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Policía de Bogotá, con vehículos fuera de servicio

La institución se quejó ante el Fondo de Vigilancia por demoras o problemas con los contratos para el mantenimiento. Casi 400 de los 2.800 automotores están fuera de servicio. El Fondo respondió que resolver estas quejas es una prioridad.

Redacción Bogotá
11 de marzo de 2016 - 12:14 a. m.
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El caos que encontró la actual administración en el Fondo de Seguridad y Vigilancia (FSV), parece que empieza a incidir en la seguridad de la ciudad y, específicamente, en la capacidad de reacción de la Policía. La ausencia de contratos para el mantenimiento de los vehículos y la demora en las autorizaciones para revisar o reparar los automotores de la institución se ha convertido en un dolor de cabeza para la Policía, que la actual administración está tratando de solucionar.

Actualmente, la Policía Metropolitana de Bogotá tiene casi 2.796 vehículos (2.245 motos y 551 carros) asignados por el Fondo de Vigilancia. De estos, según el reporte de los uniformados, hay al menos 400 automotores fuera de servicio, bien sea por esta en mantenimiento o por otras causas como accidentes, hurtos o reintegros. Más allá del problema que representa tener casi el 14% de la flota parada, minimizando los recursos para reaccionar ante cualquier evento de seguridad, se suma otro problema: muchos de los que están funcionando, al tener que hacer ahora recorridos más largos, no les alcanza la gasolina que les asignan para cada vehículo.

La queja

La situación parece tan compleja que el general Hoover Penilla, director de la Policía de Bogotá, hace dos semanas le envió a Sandra Borráez, nueva directora del Fondo de Vigilancia, un oficio en el que la pone al tanto de la situación y le expresa su preocupación. En ella señala que es imperiosa la necesidad de tener el equipo automotor en óptimas condiciones, ya que con el paso de los días, “nuestras unidades se están quedando descapitalizadas en cuanto a vehículos y por ende se está viendo afectada al seguridad de la capital”, dice el alto oficial.

La queja no es nueva. La Policía lo había hecho el año pasado, cuando les informó a las directivas del FSV los líos que estaban teniendo sus uniformados a la hora de llevar los automotores al mantenimiento de rutina. En un correo, que envió la Policía el 20 de noviembre, relatan cómo a los carros nuevos y que aún tenían garantía no les estaban prestando “la debida atención de mantenimiento” por falta de autorización de la entidad. “Les informamos para salvar responsabilidades”, dice el oficio.

Los reclamos se repitieron en una carta que envió el general Penilla el pasado 29 de febrero, en la que resume “las novedades que se han presentado con el mantenimiento del equipo automotor”. Según el general, algunos carros, como los vehículos Renault Duster y Logan puede durar meses en los talleres a la espera de que autoricen el mantenimiento o los repuestos; en el caso de los Chevrolet, la fecha no cuenta con mantenimiento, porque fue suspendido el ingreso a talleres por el FSV, y en el taller Hyundautos hay 40 vehículos, a la espera de ser aprobadas las cotizaciones.

“La respuesta que nos da es que están en proceso de cotización, de autorización o que no hay repuestos. Los vehículos se requieren en óptimas condiciones para el servicio de la comunidad y no parqueados en los talleres. Solicito que este procedimiento sea de una manera ágil”, indicó el alto oficial.

El panorama para el mantenimiento de las motos es más complicado. Actualmente no hay contrato para su revisión técnica y mecánica. Hace un mes, por ejemplo, se conoció el Fondo de Vigilancia suspendió este tipo de servicio para todas las motos marca Suzuki que, entre otras, son las de mayor cilindraje que tiene la institución. “Solicito las medidas a tomar en este asunto”, indicó el general Penilla.

Finalmente, el director de la Policía de Bogotá se quejó por la poca diligencia del personal del Fondo a la hora de programar los mantenimientos de los automotores. Indica que los todos los días reciben queja de los policías, debido a que no los atienden rápido en los talleres, porque el Fondo no envía los correos electrónicos autorizando los procedimientos.

“Desde el grupo de movilidad enviamos los correos de programación desde el día anterior, por lo que se requiere más compromiso de los ingenieros encargados, ya que los policías deben pedir permiso para llevar los vehículos o las motos, y muchas veces lo hacen en su turno de descanso o cuando han trabajado toda la noche y no son atendidos en el taller”, contó el general Penilla.

La respuesta del Fondo

Ante la queja, el Fondo de Vigilancia señaló que actualmente están en vigencia siete contratos, firmados el año pasado y que suman casi $10.000 millones, los cuales terminan en abril. Con ellos, dice la entidad, se garantiza el mantenimiento correctivo, suministro de repuestos e insumos, servicios de revisión técnico mecánica, emisión y expedición del certificado de gases.

Sin embargo, luego de revisar todos los contratos y ante los reclamos, se han tomado algunas determinaciones. Por ejemplo, señaló que el contrato con el que se le hacía mantenimiento a los vehículos marca Chevrolet se terminó anticipadamente, al encontrar posibles sobrecostos en repuestos y mano de obra.

Frente a los contratos para el mantenimiento de las motocicletas, y para garantizar mayor transparencia y eficiencia, se pidió a la Policía y al Ejército apoyos con técnicos especializados, quienes a la fecha se encuentran en los talleres haciendo seguimiento a los trabajos realizados. “Todas las solicitudes recibidas por el FVS respecto del mantenimiento preventivo y correctivo de vehículos asignados a la Policía se atienden prioritariamente”, concluyó la entidad.

Justifica la liquidación

Ante este panorama, el concejal Julio César Acosta, quien tuvo acceso a esa comunicación entre la Policía y el Fondo de Vigilancia, también expresó preocupación. “Es claro que esto son problemas heredados de la anterior administración, producto de una pésima contratación. Hay vehículos con más de un millón de kilómetros, que siguen en las calles porque en cuatros años, la administración no se preocupó por renovar el parque automotor y en los casos que lo hizo, fue sancionada por Colombia Compra Eficiente por no pagar a tiempo a los proveedores”.

“El Fondo de Vigilancia tocó fondo y por eso toca liquidarlo. Por esto es que se hace urgente y necesario la creación de la Secretaría de Seguridad, para que se acabe todo este desgreño administrativo que lleva años dilapidando los recursos para la seguridad de todos los bogotanos. Con la seguridad de 8 millones de bogotanos no se juega, no se puede improvisar. Una policía sin patrullas y motos es como un cirujano sin quirófano”, concluyó.

Algunos datos

· El parque automotor propiedad del Fondo de Vigilancia, que está al servicio de la Policía es de 551 carros y 2.245 motos.

· De estas, hay 1.962 motos y 448 carros en funcionamiento, para un total de 2.410.

· Fuera de servicio hay 183 motos y 103 carros, al menos la mitad por mantenimiento y el resto por causas como siniestros, hurtos o reintegros.

Por Redacción Bogotá

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