Predial en Bogotá: a los que les bajó también se quejan

Mientras algunos barrios se quejan por el aumento del impuesto, la disminución aplicada en La Perseverancia y San Martín fue recibida con sospechas. Alegan que pretenden devaluar sus propiedades. Distrito defiende la medida.

Javier González Penagos - Twitter @Currinche
26 de marzo de 2018 - 02:41 a. m.
Según Catastro, el avalúo en sectores como La Perseverancia creció 7,6 %. Sin embargo, vecinos reclaman que hay una estrategia para restarles valor a sus propiedades. / Cristian Garavito - El Espectador
Según Catastro, el avalúo en sectores como La Perseverancia creció 7,6 %. Sin embargo, vecinos reclaman que hay una estrategia para restarles valor a sus propiedades. / Cristian Garavito - El Espectador

Mientras hay sectores en Bogotá donde abundan las quejas por los incrementos en el cobro del predial, en otras zonas, como los barrios La Perseverancia y San Martín (en pleno centro), la molestia es otra: un grupo de habitantes ve con sospecha el tener que pagar este año menos por el impuesto. La razón: lo que para algunos sería una bendición, para ellos es muestra de que la administración les está restando valor a sus casas, a pesar de su estratégica ubicación.

Es el caso de los hermanos Fabio y Carlos Forero, quienes viven desde hace cuatro décadas en La Perseverancia. Ellos reclaman que sus viviendas —de dos y cuatro pisos— en vez de subir de precio se devaluaron casi $12 millones sin una razón aparente. “En 2017, mi casa tenía un avalúo catastral de $45 millones. Ahora el recibo dice que cuesta $33 millones y no sé por qué”, manifiesta Carlos. Su duda la comparten al menos otros cinco vecinos del sector, quienes se aventuraron a denunciar y advierten que no se trata de casos aislados sino de una fenómeno generalizado en el sector.

Los residentes tienen su hipótesis: creen que detrás de esta decisión se podría esconder una intención de desplazarlos de la zona. “Quieren obligarnos a vender barato a las grandes constructoras, que están interesadas en desarrollar proyectos en el centro de la capital. Estamos en un polo de desarrollo y creemos que nos están bajando nuestros precios para que llegue algún vivo y nos saque. Amamos nuestro barrio y lo defendemos a toda costa. No nos queremos ir. Vamos a pagar, pero lo justo”, manifiesta Fabio Forero.

Insisten en que, por vivir en pleno centro de Bogotá, sus predios no pueden valer lo mismo que una casa en Soacha y menos que una vivienda de interés prioritario (VIP) que mide 40 metros cuadrados y no baja de $50 millones.

“Si nos pagan el valor catastral, no podríamos conseguir algo similar en ningún lado, ni siquiera en la periferia”, alega Luis Antonio Montes, otro de los propietarios inconformes. José Argemiro Lombana, uno de los residentes más antiguos de la zona, resume lo que busca este grupo de vecinos: “Queremos que nos expliquen por qué nos están desvalorizando nuestras casas. Que vengan y argumenten, que convoquen al barrio”.

El caso ya escaló hasta el Concejo Distrital. La cabildante Gloria Elsy Díaz, del Partido Conservador, respaldó los reclamos de los vecinos de San Martín y La Perseverancia y añadió otro ingrediente a la discusión: a pocas cuadras de la carrera 4ª, donde viven los inconformes vecinos, se levantan proyectos inmobiliarios en los que se venden apartaestudios que cuadriplican el valor de casas como las de los hermanos Forero. Una de esas obras es la urbanización La Quinta, de la firma Prabyc Ingenieros, en la calle 32 con 5ª. El proyecto ofrece inmuebles desde $208 millones en áreas que van de 27 a 39 metros cuadrados.

