Lupa a refrigerios en colegios de Bogotá: denuncian alimentos en mal estado y vencidos

El Concejo Distrital instó a la Secretaría de Educación a revisar los contratos que tiene con algunas empresas encargadas de entregar los alimentos, teniendo en cuenta irregularidades relacionadas con la calidad.

Redacción Bogotá
13 de marzo de 2017 - 07:32 p. m.
Lupa a refrigerios en colegios de Bogotá: denuncian alimentos en mal estado y vencidos

Los alimentos que reciben los estudiantes de colegios públicos en Bogotá nuevamente están bajo la lupa de las autoridades, esta vez del Concejo de la ciudad, que este lunes desarrolló un debate de control político en el que, entre otras, se denunciaron irregularidades relacionadas con la calidad de los refrigerios, la contratación de las empresas responsables de la distribución e, incluso, enfermedades derivadas de los alimentos escolares.

Uno de los hechos más alarmantes tiene que ver con alimentos en mal estado o vencidos, que estaría distribuyendo uno de los operadores que se hizo a la licitación para la entrega de refrigerios en el sur de la capital. Según la denuncia de los padres de familia, el hecho se registra en los colegios ‘Entre Nubes Sur Oriental sede A’ y ‘Entre Nubes Sur Oriental sede C Canadá Güira’.

La empresa implicada es Proalimentos Liber S.A.S., que –de acuerdo con la denuncia, recogida por el concejal Julio Cesar Acosta (Cambio Radical)– estaría ofreciendo alimentos vencidos, con empaques abiertos y hasta frutas magulladas. Según los padres de familia, no es una situación aislada, sino que se estaría presentando desde hace varios meses. Para probar las supuestas irregularidades, la comunidad educativa entregó muestras de los refrigerios que, en algunos casos, figuran con la fecha de consumo vencida.

“Al parecer, esto no es un hecho aislado, sino que podría estar ocurriendo en distintas localidades de Bogotá y es importante que quienes están y estarán suministrando los refrigerios para los estudiantes de los colegios distritales lo hagan con altos estándares de calidad y cuidado (…) El miércoles de la semana pasada, y según acta de adjudicación de la nueva licitación de suministro de refrigerios escolares, la empresa Proalimentos Liber S.A.S. resulto ganadora de la misma”, sostuvo Acosta.

Frente a estos hechos, Jairo Humberto Becerra, presidente de Proalimentos Liber, desmintió que se estén entregando alimentos en mal estado y calificó como ‘infundados’ los señalamientos, explicando que los refrigerios cumplen con las normas de seguridad requeridas.

“Tenemos más de 10 años manejando refrigerios en Bogotá. El día de la denuncia se repartieron 63 mil refrigerios. Cualquiera puede tomar una foto de una fruta en mal estado para desprestigiar la buena calidad de nuestros alimentos”, dijo Becerra a Blu Radio.

Por su parte, la concejal Nelly Patricia Mosquera (Partido de la U), advirtió que, en los últimos cuatro años, 9.877 estudiantes de colegios distritales estuvieron expuestos a enfermedades transmitidas por alimentos escolares. De ese número, sostiene, 576 niños presentaron algún tipo de enfermedad como consecuencia del consumo de refrigerios, desayunos o almuerzos.

La cabildante agregó como hecho alarmante que 60 instituciones de la ciudad reportaron que durante 2016 más de 11 mil estudiantes no recibieron algún tipo de complemento alimentario, “cifra preocupante que evidencia que no se estarían cumpliendo las metas definidas en el Plan de Desarrollo de la actual administración”.

Las localidades más afectadas por estos hechos serían Usme (11 colegios); Bosa (ocho); Ciudad Bolívar, Kennedy y Suba (con siete instituciones cada una); San Cristóbal (seis) y Engativá (cuatro colegios). “¿Quién ejerce seguimiento y control? Esta pregunta no sólo surge por los testimonios de estudiantes que afirman no recibir todos los componentes que deberían tener las raciones alimentarias, sino porque han existido eventos de enfermedades transmitidas por alimentos escolares”, reclamó Mosquera.

A su turno, el concejal Antonio Sanguino (Alianza Verde) llamó la atención por la mala calidad que presentan algunos refrigerios escolares que ofrece el Distrito, lo que ha provocado –según denuncia– desbalances nutricionales que atentan contra la salud de los estudiantes y que ocasionan desórdenes alimenticios que van desde retraso en el crecimiento y bajo peso, hasta obesidad y sobrepeso.

