Piden justicia por crimen de jóvenes en Usaquén

Germán Montaña, padre de uno de los tres jóvenes desaparecidos y posteriormente asesinados en 2017, cuestionó el preacuerdo con uno de los procesados, quien pagará cuatro años de prisión. Se espera audiencia de acusación contra otros tres sospechosos.

Alexánder Marín Correa - jamarin@elespectador.com
04 de octubre de 2019 - 03:00 a. m.
 Los parientes de los jóvenes desaparecidos y posteriormente asesinados en Usaquén piden un castigo ejemplar contra los responsables.     / El Espectador
Los parientes de los jóvenes desaparecidos y posteriormente asesinados en Usaquén piden un castigo ejemplar contra los responsables. / El Espectador

A Germán Montaña aún se le siente el dolor y la impotencia en la voz. Él es el padre de Brayan Montaña Pulido, de 17 años, quien desapareció junto a Mauricio Castillo (de 16) y Juan Esteban Moreno (de 14), en Usaquén, el 27 de febrero de 2017. A los tres los hallaron sin vida en mayo pasado (27 meses después), en inmediaciones del barrio San Cristóbal Norte, cerca de la misma zona donde fueron vistos por última vez.

Pese a que por este triple crimen las autoridades capturaron a cuatro sospechosos, que identificaron como Héctor Duarte Rodríguez, Brayan Alexánder Martínez, Sandra Liliana Cajicá y José Andrés Ceballos, y esperan atrapar a tres más (contra los que ya existe órdenes de captura), el sentimiento de Montaña no es más que el reflejo del miedo de que la muerte de su hijo y la de sus amigos quede en la impunidad.

La desaparición

Brayan Andrés Montaña Pulido, de 17 años; Mauricio Castillo, de 16, y Juan Esteban Moreno Pachón, de 14, trabajaban como domiciliarios frente a un supermercado del barrio San Cristóbal Norte, en Usaquén. La última vez que los vieron fue a las 6:45 de la tarde, de 22 de febrero de 2017, a bordo de una camioneta Land Cruiser Vinotinto, por la calle 163.

En el video de una cámara de seguridad se ve cómo uno de ellos iba al volante, otro de copiloto y el último, colgado de una de las puertas. Luego fue como si se los hubiera tragado la tierra. Semanas después encontraron el vehículo en la calle octava sur con carrera 29 (barrio Santa Isabel, en el sur de Bogotá). Estaba sin radio ni parlantes, con el sistema de gas desconectado, sin el sistema de rastreo satelital y las placas cambiadas.

Casi desde que se reportó la desaparición, surgieron rumores alrededor de la muerte de los jóvenes. Incluso, en agosto de 2017, personal de la Fiscalía y el Ejército llegaron hasta una zona boscosa, en inmediaciones de la calle 153 con carrera séptima. Un informante había señalado que en esa zona estaban los cuerpos. En esa oportunidad, la búsqueda fue infructuosa.

La búsqueda continuó y en los últimos dos años, siguieron reportando posibles puntos donde habían dejado los cuerpos, todos en los Cerros, en inmediaciones de Usaquén. En este tiempo se realizaron 13 inspecciones a diferentes sitios hasta que finalmente los encontraron en mayo pasado.

“Lo que sabemos fue que los interceptaron, los llevaron hasta esa zona, les pegaron a cada uno dos tiros y dejaron sus cuerpos ahí tirados. A ellos nunca los enterraron. Quizá los criminales los mataron, para evitar que los identificaron. Por ahora, la única hipótesis es que a ellos los mataron por robarse el carro. No sabemos más”, dice Montaña, padre de Brayan.

A pesar de que han circulados otras teorías como una venganza entre grupos delincuenciales que dominan el negocio del narcotráfico en el sector conocido como El Codito y hasta un posible robo de droga, para la familia ambas están descartadas.

Incertidumbre

Tanto Germán Montaña como los familiares de los otros jóvenes sienten incertidumbre. Aún no tienen claro los delitos por los cuales llevarán a juicio a los tres sospechosos, contra los que está pendiente la audiencia de acusación que estaba prevista para este miércoles, pero que aplazaron por el paro judicial. Si bien, en la imputación los señalaron de ser supuestos cómplices de desaparición forzada, hurto calificado y tráfico de armas, no se sabe si el ente acusador mantendrá los mismos cargos.

La duda no es gratuita. Ellos tienen como ejemplo el rumbo que tomó el caso del cuarto detenido, José Andrés Ceballos, conocido como alias El Carpintero. Este sujeto aceptó cargos, reconoció que compró la camioneta en la que se fueron vistos por última vez los menores de edad (a pesar de estar reportada como robada), pero que nada tuvo que ver con la muerte de los muchachos.

Gracias a esta confesión, Ceballos hizo un preacuerdo con el ente acusador y recibió una condena de cuatro años de prisión por receptación y falsedad marcaria. Para Montaña, esta es una sentencia injusta, pues no entiende por qué la justicia no ahondó en la participación de este sujeto en el crimen.

“Buscamos a nuestros hijos por más de dos años. El caso lo conoció el país y se ofrecieron recompensas. Y ese señor no dijo nada. Solo lo hizo ahora y termina pagando una condena mínima, luego de decir que él compró el carro, pero que nunca supo de los menores desaparecidos. Él se lavó las manos ¿Por qué en 27 meses que estuvieron desaparecidos no dio una pista? Ahora lo premian con una rebaja de pena”, señala el padre de Brayan.

Sin información

Por ahora, tanto los familiares de los jóvenes como sus abogados, están a la espera de la audiencia para conocer más detalles de la investigación. “Aunque está pendiente la audiencia de acusación, no tenemos claro el desarrollo del proceso, pues la Fiscalía no nos ha permitido conocer su avance. Solo hasta la audiencia podremos conocer los pormenores. A partir de ahí tendremos elementos para analizar el caso y saber en qué estamos de acuerdo y en qué no”, indicó la abogada Alexandra Pérez, de la fundación Nidia Érica Bautista, que representa a las víctimas.

Y agrega: “Sabemos que la investigación ha tenido variables, ha estado en varias fiscalías y que se han presentado algunos errores. Mire todo el tiempo qué pasó antes de encontrar los cuerpos o lo que se demoraron en hacer las primeras capturas. Aún faltan tres personas por detener. Pero las víctimas no saben nada más. Esperamos que esta incertidumbre acaba con la audiencia”.

En medio de su angustia, Germán Montaña solo atina a hacer un llamado para que no se presenten inconsistencias en el juicio que viene. “Queremos que se haga justicia y que las autoridades sepan que no queremos impunidad. No queremos que lo que pasó con Ceballos, pase con los otros”, concluyó Montaña.

Por Alexánder Marín Correa - jamarin@elespectador.com

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