“Es como si quisieran desvalorizar esa zona y eso nos genera inquietud. Ahí se están haciendo grandes proyectos inmobiliarios que fácilmente venden el metro cuadrado a $6 millones. En todo ese sector hacen presencia grandes constructoras y comercializan apartamentos de 48 metros a 300 o 400 millones. Mientras, a dos cuadras tasan una casa en $45 millones. ¿Cómo es eso? Es que no estamos hablando de las goteras de Bogotá, sino de su lugar más estratégico. El centro es hoy lo más apetecido para los grandes constructores”, señaló Díaz.

No hay nada irregular

Ante la molestia de estos ciudadanos y sus denuncias, la oficina de Catastro Distrital, entidad responsable de avaluar los inmuebles en Bogotá, dice que en este proceso no hay nada irregular y que no existe instrucción en el Distrito para subir o bajar el precio en algunos sectores de la ciudad sin tener una justificación técnica.

Su directora, Claudia Puentes Riaño, sustenta su afirmación con cifras. En el caso de La Perseverancia, por ejemplo, donde 1.195 inmuebles fueron sometidos a actualización catastral este año, el avalúo de los predios de la zona aumentó en promedio 7,6 %, “lo que desvirtúa que haya un descenso generalizado”.

Al revisar los casos particulares de los vecinos sugiere que podría tratarse del deterioro de las construcciones. “Pareciera que la casa está envejecida y no está bien conservada, lo que afecta su valoración. En todo caso, si alguien cree que su predio vale más, puede acudir a la entidad y pedir una revisión del avalúo. En esta instancia tendrá que sustentar por qué cree que debería tener determinado valor”, agrega Puentes.

En respuesta a la afirmación de la concejal Díaz sobre los precios de los nuevos proyectos inmobiliarios en la zona y el avalúo de las casas de estos vecinos, la directora de Catastro dice que ambos sectores, por cercanos que estén, no son comparables, ya que hay que tener en cuenta sus características, el área construida, el uso del suelo (residencial, industrial o de oficinas), factores como los acabados de las viviendas y, en este caso, la edad de los predios y su conservación.

“Una manzana puede tener más de una zona catastral. Estas casas no se parecen en nada a los apartaestudios”, afirma Claudia Puentes. Según la funcionaria, hay casos diferentes, como la zona de Salitre, donde sí se podría hablar de cierta homogeneidad: “Allí sí hay manzanas que se parecen entre sí. Los edificios están construidos más o menos en la misma época, los acabados son similares, el espacio público es parecido, el nivel de conservación es semejante y, en general, todo es residencial”, agrega.

Respecto a cómo se realizan los avalúos, la funcionaria explica que sus empleados son como fotógrafos: captan una realidad y procuran reflejarla de la manera más precisa. Así, van a los sitios, evalúan el predio e identifican si hubo cambios respecto al año anterior. “Capturamos información por todo Bogotá y la integramos con otras fuentes. Observamos si en el sector se construyó o se demolió, si había casas y ahora hay comercio. Así hacemos el censo catastral. Aplicamos modelos econométricos con distintos grados de complejidad, y de esta forma avaluamos este año 2,5 millones de predios”, señala. “Acá no hacemos política fiscal, ni nos encargamos de que el Distrito tenga más o menos ingresos, ni tenemos relación con la eficiencia en el gasto, la política de vivienda o de espacio público”, precisa.

Pese a los reclamos de los vecinos y las explicaciones del Distrito, lo cierto es que se acorta el tiempo y ya está en marcha la cuenta regresiva para pagar este impuesto, bien sea acogiéndose a la modalidad de cuotas (hay plazo hasta el 28 de marzo) o cancelarlo con un 10 % de descuento (el próximo 6 de abril). Mientras los vecinos insisten en que se haga un nuevo avalúo de sus casas y se les expliquen en detalle todos los factores técnicos que se tuvieron en cuenta para la medición, Catastro declara estar a la espera de que se hagan los reclamos formales para analizar si vale la pena o no hacer una nueva calificación.

 

jgonzalez@elespectador.com

Por Javier González Penagos - Twitter @Currinche

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