Ni la Policía se escapa de la crisis carcelaria

La Policía de Bogotá se queja por el hacinamiento en las estaciones de la ciudad. La Personería Distrital no solo confirma sus denuncias, también asegura que la misma situación se repite en las URI. Mientras tanto, las celdas se siguen llenando.

Redacción Bogotá.
09 de mayo de 2017 - 09:47 p. m.
 En una misma celda permanecen detenidos transitorios, sindicados y condenados. / Personería de Bogotá
En una misma celda permanecen detenidos transitorios, sindicados y condenados. / Personería de Bogotá

La situación en los centros de detención sigue siendo inhumana. Desde las cárceles, pasando por las unidades de reacción inmediata (URI), hasta llegar a las estaciones de Policía, el panorama es aterrador. Así lo evidenció la Personería de Bogotá tras atender el llamado de auxilio de un oficial de la Policía que pidió, en una misiva de siete puntos, que se tomaran acciones para atender las precarias condiciones en las que permanecen, en una sola masa, personas detenidas, indiciadas y condenadas. (LEA: En las cárceles de Bogotá "hay que pagar por todo")

Y es que más de 160 personas, que deberían estar en la cárcel, permanecen recluidas en estaciones de Policía, que no están adecuadas para recibir esa cantidad de detenidos. En muchas de ellas, las condiciones higiénicas son deplorables. No hay baños ni alimentos. En las salas, adecuadas para una detención transitoria, duermen hombres y mujeres en un mismo espacio. En el mejor de los casos cuentan con un planchón de cemento o colchonetas “en lamentables condiciones”.

Hay estaciones que se están despedazando, que tienen problemas en paredes y estructuras, así como en el cableado eléctrico. Y cuando no hay espacio allí, los dejan en los CAI. En uno de ellos encontraron a ocho personas —incluidas mujeres— que dormían en un espacio de tres metros cuadrados sin baño.

La estación de Policía que esta semana albergaba más detenidos era la de Barrios Unidos, con 48 personas. A pesar de que las cuatro celdas con las que cuenta fueron acondicionadas para albergar a dos personas, en algunas de ellas hay hasta 15 detenidos, quienes solo cuentan con un baño. Le siguen las de San Cristóbal (28), Rafael Uribe Uribe (24), Suba (20), Chapinero (16) y Fontibón (12).

Pero el panorama en las URI también es preocupante. El organismo de control alertó que en promedio hay 367 detenidos, mientras que su cupo máximo es de 220. La de Puente Aranda encabeza el listado con 179 personas, seguida por Kennedy con 89, Ciudad Bolívar con 32, Engativá con 60 y, finalmente, Usaquén, en donde hay siete.

“Hemos detectado un hacinamiento que asciende a 520 personas que están privadas de la libertad. El 30 % ya ha recibido condena y por mandato legal deben estar en centro penitenciario”, dijo la personera Carmen Teresa Castañeda.

El ente disciplinario aseguró que la situación se deriva de la denominada Operación Reglamento, que realizan funcionarios del Inpec, quienes no están recibiendo personas detenidas en las cárceles de Bogotá. Esta situación copa la capacidad de las URI y, por ello, los miembros de la Policía no tienen más opción que llevarlas a las estaciones. “La demora en ser recibidos por el Inpec supera en muchas ocasiones los dos meses”.

A las condiciones de hacinamiento se suman otros factores que agravan las condiciones de los detenidos. De acuerdo con la misiva enviada por el comandante de Policía, su estación no cuenta con la logística para entregar la alimentación y tampoco con la prestación de servicios médicos, como lo evidenció la Personería cuando encontró a una persona insulinodependiente y a un paciente psiquiátrico sin ninguna atención. También pidieron apoyo con vehículos y personal del Inpec para el traslado de los detenidos para que puedan cumplir con las audiencias judiciales y las citas médicas.

El alto oficial pidió que “se habiliten los cupos necesarios para el traslado de la población carcelaria que se encuentra en la estación, dando prioridad a las personas que, por su condena o nivel de peligrosidad, puedan generar fugas o que, por su condición jurídica, orientación sexual, médica u otra, aumenten el riesgo de que sean agredidos”.

El Inpec informó que no se pronunciará sobre este tema hasta que se llegue a un acuerdo con los sindicatos que entraron en cese de actividades. Se tiene previsto que, cuando las conversaciones lleguen a buen puerto, las estaciones y las URI sentirán un leve alivio frente a estas crisis. Mientras tanto, las celdas de las estaciones y de las URI se siguen llenando, en detrimento de los derechos de los detenidos .

No obstante, el panorama que les espera a muchos de ellos en centros carcelarios de Bogotá no es el más alentador. Según el Inpec, el índice de hacinamiento en La Picota es del 47,7 %; en la Modelo, del 57,2 %, y en El Buen Pastor, del 39,8 %. La solución definitiva a esta crisis aún está en veremos.

Por Redacción Bogotá.

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