Modernizar la movilidad de Bogotá: gran apuesta con mucha resistencia

El secretario del sector, Juan Pablo Bocarejo, lidera un equipo que controla el movimiento diario de 2,5 millones de vehículos. Enfocó su gestión en la movilidad inteligente y la reducción de accidentes, pero considera que los proyectos no han tenido el suficiente acogimiento.

Felipe García Altamar - fgarcia@elespectador.com - @FelipeAltamar
26 de mayo de 2019 - 02:00 a. m.
Juan Pablo Bocarejo es ingeniero civil de la Universidad de los Andes y doctor en transporte de la Universidad de París. / Mauricio Alvarado - El Espectador
Juan Pablo Bocarejo es ingeniero civil de la Universidad de los Andes y doctor en transporte de la Universidad de París. / Mauricio Alvarado - El Espectador

Todos los días, unos ocho millones de capitalinos buscan cómo moverse en una ciudad que tiene atrasos en vías, herramientas obsoletas para controlar la movilidad y una cultura ciudadana extinta. Ese ha sido el reto más importante de este sector, que durante tres años y medio ha enfocado su trabajo en modernizar la gestión del tráfico y en reducir los accidentes en las vías. No obstante, la mayoría de sus proyectos han contado con una fuerte oposición y una vigilancia rigurosa de los entes de control, por lo que se han enredado en más de una ocasión. A siete meses del cambio de administración, la entidad hace un balance positivo y considera que deja una movilidad más segura y eficiente para Bogotá, contrario a lo que piensen algunos.

Antes de generar las estrategias con las que pretenden cambiar la circulación en Bogotá, la Secretaría de Movilidad (SDM) propuso fortalecerse, por lo que llevó a cabo una reestructuración. La cantidad de empleados pasó de 292 a 530. Con esto, la entidad creó dependencias claves para sus proyectos, como la Gerencia de la Bici, para promover el uso de este medio de transporte; la subdirección de semáforos, una de las obsesiones de esta administración, y una oficina social, para acercar más a la ciudadanía con sus iniciativas.

Sin embargo, una de las oficinas nuevas que marcó el trabajo de la SDM fue la dirección de inteligencia de la movilidad, que se puede considerar la columna vertebral de la gestión de esta cartera distrital. “Soy profesor y siento que lo que enseñamos está cambiando radicalmente. Como se hacían las cosas hace cinco años ya no se hacen, porque hay muchos datos y herramientas con las que se pueden tomar mejores decisiones. A través de videos ahora se pueden hacer muchas cosas y una de ellas, en la que somos líderes, es el conteo con cámaras automáticas”, explica el secretario de Movilidad, Juan Pablo Bocarejo.

Movilidad inteligente, con resistencia

Renovar la red de semáforos, modernizar el sistema de taxis o el servicio de patios y grúas, recibir el boom mundial de la micromovilidad y crear un sistema de estacionamiento inteligente son algunos de los proyectos con los que la SDM pretende poner a la movilidad de Bogotá en el siglo XXI. Hoy, su proyecto más novedoso consiste en la instalación de lo que denominan “cámaras salvavidas”, sistema que se estaba desarrollando en varias ciudades y carreteras nacionales, pero que el Ministerio de Transporte reguló al encontrar que varios municipios estaban abusando de esta estrategia, usando cámaras escondidas para imponer multas masivas.

En este momento Bogotá cuenta con un sistema en el que un grupo de policías revisan los videos de las cámaras, que no son de detección automática. Cuando ven algo irregular, detienen la cinta y pasan los datos a otros compañeros que, con la evidencia, imponen el comparendo. A partir del segundo semestre será algo diferente: un sistema de cámaras detectará automáticamente malos comportamientos en las vías, con lo que no solo se liberarán policías para el patrullaje, sino que se espera impactar en el comportamiento de los conductores.

Alejandro Forero es el jefe de la Oficina de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones de la SDM y anuncia que en julio comenzará la instalación de los primeros 40 puntos de cámaras automáticas. “En cada uno se espera detectar velocidad, cruces de semáforo en rojo, invasión de carril preferencial, bloqueo de vías o mal parqueo. La cámara, automáticamente, saca todas las evidencias”. Agrega que, como la idea no es que las personas se comporten bien solo donde hay cámaras, la estrategia es tener puntos donde se puedan rotar las cámaras, para tener un espacio de control más amplio.