De acuerdo con Sanguino, existe una prevalencia en bajo peso y talla del total de niños que estudian en colegios distritales de 8,7%. Al igual, que existe un retraso en el crecimiento de las niñas con el 8,49%. En este mismo sentido, alerta, el sobrepeso y la obesidad están en el 15,7% y 5,7% de los niños respectivamente.

“Esto es lo que se denomina la ‘doble carga’, que incide en el desempeño escolar de los menores, por lo que es necesario cumplir con los parámetros nutricionales adecuados para cada nivel etario de la población escolar que toman a diario los refrigerios escolares por parte de la Administración Distrital. Si tenemos en cuenta que los refrigerios significan del 20 al 30% del componente nutricional que reciben nuestros niños y jóvenes que estudian en el sistema público de educación”, declaró el cabildante.

El concejal también criticó el nuevo sistema de contratación del Distrito para elegir a los encargados de ofrecer la alimentación escolar. Sanguino recordó que la Administración Distrital tomó la decisión de licitar la alimentación de los estudiantes por medio de dos procesos: el primero contrata a los encargados de producirlos, y el segundo, que escoge a quienes los almacenarán y distribuirán en los colegios, es decir la logística.

“Esta división del proceso de producción y logística, sin duda alguna, va a generar muchos problemas en la cadena de acopio y distribución, viéndose involucrado, sobre todo, la inocuidad de los alimentos. Se aumentan los puntos críticos de riesgo en la cadena de manejo de producción, distribución y transporte de alimentos, lo que podría generar mayor riesgo en la calidad de los refrigerios escolares”, agregó Sanguino, advirtiendo que se está priorizando el precio y los aspectos administrativos, por encima de la calidad de los alimentos.

La respuesta de la Secretaría de Educación

Ante las denuncias formuladas contra los operadores del Programa de Alimentación Escolar (PAE) de Bogotá, la Secretaría de Educación emitió un comunicado de prensa en el que sostiene que, para garantizar la calidad de los alimentos, en 2016 contrató a la Universidad Nacional para realizar la interventoría al programa, en cuya labor trabajan diariamente 277 personas –entre ellos, el 65% son nutricionistas, ingenieros de alimentos, y químicos de alimentos– para verificar las condiciones de calidad e inocuidad de los alimentos.

“Dicha interventoría hace seguimiento diariamente en todas las plantas de los operadores que actualmente están el programa, verificando las condiciones higiénico sanitarias de las plantas, el proceso de ensamble, las rutas de transporte y la calidad de los productos. Adicionalmente, verifican aleatoriamente en las instituciones educativas”, explicó la Administración Distrital.

En relación con las quejas contra la empresa Proalimentos Liber, uno de los 14 operadores actuales del PAE, la Secretaría de Educación –con base en resultados de la interventoría de la U. Nacional– informó que, dentro de su oferta alimentaria, ofreció pernil de cerdo en los colegios que tiene a su cargo; sin embargo, “dicho alimento no tuvo ninguna novedad reportada”.

“En el evento de que se encontrará alguna situación en particular sobre alguno de los 700 mil refrigerios que diariamente se entregan en la ciudad, se activan inmediatamente los mecanismos de control, y los refrigerios no son entregados a los niños de las instituciones educativas”, precisó el Distrito.

La Secretaría de Educación explicó que, para evitar irregularidades con los alimentos, la interventoría toma muestras microbiológicas aleatorias en las plantas de ensamble de manera mensual, lo que permite establecer si existe alguna contaminación. Y, a su turno, la Secretaría de Salud– en su función de vigilancia sanitaria– realiza visitas en las plantas de ensamble y colegios para determinar la inocuidad de los alimentos.

“De otra parte, el rector como responsable de la coordinación del PAE en la institución educativa, con el apoyo de los colaboradores al interior de la misma, verifican las condiciones en que llegan los refrigerios, y si denotan alguna situación en particular proceden inmediatamente a reportarla a la interventoría para la adopción de las medidas respectivas”, puntualiza la Secretaría.

La entidad indicó además que las motivaciones del nuevo esquema de contratación son “garantizar una mayor pluralidad de oferentes, favorecer las economías de escala, propiciar la especialización del trabajo y lograr una mayor eficiencia administrativa en el proceso de refrigerios escolares”.

Por Redacción Bogotá

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