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Nómina del Acueducto de Bogotá aumentará desde diciembre

Mientras el alcalde electo habla de burocracia, directivos y sindicatos pondrán en marcha lo acordado por convención colectiva.

Redacción Bogotá
05 de noviembre de 2015 - 03:54 a. m.

Cuando Enrique Peñalosa asuma como alcalde el próximo 1° de enero se encontrará en la Empresa de Acueducto de Bogotá (EAAB) con un panorama que no le gusta: un proceso para que la nómina pase de casi 2.000 empleados a 3.600. Lo acordaron la actual administración y los sindicatos, con la condición de que sea una transición de cinco años, que comenzará en diciembre, es decir, en menos de un mes.

El alcalde electo, desde que estaba en campaña, ha criticado la que considera burocratización de la EAAB. Y a sus dudas se le sumó el panorama enrarecido en torno al momento en que directivos de la empresa y representantes de los trabajadores llegaron al acuerdo: la noche del 24 de octubre, el día antes de las elecciones regionales. Con un ingrediente adicional: Nelson Castro, directivo de uno de los dos sindicatos, se había convertido en candidato al Concejo tras pedir una licencia. Al día siguiente salió electo con 9.930 votos por el Polo Democrático.

Los 1.600 trabajadores que ingresarán a la planta de la EAAB serán quienes desempeñarán las gestiones comerciales (lectura de medidores, facturación y recaudo) y operativa (atención de daños a tuberías, acometidas, etc.). Ambas funciones las hacían hasta 2012 dos empresas privadas, y en 2013 comenzó el proceso conocido como “la retoma”. Es decir, que fuera la propia EAAB, con personal contratado por la compañía, la que asumiera ambas operaciones. Sin embargo, lo hizo contratando a esos empleados a término fijo, por lo que debía renovar sus contratos periódicamente. El cambio que se viene significa su ingreso a la planta, con lo que la nómina crecerá.

Los cambios no son decisiones de última hora. Su origen se remonta, al menos, al segundo semestre de 2011, cuando Gustavo Petro no había asumido en la Alcaldía y Clara López era la alcaldesa designada por el Gobierno Nacional ante la suspensión de Samuel Moreno. El 27 de diciembre de ese año, la EAAB y el sindicato Sintraemsdes firmaron una convención colectiva en la que acordaron, entre otros puntos, evaluar el modelo bajo el cual se ejercían las gestiones comercial y operativa. Los privados venían ejerciendo esas funciones desde 2002 (Alcaldía de Antanas Mockus), por períodos de cinco años.

La EAAB se comprometió y contrató a la Universidad Nacional para que evaluara la posibilidad de que la empresa retomara esas funciones, y así la prestación del servicio (como se pretendió en el caso de las basuras) la asumiera toda el Distrito. En 2013, ya con Petro como alcalde, la Nacional concluyó que sí era viable y acompañó a la empresa en la implementación de la retoma.

La inclusión de los 1.600 trabajadores en la nómina es la ratificación de una solicitud que los sindicatos han hecho todo este tiempo. El 1° de diciembre ellos ingresarán a un período de transición de cinco años, durante el cual deberán presentarse a un concurso de méritos para pasar de contrato a término fijo a contrato a término indefinido. Quienes pasen el concurso quedarán enganchados con todos los derechos sindicales.

Al preguntarle por las críticas que ha hecho Peñalosa sobre la burocratización de la EAAB, el presidente de Sintraemsdes, Martín Quijano, respondió que el alcalde electo “tiene que entender y comparar las cifras de la organización sindical, porque se trata de un personal necesario”. Además, argumenta que al asumir directamente las gestiones comercial y operativa, la EAAB disminuirá costos.

El sindicato maneja cifras como estas: en 2014, los costos de esas dos áreas sumaron $105.579 millones, mientras que con los gestores privados hubiera sido de $109.203 millones. Las directivas de la empresa, por su parte, tienen a la mano evaluaciones externas a la labor que desempeñaron los privados por 10 años, que concluyen que aunque en ese tiempo mejoraron los indicadores, “los índices de remuneración resultaron superiores a los proyectados”.

El reto que tienen trabajadores y directivos es demostrar que la empresa puede ser eficaz al asumir esas funciones e incorporar tanto personal a la planta. Germán Corredor, exgerente de la EAAB y profesor de la Nacional que acompañó a la EAAB en la retoma, advirtió en 2013: “Hay que pensar en implementar mecanismos para que lo que hace la empresa cumpla con las metas y objetivos que ahora son propios. Se necesita desarrollar una evaluación del desempeño de los trabajadores. Queremos una cosa pública sostenible, y si tomamos la gestión pública para atender el reclamo de un usuario en 15 días, por ejemplo, en dos o tres años, cuando cambie la administración, simplemente se revierte el proceso”.

Es lo que les inquieta a los sindicalistas ante la llegada de Peñalosa. El objetivo del alcalde electo es que el Acueducto genere más utilidades para invertir, por ejemplo, en descontaminación de ríos y quebradas; y para ello considera necesaria “una empresa que tenga menores costos”. Por eso ha hablado de reestructuración, aunque no ha precisado cómo. Esta semana, que comienza el empalme, puede aclarar sus pretensiones.

Por Redacción Bogotá

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