Este proyecto no ha generado tanta resistencia entre la ciudadanía. Sin embargo, las demás apuestas para modernizar la movilidad sí la han tenido, lo que ha dificultado su implementación. Por ejemplo, cambiar los semáforos por un sistema actual, que se pueda controlar desde una sola central, ha sido el proyecto que más dolores de cabeza le ha generado a la entidad, debido a las denuncias que reposan en la Fiscalía sobre presuntas falsedades del operador, que se quedó con el contrato por $173.000 millones.

Bocarejo explica que lo que define la velocidad y la eficiencia de los corredores de una ciudad es cómo interactúan los actores en las intersecciones. Por eso considera que la entidad necesita información en tiempo real, con imágenes procesadas al instante, para que el semáforo sepa cuánto tiempo debe quedar en verde. “Por eso necesitábamos una red sólida de fibra óptica, como la que provee la ETB. Ahora tenemos que esperar a que haya un fallo, porque tengo un contrato firmado y hasta que se demuestre lo contrario, tenemos que avanzar”, señala.

El estacionamiento en vía, un sistema que busca instalar parquímetros para gestionar 14.000 cupos de estacionamiento en cuatro zonas de la ciudad, tuvo cierta resistencia, pero finalmente contó con el apoyo del Concejo y ya está listo para ejecutarse. En este momento la Secretaría está licitando la tecnología y operación de esos cupos, pues la idea es que se pueda reservar y pagar el sitio de parqueo en el celular o en un parquímetro. En una semana se publicarán los pliegos, para adjudicar el contrato en agosto. “Ojalá podamos tener pilotos antes de terminar el año, pero lo esencial se desarrollará en 2020”, aclara el secretario.

Otro proyecto, que no esperaba lidiar la entidad, es la llegada de la denominada micromovilidad (patinetas y bicicletas compartidas). El hecho de tener estos vehículos eléctricos en gran parte del espacio público del nororiente de la ciudad llevó a la entidad a regular este nuevo modelo. Sin embargo, tras reuniones con las empresas que ofrecen el servicio, tuvieron que dividir ambos medios de transporte. Ahora la idea es regular las patinetas y luego diseñar una licitación para que una empresa opere el sistema de bicicletas públicas, que el Distrito tuvo que frenar tras dos tropiezos (un contrato liquidado y un interesado que no pasó la etapa de factibilidad).

Respecto a las patinetas, el gerente de la Bici, David Uniman, argumenta que las empresas deben pagarle a la ciudad por utilizar el espacio público para su negocio. “Lo ilegal es el aprovechamiento económico del espacio para la gente. Estamos creando un marco que les permita a las empresas remunerar al Distrito por estar allí, pero que cumplan con temas de seguridad vial, movilidad y accesibilidad. Vamos avanzando”. Tan es así que Bocarejo adelanta que esta semana firmará el protocolo, en el que quedan claras las faltas graves, el monto de la retribución y, la regla principal, que las patinetas no puedan tocar el andén, ni para moverse ni para parquear.

Por último, aparece el gran revés de la SDM en cuanto a movilidad inteligente: la modernización del sistema de taxis. Este proyecto, ideado en 2017, fue suspendido por el Consejo de Estado cuando solo faltaban días para que entrara en operación. ¿El argumento? La regulación que expidió el Distrito se soportó en una resolución del Ministerio de Transporte, la cual tenía errores de forma. Por eso, el proceso está en el limbo, a tal punto que si el documento del Mintransporte no se firma en las próximas semanas, la modernización se cae.

“Para mí es una de las grandes frustraciones. Tengo la esperanza de que podamos implementar el taxi inteligente, pero ha sido un desgaste fuerte para la ciudad y el gremio. Llevamos pidiéndole al Ministerio que nos ayude con celeridad, porque hemos estado esperando esa reglamentación, que para nosotros es muy importante. Si no se saca en menos de un mes, ya no podemos implementar el modelo”, argumenta Bocarejo sobre el sistema, que busca que los taxis estén localizados siempre y que el usuario sepa de forma anticipada la tarifa del servicio.

Visión Cero, la joya de la corona

Bajo el precepto de que la movilidad no vale nada si hay víctimas en las vías y que todos los accidentes de tránsito son evitables, en 2017 la SDM gestó la política Visión Cero, con apoyo de Bloomberg Philanthropies. En el marco de esta política se han realizado trabajos como instalar nuevos semáforos y reductores de velocidad, desarrollar estrategias de cultura ciudadana y bajar la velocidad de algunos corredores principales a 50 km/h.

