudad tan grande”.

Educación y salud

La administración Petro ha marcado un punto alto en inversión en educación, al haber subido el presupuesto anual de $2,3 billones a $3,3 billones, en buena medida para implementar el programa 40x40, un acercamiento serio, pero no íntegro, a la jornada completa. Cubre a 220.000 estudiantes, así que el reto está en que todos los alumnos, que son unos 930.000, se beneficien de esa oferta. Se espera que el próximo alcalde se embarque en ese reto y lo cumpla de forma gradual. La jornada completa, según el informe de la Misión Calidad del PNUD, “se convierte en una poderosa medida de compensación de las desventajas socioeconómicas”.

A pesar de que los líos del sistema de salud son estructurales, el Distrito puede comprometerse a implementar las estrategias de prevención y reacción. Sobre las primeras, debe tenerse en cuenta que el programa Territorios saludables ha sido bien recibido, por lo que el modelo de llegar hasta la casa de la gente ha demostrado ser apropiado. En cuanto a la reacción, descongestionar las salas de urgencias es imperativo. Puede hacerse con más infraestructura y trabajando en procesos más expeditos para los pacientes.

¿Cuál será el modelo de vivienda?

“Las ciudades han sido exitosas en generar riqueza, pero mucho menos en generar equidad. Hay que cambiar el modelo de urbanización”. Esta advertencia la hizo Joan Clos, director de ONU Hábitat, en el séptimo Foro Urbano Mundial que se realizó en 2014 en Medellín. Este líder mundial se ha referido a la necesidad de estructurar ciudades compactas, donde la arquitectura recuerde su función social y haya espacios públicos para la gente. Se trata de pensar en ofrecer urbes donde se pueda vivir y no solamente sobrevivir, para disminuir la desigualdad.

Este diario habló con Samuel Jaramillo, economista de la Universidad de los Andes con doctorado en urbanismo que cree que un desafío para Bogotá es evitar la segregación social al llevar a los pobres a vivir en la periferia e impulsando programas de Vivienda de Interés Prioritario (VIP) más pequeños sin desplazar a la población. Algo que, recuerda, trató de hacer la actual administración pese a la difícil tensión política que se ha generado.

Y es que ciudades como Londres y París han ido abandonando el modelo de megaproyectos de edificios en la periferia porque esa estrategia genera problemas económicos, como que los menos favorecidos tienen menos oportunidades y se reproducen las precariedades. Asegura que Colombia está volviendo a esa tendencia, en la que la vivienda popular se hace por medio de subsidios, los grandes promotores urbanos construyen las casas para los más pobres donde sale más barato y, para reducir costos, construyen proyectos muy grandes en zonas apartadas.

Ciudad región

Una solución transversal a todos los retos, según Luis Guillermo Plata, de Probogotá, es que el nuevo alcalde mire a Bogotá como región, con Soacha, Chía, Cota, Funza, Zipaquirá. “No pueden solucionarse problemas como la movilidad o los medioambientales (descontaminación del río Bogotá) sin tener en cuenta los municipios de la sabana. Se debe tener una administración articulada”. Hace este llamado para resaltar un problema de la actual administración: la falta de comunicación y coordinación en la región e, incluso, entre la propia administración con entidades de las que dependen temas claves para la cuidad. “No necesitamos genios, sino gente que hable y coordine”.

¿De dónde saldrá la plata?

El exalcalde Jaime Castro, que apoya la candidatura de Enrique Peñalosa, ve también una enorme bolsa de retos, pero cree que la principal preocupación es de dónde sacar los recursos para cumplir tanta promesa. Resalta que ningún candidato ha dicho cómo financiará su plan de desarrollo a pesar de que, por donde se mire, las necesidades más sentidas de la ciudad son muy caras.

“Sólo al analizar la movilidad uno se encuentra con el metro, las nuevas troncales de Transmilenio, la recuperación de las actuales, los cables aéreos, el tren de cercanías, la recuperación de la malla vial y la quiebra del SITP o de Transmilenio. Todas son costosas”.

En seguridad, por ejemplo, llama la atención frente a propuestas como la guardia cívica (de Rafael Pardo), las cámaras de seguridad o la mencionada Secretaría de Seguridad (que proponen casi todos). O en educación, la idea de construir 50 colegios; las nuevas sedes para universidades públicas o la creación de universidades virtuales; o mantener y extender la jornada única. “Por ejemplo, la mayoría de hospitales están en quiebra y ya están proponiendo hasta clínicas para perros y gatos callejeros. Para no ir lejos, sólo la descontaminación del río Bogotá cuesta $5 billones”.

“¿Cómo financiarán todo eso? ¿Con nuevos impuestos? Pero no sólo no hablan de esto, sino que están prometen congelar impuestos y hasta reducirlos. La capacidad de endeudamiento del Distrito tiene un límite. Este es un reto que se suma a todos. Son puras promesas de campaña”.

Por Redacción Bogotá

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