Piénsalo.co, la página de consulta de drogas en Bogotá que divide opiniones

La plataforma, que se implementó hace tres semanas, es un abecé que busca prevenir el consumo de sustancias psicoactivas en jóvenes y adolescentes.

Manuela Valencia Gómez - @manuvalenciag (mvalencia@elespectador.com)
06 de abril de 2019 - 03:00 a. m.
Cristian Garavito / El alcohol, la cocaína, las bebidas energizantes y las nuevas drogas son las más consultadas por los jóvenes.
Cristian Garavito / El alcohol, la cocaína, las bebidas energizantes y las nuevas drogas son las más consultadas por los jóvenes.

¿Cuáles son los efectos del licor? ¿Qué es la cocaína? ¿Son dañinas las bebidas energizantes? ¿Cuáles son las nuevas drogas? Estas son algunas de las preguntas más frecuentes de los jóvenes cuando empieza la curiosidad por las sustancias psicoactivas.

>>>Lea: Distrito lanzó Piénsalo.co, la plataforma para averiguar todo sobre sustancias psicoactivas

Con la idea de prevenir el consumo de drogas en niños, adolescentes y jóvenes de Bogotá, el Distrito, por medio de la Secretaría de Salud, decidió pasar del discurso acartonado al uso de herramientas más cercanas a esta población para brindarles información.

De ahí surgió Piénsalo.co, una plataforma web que, con un lenguaje sin tapujos, proporciona datos sobre todos los tipos de sustancias existentes en el mercado legal e ilegal. También, datos de interés como los riesgos de su consumo, las verdades y mitos alrededor de las sustancias y guías para saber qué hacer en caso de una situación de emergencia.

Para reforzar la estrategia, la página también ofrece atención personalizada de manera anónima, por medio de un chat, con interacción en tiempo real, a cargo de un equipo de expertos en prevención. Así mismo, ofrece acompañamiento telefónico o presencial como ruta de atención.

Tal parece que la iniciativa ha sido bien recibida por su público objetivo, al menos, según el número de visitas. Según la Secretaría Distrital de Salud, en solo tres semanas 81.132 personas accedieron a la página y, en promedio, cada una consultó cinco sustancias por visita.

También se determinó que los usuarios permanecen aproximadamente tres minutos y que siete de cada diez visitantes son menores de 24 años; de estos, el 66 % son menores de edad, y el 54 % son mujeres y el 46 % hombres. El tipo de sustancia más consultada es el alcohol, categoría en la que hay información sobre aperitivos, chicha, cerveza, whisky, vodka, tequila, ron y vino, entre otros. Le siguen la cocaína —de la que se desglosan otras como bazuco, crack y cocaína pura—, las bebidas energizantes y nuevas sustancias como GHB, ketamina y 2CB (tusibi).

La estrategia está próxima a cumplir un mes y su efectividad ha sido celebrada por algunos y cuestionada por otros. Sus argumentos se basan en que la plataforma web informativa, como está planteada, no cumple con el rol de prevenir el consumo y, por el contrario, puede abrir puertas para despertar mayor curiosidad en los usuarios.

¿Qué tan cierto es? Aquí, algunas de las opiniones de usuarios que exploraron la página de esta estrategia.

Madre de familia

Mónica Caballero tiene una hija de 13 años, quien no ha consumido sustancias psicoactivas. “Es una página muy completa como fuente de información. La posibilidad de ponerse en contacto con expertos en tiempo real es una ayuda grandiosa. Pero creo que como herramienta de prevención, no es funcional. La manera de evitar el consumo no es solo a través de  documentarse sobre qué hacen las sustancias y menos en jóvenes. Debería estar acompañada de campañas que los sensibilicen”.

Adolescentes

Natalia, 15 años: “Me enteré de muchas repercusiones que tienen en la salud ciertas sustancias y me sentí familiarizada por su lenguaje coloquial. Aun así, no creo que evite el consumo, sino que hace que este sea más cuidadoso y regulado”.

Sofía, 16 años: “Me respondió dudas que me han surgido luego de que mis amigos me pintaran ciertas drogas como algo chévere. También me sentí sin pena de poder preguntar, porque es de forma anónima, pero para que yo decida no consumir me serviría, por ejemplo, ver testimonios para hacer el choque de la idea de una sustancia como algo bueno, contra la perspectiva real de sus efectos negativos”.

Consumidor

Alejandro consume marihuana diariamente hace tres años y cree que el lenguaje directo y sin tapujos logra mitigar el impacto de los tabús que existen alrededor del tema consumo de drogas en el país. “Puede cumplir con objetivo de prevención si se acata de manera temprana. Para alguien que consuma ya no es funcional, no solo por la posible dependencia generada, sino porque después de un tiempo el consumo de las sustancias se normaliza y se convierte en un hábito, a pesar de conocer sus efectos negativos”.

Expertos
Organizaciones que estudian el consumo de sustancias psicoactivas cuestionan la efectividad de la plataforma como proyecto de intervención integral en tema de drogas, en especial, por cómo presenta la información. Argumentan que la página mezcla el enfoque de prevención con el de reducción de riesgo y daño. “No es claro si se está recibiendo información por ser consumidor o por prevención. Para el trabajo con jóvenes no se requiere de una reducción de riesgo y daño, excepto para los que presentan consumos problemáticos”, expresan.  

Agregan que si bien la información está debidamente categorizada, se debe tener un filtro más cuidadoso para proporcionar ciertos datos a menores de edad, debido a que esto puede llegar a ser contraproducente y abrir una puerta más grande a la curiosidad. “Brindar información a niños y adolescentes, que no consumen, se debe hacer sobre demanda; es decir, que los menores lleguen a la información porque tienen una curiosidad puntual. No debe haber una oferta tan amplia, como si se tratara de un catálogo de muchas sustancias que ni siquiera han escuchado en su vida”.

Para mejorar el servicio, la psicóloga Juliana Blanco, de la Universidad Konrad Lorenz, propone que se incluyan historias de la vida por medio de videos o documentales, con el fin de generar una asociación directa, para que los jóvenes comprendan que el consumo no está alejado de su realidad y entorno. “Las historias de vida de las personas adictas o consumidoras deberían partir de variables como el comienzo de su consumo, para que se descubran cuáles son los factores de riesgo a los que se someten. Además, es clave que se muestren desde la óptica de diferentes clases sociales, porque todavía existe el estereotipo de que esto solo ocurre con personas de escaso nivel económico”, explica. 
Por último, destaca la importancia de que el abordaje al consumo de sustancias psicoactivas en jóvenes se siga manejando en el Distrito más como un tema de salud pública, que como un asunto criminal y prohibicionista.

Por Manuela Valencia Gómez - @manuvalenciag (mvalencia@elespectador.com)

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