“Dejamos una ciudad más segura en términos de lo que pasa en la calle. Nuestro indicador es que tenemos una reducción anual de las fatalidades. Este año hay una reducción de 90 muertes en comparación con las cifras de hace cinco años. Es muy satisfactorio el tema de peatones, los más vulnerables, pues hay una reducción del 25 % en sus muertes”, sostiene el secretario de Movilidad, quien también destaca avances importantes con los motociclistas, otros actores viales frágiles. Al respecto, luego de tener en 2016 el peor año en términos de fatalidades para motociclistas, la SDM decidió casi que arrancar de cero para construir un plan de seguridad vial para ellos. Hoy, según cifras de la entidad, hay una reducción del 67 % en la siniestralidad.

Las investigaciones de Visión Cero y las experiencias internacionales demostraron que lo principal para reducir las muertes en las vías es bajar la velocidad. Por eso se decretó disminuir la velocidad a 50 km/h en siete corredores (Av. Boyacá, Av. Ciudad de Cali, Av. de las Américas, Av. 68, Cll. 80, NQS y Av. Primero de Mayo), una medida muy criticada en su momento, pero, según la SDM, efectiva.

De acuerdo con Claudia Díaz, jefe de la Oficina de Seguridad Vial, “en los cinco primeros corredores que se implementaron tenemos un registro de reducción del 40 % de víctimas fatales. Teníamos un promedio de 12 personas que morían al mes. En los dos nuevos corredores hubo reducción inmediata del 70 %. Más o menos, el 60 % de vidas salvadas han sido de motociclistas y un 30 % de peatones”.

Según los estudios que ha realizado el sector movilidad sobre la eficiencia de esta medida, la reducción solo aumenta uno o dos minutos los viajes en tramos largos. “Eso no vale el riesgo que se está tomando al ir a 80 km/h. Los países desarrollados lograron generar un cambio de opinión frente a lo que es importante, así que es cuestión de cultura”, dice Bocarejo.

Nueva cara al transporte masivo

A esta administración le tocó cumplir una tarea que era inevitable: renegociar los contratos con los siete operadores del SITP, pues debido a la mala planeación e implementación del sistema, las empresas solo estaban arrojando pérdidas. Con el liderazgo de Transmilenio (TM) se logró dicha renegociación, que se haría oficial esta semana. La tarea pasa no solo por firmar el otrosí modificatorio, sino por abrir la licitación para las tres zonas donde no se pudo implementar el SITP, tras la liquidación de los operadores Coobús y Egobús.

Según Bocarejo, este año se abrirá la licitación para tener SITP en las zonas de Perdomo, Suba Centro y Fontibón, pero reconoce que el SITP provisional seguirá funcionando por un tiempo. “La salida del provisional se demora, por lo menos uno o dos años más. La idea es que la licitación los vaya sacando de a poco. TM trabajó en un proyecto que no solo va a cambiar rutas, sino que va a repensar cómo funcionará el sistema, con la idea de que TM sea más un servicio tipo metro y no tan fragmentado”.

Sobre la fuerte controversia que generó la renovación de la flota más antigua de TM, la SDM asegura que fue un gran trabajo de gestión, que permitió la llegada por primera vez de buses de gas. Por eso, anticipa que en las próximas licitaciones seguramente tendrán espacio los eléctricos, como esperan que se dé en la troncal de la carrera séptima, si finalmente se construye.

Sobre este tema, que es uno de los más sensibles para el Distrito, Bocarejo se va lanza en ristre contra el juez que suspendió la licitación y reconoce que hay preocupación por el contenido del fallo, por lo que buscarán mecanismos para retomar el proyecto. “El fallo es muy pobre técnicamente y el sesgo con el que toma decisiones es, básicamente, un sabotaje. Nos piden parar todo el proyecto, cuando la pelea se concentra en algo que está fuera del corredor”.

Para Movilidad es vital intervenir la séptima con una troncal de TM por tres temas. Primero, porque, dicen, no se está planteando nada viable para ese corredor. Segundo, porque la vía ha llegado a tener velocidades de 11 km/h. Y tercero, porque va a seguir creciendo el parque automotor y mucha más gente vivirá cerca de la séptima.

La SDM lleva a cabo otras tareas como gestionar el transporte de carga, para tener en septiembre una regulación de circulación de camiones en zonas especiales; seguir incentivando el uso de la bicicleta, pues considera un tema de orgullo el poder ser en algún momento el referente mundial de este medio de transporte, o tratar de frenar el transporte ilegal, a través de bicitaxis, mototaxis y vans.

Creen que en 2020, cuando ya no estén al mando, no solo habrá hecho bien la tarea, sino que habrá transformado la forma en que se mueve Bogotá. “Tenemos los elementos para ser líderes en Latinoamérica y hay una fortaleza técnica que se ha venido consolidando”, remata el secretario.

Por Felipe García Altamar - fgarcia@elespectador.com - @FelipeAltamar

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