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Los retos en seguridad que tendrá que afrontar Petro

Fortalecer la gerencia en ese sector y generar un discurso técnico y no político en torno a él, son algunos de los desafíos.

Jerónimo Castillo / Investigador independiente
06 de enero de 2012 - 09:00 p. m.

Evitar la politización de la seguridad, mejorar y ampliar la comprensión de los fenómenos que afectan a los ciudadanos, desarrollar una política de seguridad que articule el nuevo modelo de vigilancia policial y fortalecer la gerencia en la materia, son los retos que deben ser tenidos en cuenta al momento de elaborar el Plan de Desarrollo de la capital. La reducción de los viejos indicadores y la definición de nuevos vendrán después.

En los últimos años, la seguridad ha sido utilizada para recrear el escenario de la contienda política, tanto a nivel nacional como local. Uno de los retos que tiene la nueva administración distrital es lograr que la seguridad de los ciudadanos, que tiene un valor instrumental frente al ejercicio de sus derechos, tenga una mayor discusión técnica que política.

En ese sentido, la inclusión de los aspectos del conflicto político y social colombiano en el contexto local debe manejarse con cuidado bajo un marco político, para evitar que se generen falsas imágenes de la inseguridad en la ciudad cuyo único fin sea la promoción de una candidatura presidencial en el futuro.

Lo primero que se tendrá que hacer es superar la limitada visión que ofrecen los llamados delitos de mayor impacto (homicidios, lesiones y hurtos), entendiendo que esconden diversas dinámicas de funcionamiento social. Por ejemplo, en el caso del homicidio, éste puede ser originado por los conflictos entre grupos, la intolerancia o la violencia intrafamiliar. Adicionalmente, existen otras modalidades delictivas que afectan la cotidianidad de los bogotanos, como la estafa, la violencia escolar en las calles, la extorsión o simples fenómenos de convivencia.

Se deben superar paradigmas que han llevado a entender la inseguridad en la ciudad como el producto del descuido o la irresponsabilidad ciudadana, mediante análisis más complejos y creativos sobre dinámicas delictivas sociales, que permitan el desarrollo de nuevas estrategias con mayores y mejores indicadores de medición y seguimiento.

El Plan Nacional de Vigilancia Comunitaria por Cuadrantes (PNVCC), que es el actual modelo del servicio de vigilancia de la Policía Nacional, requiere de una política y de unas estrategias que potencialicen los efectos de las actividades de la Policía en la calle. El aumento del pie de fuerza es uno de los capitales estratégicos con los que cuenta la nueva administración, pero debe insistirse en la propuesta del alcalde Gustavo Petro de contar con un esquema independiente que le permita al ciudadano denunciar los abusos y debilidades de la institución. Este mecanismo, en conjunto con las propuestas del PNVCC, permitirá no sólo aumentar la cobertura del servicio de policía sino crear un servicio de calidad.

Finalmente, la gerencia de la seguridad es el reto que permite crear una mejor estructura técnica. El NUSE 123 debe convertirse en la herramienta de trabajo, una que articule la totalidad de las agencias involucradas en la seguridad de los ciudadanos. Debe dejar de ser una centralita telefónica y convertirse en el instrumento base para definir, orientar, medir y evaluar la seguridad de los bogotanos.

* Investigador independiente.

Por Jerónimo Castillo / Investigador independiente

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